El buen tiempo acompañó y los alcorisanos dieron lo mejor de su carácter colaborador y festivo para que la Fiesta de la Villa fuera todo un éxito este fin de semana. La localidad bajoaragonesa se transformó para regresar al siglo de Oro y conmemorar que dejaron de ser una aldea dependiente de Alcañiz para convertirse en una Villa. Los alcorisanos se vistieron de la época y las calles se decoraron para la ocasión con pendones, banderolas y guirnaldas. Además, las tabernas tomaron el centro para amenizar el día (y la noche) con toda clase de propuestas gastronómicas. Esta fiesta se recuperó en 2009 y tiene carácter bienal.
De jueves a domingo la asociación encargada de la organización, la Fiesta de la Villa, preparó un amplio programa de actividades y espectáculos para todos los públicos con música en directo todas las noches. «Mejor imposible. La climatología es el 90% y hemos tenido un mes especial, desde el inicio se ha desbordado la fiesta. Todos los actos han sido espectaculares con muchísima gente en la calle y los alcorisanos se han volcado con esta celebración tan especial», afirmó Joaquín Peralta, presidente de la asociación organizadora.
El día grande fue el sábado. La Santa Inquisición, que ya hizo acto de presencia el viernes por la noche, volvió a salir al mediodía con su carro a recorrer las calles del centro para detener a pecadores, brujas y otras gentes de mal vivir. Por la tarde el protagonismo fue para la Comitiva Real y el momento en el que se otorgó el título de Villa.
Otro momento especial fue la presentación del nuevo disco de la Coral Alcorisana, dedicado a la Fiesta de la Villa.
Certamen de la Tapa
La Asociación Empresarial participó en la Fiesta de la Villa con un concurso de tapas entre sus asociados. Este año contaron con cinco establecimientos hosteleros y el ganador después de la deliberación del jurado fue la Brasería de Pili con su Croqueta de la Villa.