La Diputación Provincial de Teruel invertirá 180.803 euros para las obras de consolidación y restauración de las monumentales construcciones defensivas del poblado ibérico de San Pedro de Oliete, que deberán ejecutarse en un plazo de tres meses. Las empresas interesadas tienen hasta el próximo 8 de diciembre para presentar sus ofertas.
Con estas obras la institución da un impulso a la mejora de esta yacimiento arqueológico, atendiendo al Plan Director, promovido por el Ayuntamiento de Oliete y el Parque Cultural. Las obras consistirán en el vaciado del foso que se encuentra entre las dos líneas de fortificación, un espacio de grandes dimensiones, en el que durante cientos de años se han depositado los escombros que se han ido cayendo de las construcciones que existían alrededor.
Se estima que el los cascotes que se van a retirar alcanzarán los tres metros de espesor. Además su desaparición supondrá liberar la base en la que se apoyan los muros interior y exterior de la fortificación y permitirá tener un mejor conocimiento de su construcción y composición. Y facilitará el trabajo de instalación de sistemas de drenaje que permitan evacuar las aguas que ahora se acumulan allí, y que supone uno de los elementos de degradación más importante.
El presidente de la institución provincial, Manuel Rando, ha destacado la apuesta realizada por la Diputación en los yacimientos arqueológicos durante este ejercicio. «Es una gran inversión que se hace con el objetivo de descubrir toda la muralla del poblado ibérico, que supondrá un avance increíble y nos permitirá ver toda la grandeza que tiene esta yacimiento», aseguró. La actuación que se licita supone el 70% del presupuesto dedicado a restauración de este año, y resulta necesario para conocer mejor el estado de conservación de las dos líneas de muralla, el foso interior y la cimentación de los grandes torreones. «Con esta actuación vamos a poder ver toda la grandeza que tiene este yacimiento», determinó el presidente provincial.
El siguiente paso será la consolidación y restauración de todo el conjunto del poblado. Los criterios de restauración son los de garantizar la estabilidad y conservación de los restos originales. Y no añadir elementos nuevos, a no ser que sea absolutamente imprescindible y respete escrupulosamente el carácter y la configuración que tienen actualmente los restos. «No se trata de recrear, ni reconstruir, ni imaginar lo que fueron las fortificaciones, sino conservar lo que existe, eliminando los factores de degradación que puedan poner en riesgo la continuidad de estos restos», explicó Jaime Vicente, director del Museo de Teruel.
Muralla del poblado
Las construcciones de carácter defensivo, que corresponden a las tres etapas en las que se divide el asentamiento del poblado, siendo el elemento más llamativo y monumental de todo el yacimiento. Estos restos arqueológicos fueron descubiertos durante los trabajos de excavación que se realizaron en los meses de junio y julio. El objetivo de estos trabajos eran ampliar el conocimiento de la cultura ibérica en el Bajo Aragón, su período de formación y el desarrollo de la civilización entre los siglo V y I a.C.
Las excavaciones en la parte superior de las estructuras defensivas para conocer el trazado, composición, técnica constructivas de fortificación del poblado, permitió localizar también una línea de fachada de dos viviendas y de una de las calles interiores del poblado. Todas las líneas de fortificaciones se extienden hasta alcanzar el cortado rocoso sobre el río.
Los trabajos también se centraron en la excavación parcial de la necrópolis de la primera Edad del Hierro, vinculada a las primeras fases de la ocupación del cabezo. En los meses estivales se excavaron 7 tumbas, en las que los huesos calcinados de los muertos, colocados en urnas de cerámica, aparecieron acompañados de elementos de ajuar.
Después de la excavación, la investigación ha continuado durante todo este año en los laboratorios del Museo de Teruel, que encargó un estudio antropológico de los restos de las tumbas, mediante un análisis de carbono 14 para poder determinar con precisión la necrópolis hallada