El Ayuntamiento se quedó dos veces fuera de un Taller de Empleo solicitado para rehabilitar el edificio del XVIII.
Uno de los edificios con más historia de Aguaviva estuvo a punto de perecer pasto de las llamas hace unos días. Se trata del molino harinero, un local que aunque importante en su día, sobrevive en estado de abandono.
Fue el alguacil la persona que avisó al pasar por allí en su ronda diaria y notar olor a quemado y humo que salía del interior. «No había llama pero estaba combustionando poco a poco. De hecho, el forjado del primer piso ya había cedido en gran parte», explicó el alcalde, Aitor Clemente. Los bomberos del Parque de Alcañiz (en la imagen cedida por el Ayuntamiento) lo dieron por extinguido en pocas horas.
El molino está frente a la estación de captación de agua de boca que suministra al pueblo. Los hechos se produjeron el 26 de enero y en este tiempo se ha avanzado en la investigación por parte de la Guardia Civil ya que la suposición más firme es que fue provocado por una acción del hombre aunque «seguramente de una forma involuntaria», añadió.
Según el informe técnico, al Ayuntamiento le costará unos 10.000 euros dejarlo en las condiciones de seguridad en las que estaba reponiendo, entre otras cosas, la parte del piso que se hundió.
Un molino con mucha Historia
El molino data del siglo XVIII y está ubicado en la margen de la carretera que une Aguaviva con Mas de las Matas. El Consistorio ya solicitó en varias ocasiones contar con un Taller de Empleo para rehabilitarlo. «Las dos veces nos hemos quedado muy cerca, esta última vez, terceros en lista de espera», contó Clemente.
El primer objetivo que se perseguía con la solicitud era precisamente evitar lo que sucedió. «Lo primero era sanear y consolidar porque está abandonado y eso, si antes era urgente, ahora más», valoró. El segundo paso era pensar en un uso. «Podría ser el turístico pero hay que barajar todas las ideas y opciones», comentó.
Destacó la importancia de dar uso a un edificio que construyó el pueblo. Primero se empleó para moler el cereal y producir harina y después para producir electricidad aprovechando la caída de agua.
Ahora, junto al acueducto que salva el barranco, esa caída se usa en el bombeo del agua de boca. «Si no, buscaremos otra vía pero el Taller es idóneo para rehabilitar y crear empleo», concluyó.
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