Adrián Milián rescató el pasado sábado un corzo en el canal de la Estanca de Alcañiz. Cazador desde hace más de quince años y conocedor de la problemática que hay en el canal tuvo una premonición cuando se despertó poco antes de las siete de la mañana. «Voy a dar una vuelta por el canal a ver si me encuentro con algún animal», pensó. No es la primera vez que lo hace ni tampoco el único; al menos una veintena de nombres de compañeros de caza se le vienen a la cabeza. Los propios regantes y agricultores rescatan durante su jornada laboral a los animales que caen y Agentes de Protección de la Naturaleza, Bomberos y la sociedad de cazadores de Alcañiz y Calanda están en permanente contacto para coordinarse cuando reciben avisos.
El alcañizano recuerda –incrédulo- como ese día fue a parar con el coche justo a la altura a la que se encontraba el corzo, sobre el puente de la Alberca. Vio al animal dentro del canal nadando a favor de la corriente, se bajó del vehículo y comenzó a acompañarle andando detrás de él «para que no se asustase ni comenzase a nadar en sentido contrario al agua». «Cuando me acercaba a él, sufría; lo oía respirar más fuerte y me echaba para atrás. Por la cabeza se me pasaban mil cosas, pero no quería tirarme. A la vez iba llamando a compañeros para que viniesen a ayudarme porque con personas en ambas orillas con palos o cuerdas puedes acercarlos», cuenta Adrián.
En ese momento la única solución inmediata era llevar al corzo hasta una de las salidas habilitadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Recorrieron más de 5 kilómetros y cuando «apenas quedaban 20 metros del final» vio una. Sin embargo, el corzo después de más de una hora nadando «estaba agotado, la corriente le arrastraba y no pudo salir». Adrián denuncia que las salidas están «muy mal hechas» porque están construidas en contra de la corriente y el agua se lleva a los animales. «Es de sentido común que tendrían que estar a favor del agua para que el corzo pudiera acercarse nadando a la rampa y la propia corriente les empujaría», lamenta.

La realidad es que estas salidas se hicieron cuando se construyó el canal de la Estanca para permitir la entrada y salida de maquinaría y no se pensó en los corzos que eran prácticamente inexistentes en esta zona. Ha sido durante la última década cuando la población ha aumentado y cada vez va a más, mientras que las infraestructuras responden a necesidades del pasado. «No ayuda que las rampas sean de hormigón porque después de estar tantas horas en el agua las pezuñas de los corzos se ablandan y se resbalan al salir. Sería partidario de poner peldaños de madera, de rayar un poco el hormigón o de poner una capa de goma en la misma rampa para que pudieran agarrarse mejor», enumera Adrián como posibles soluciones.
En el canal de la Estanca se han limpiado de lodo los abrevaderos que se construyeron hace años para que bebiese el ganado -y que estaban en desuso- para permitir la salida de los animales que se caen al agua. Ya en el canal Calanda-Alcañiz, donde existe la misma problemática con los ahogamientos de animales, las nuevas rampas que se han construido se han hecho a favor de la corriente o de manera perpendicular.

El intento fallido de rescate en la rampa terminó con el animal arrastrado hasta el final del canal -la entrada de la Estanca-, donde se quedó «aprisionado» entre la corriente y la rejilla. Una rejilla con un rastrillo que cada cierto tiempo retira los restos, sobre todo vegetales, que se acumulan en el canal para evitar que pasen a la estanca. «Salté la valla, cogí al corzo de los cuernos y comencé a sacarlo a pulso», recuerda Adrián, quien con la otra mano estaba llamando a la Policía Local para que fueran a ayudarle. No llegó a hablar con los agentes porque justo en ese momento un par de jóvenes que se dirigían a Motorland con una furgoneta pasaron por enfrente y Adrián levantó la mano para pedirles ayuda. Entre todos lo sacaron y después Adrián lo llevó andando hasta un cabezo que hay lado para evitar que se volviese a caer al agua.
Dispersión de los corzos jóvenes
El alcañizano «fue expresamente al canal para salvar a los posibles animales que pudieran estar dentro» y la historia tuvo un final feliz. Pero no siempre es así. Él mismo sacó el año pasado, entre vivos y muertos, 15 corzos. Y tan solo unos días antes de su rescate un compañero de caza encontró varios corzos muertos en el canal. A raíz de este suceso el Bajo Aragón Animalista envió un escrito a la CHE con varias propuestas para evitar el ahogamiento de animales en el canal de la Estanca.
No hay cifras de cuántos animales (además de corzos también caen jabalís, ovejas y cabras) mueren ahogados en el canal de la Estanca cada año, pero Adrián estima que la cifra «podría ascender a 100». A los que habría que sumarle los animales que se salvan «que aún siendo bastantes siguen siendo menor proporción». Según pudo confirmar La COMARCA en octubre del 2019, al menos 62 animales habían fallecido entre el canal de la Estanca y el de Calanda-Alcañiz en lo que iba de año.
Las quejas vecinales por el constante ahogamiento de los corzos al que sigue sin darse solución son recurrentes sobre estas fechas año tras año. Entre abril y mayo, es época de parición para las hembras y los corzos jóvenes -nacidos el año anterior- se independizan de sus madres. Se produce entonces una dispersión de estos corzos todavía vulnerables, que coincide con los meses que más ahogamientos en canales se producen tanto en Alcañiz como en el resto de España. Por tanto -matiza Adrián- la idea de que los corzos se caen «cuando se acercan a beber agua» no es correcta.
gracias por el hecho,debería de haber mas gente así
Admirable tu comportamiento,Adrián.Muchas gracias.Esta situación no puede seguir así.Además del peligro que supone para los corzos,es un peligro para personas, especialmente niños,que por una mala fortuna,en un momento dado cayeran al cauce cuando lleva mucha corriente.Hay que exigir a la CHA que solucione este problema
Desde luego hay que tomar medidas ya para que esto deje de suceder.
Y los animalistas deberian tomar ejemplo de los cazadores a los que tanto critican y aparte de hacer comunicados, propuestas y pedir subvenciones podian ayudar un poco en el campo como hace Adrian y otros cazadores, llenando bebederos cuando no llueve, llevando comida a los animales durante las nevadas, apagando incendios o sacando corzos del canal, que en estas situaciones poco se les ve el pelo.
para luego matarlos a tiros y acosarlos con los perros ,menuda hazaña!
Y si no los matan como nos los comemos???
O tu te comes ese jamon que tanto te gusta mientras el cerdo corre??
Eso si seria una hazaña
Que buena acción. Enhorabuena. Se tendrian que tomar medidas para evitar estos hechos.
Poner unas telas metálicas cubriendola es barato y efectivo
Con arroz cayó