Las 1.640 hectáreas de la Val de la Liana de Caspe serán de regadío a principios del año 2025. La actuación, que cuenta con un presupuesto de más de 20,4 millones de euros -el 50% está subvencionado por el Gobierno de Aragón-, permitirá la instalación de un hidrante en cada parcela. Después, los agricultores podrán agregar las estructuras necesarias para tener riego por goteo o aspersión. El plazo de licitación de las obras termina el próximo lunes 9 de enero. Una vez adjudicadas, la junta de la Comunidad de Regantes de Civán espera que comiencen en junio de este año, con un plazo de finalización de 21 meses.
Tras la aprobación en el pleno de la Comunidad de Regantes de Caspe y Chiprana la instalación del regadío en la Val de la Liana, la junta sacó a licitación las obras en noviembre del pasado año 2022. Se espera que varias empresas soliciten llevar a cabo la actuación.
La mitad de los 20,4 millones los financia la DGA, que ya concedió las ayudas en el 2021. El resto de la inversión, 10,2 millones, será abonada por los 130 regantes que son propietarios de las explotaciones del PEBEA de la Val de la Liana. La inversión total en cada hectárea será de 12.439 euros, por lo que aplicando el 50% de bonificación, los agricultores tendrán que pagar más de 6.000 euros por hectárea.
Los trabajos de construcción del proyecto hidráulico consistirán en la instalación de un hidrante en cada parcela para que los agricultores puedan agregar las estructuras necesarias para llevar a cabo un regadío moderno, es decir, con presión y, por tanto, a través de goteo o aspersión. Para ello, se contará con el bombeo del agua, que se gestionará en un 50% a través de energía solar mediante placas fotovoltaicas.
Hasta 10 veces más productivas
«Esta inversión hará que las explotaciones sean entre 8 o 10 veces más productivas de lo que son ahora», confirmó Antonio Vicente, presidente de la Comunidad de Regantes de Civán. La principal cuestión que ataña a este terreno es que se reduce considerablemente la incertidumbre y la dependencia de los cultivos al clima, «dado que en el regadío la producción está más garantizada«, señaló Vicente.
De hecho, estas parcelas se revalorizarán enormemente pero, la clave del valor de las explotaciones está en la inversión que la Comunidad haga y lo que cada agricultor quiera invertir instalando las estructuras de goteo o aspersión, y del tipo de cultivo con el que decidan trabajar. No obstante, Vicente insistió en que lo importante de este proyecto no solo es esa mayor producción: «Yo también veo la posibilidad de que se creen nuevas explotaciones y de que los jóvenes tengan la oportunidad de quedarse en el territorio a trabajar y desarrollar sus cultivos. Es así como se mantiene la vida en el medio rural«.
Luis dice
A falta de empresas buena es el agua.
Carlos dice
Genial noticia. Ahora, a ir planificando producciones rentables, y canales de venta.
Unai Vallespí Irigoyen dice
¿ A cuantos terratenientes e industriales fruteros del Bajo Cinca o del Segriá beneficiara esta inversión pública? ¿Recordamos lo que está pasando en los riegos sociales de Mequinenza y fayón o los PBEAs de Nonaspe, Fabara y Caspe? La inversión pública beneficia a los grandes fondos de inversión y los agricultores a título principsl tienen que vender sus fincas…buena política agraria hay en Aragón. ¡Sr. Olona y Sr. Lambán, váyanse a la mierda!