Uno de los caballos de batalla de Albalate desde hace años es llevar a buen puerto la ampliación de su residencia ante la alta demanda de usuarios. Esta reivindicada obra se ejecutará entre este año y el próximo con un importe de 968.000 procedente de dos subvenciones de 693.000 euros y 275.000. Se prevé que estos trabajos se liciten «en breve» y que la obra esté finalizada antes de fin del próximo año.
Esta ampliación se realizará ganando al edificio anexo del convento 12 plazas para personas asistidas que se sumarán a las 52 totales que hay en la actualidad. Este aumento implicará la ampliación de las zonas comunes como el comedor o la habilitación de una sala polivalente y de un cuarto para la peluquería, «una demanda de los usuarios» del centro. Mientras llega esta ampliación, en el centro se encuentran rematando los trabajos de actualización de las instalaciones que comenzaron en cuanto el confinamiento lo permitió. «Las obras iban a comenzar cuando saltó la pandemia y por normativa no se pudo comenzar porque solo estaban permitidas las obras de reparaciones urgentes», dijo la alcaldesa, Isabel Arnas.
Estas mejoras se han realizado en cuatro fases con una inversión de 420.000 euros en dos subvenciones, una de 300.000 y otra de 120.000. El resultado es un edificio con una notable mejora en la eficiencia energética, ya que se ha sustituido la carpintería exterior y las luces se han cambiado a led.
En cuanto a la carpintería interior, también se ha arreglado además de que se ha pintado toda la residencia. Se han pulido los suelos que se han adaptado a cada estancia, como por ejemplo, antideslizantes homologados en el caso de los baños. Se ha cambiado el mobiliario también de las habitaciones incluidas las camas, mesitas y mesas, y renovación de armarios en algunas. «Todavía faltan detalles pero con el presupuesto hemos dado prioridad a lo urgente. Con todo, es una reforma importante de una zona que teníamos obsoleta y ya se ha quedado bastante actualizada», valoró la alcaldesa.
El remate de los trabajos se centra en la planta baja donde también se han cambiado las puertas de acceso. Las zonas comunes como la cocina, el comedor, la biblioteca y sala multiusos y despachos se dejó para el final con el inicio de año.
Estos trabajos se han realizado con la residencia habitada, por lo que «ha sido una obra muy complicada». En todo momento se ha tratado de que obreros y gremios varios tuvieran el menor contacto posible y por eso hubo que hacer los trabajos en fases. Se dejaron diez camas vacías para permitir la movilidad de los usuarios cuando las obras cambiaban de planta y se pudiera continuar.
Una vez acabaron los trabajos en las habitaciones, ya en Navidad se comenzó a contactar con la lista de espera para cubrir las plazas que se liberaron. En la actualidad, la residencia cuenta con 52 plazas, dos menos que antes de la pandemia ya que ha habido que adaptarse a la nueva normativa y eso ha implicado prescindir de una habitación.
Sector con alta demanda de empleo
El centro da unos 22 puestos de trabajo en total entre cocina, administración y cuidados donde está el grueso de empleabilidad. Hace unos meses se convocaron cuatro plazas de cuidadoras y una de cocina que se han cubierto. Ha quedado una bolsa de empleo que está abierta, ya que no resulta suficiente. «Es un sector con mucha demanda de empleo y eso, sumado a que es una época de muchas bajas, hace que se quede corta y necesitamos a gente que esté disponible para entrar a trabajar en cualquier momento», dijo la edil. «Hay trabajo, se necesita personal y tampoco hay tanto en el territorio. Estamos mejor que hace años y los talleres de empleo de la Comarca han ayudado pero con todo, se necesita contar con más personas para trabajar», concluyó.
Jose dice
Muy importante elegir quien os lo haga… coger una empresa grande que pueda responder… a nosotros los albañiles de pueblo mal.
Azote dice
Tranquilo José que luego os llamarán para sacarles las castañas del fuego…lo de siempre…