El año del centenario de la plaza de toros llega respaldado por una Comisión de Festejos que se estrena en el cargo y lo hace con «ganas e ilusión» por el importante año que se presenta. La propia agrupación está de aniversario, ya que su origen se remonta también a 1922 aunque su actividad no ha sido continuada todos estos años.
En Albalate es la Comisión de Festejos la que se encarga de la gestión de la plaza y de la programación de la actividad, mientras que el Ayuntamiento se ocupa de los espectáculos de calle, como por ejemplo, los encierros. Así, en 1922 se fundó la Junta de Festejos, que desapareció en 1936 con el estallido de la Guerra Civil. El vacío se prolongó hasta 1957 y durante ese tiempo el Ayuntamiento encargó la gestión a particulares. Ese año, una cuadrilla de hombres volvieron a fundar el grupo pero ya como Comisión de Festejos, que es como se conoce en la actualidad. «Desde entonces ha funcionado de forma ininterrumpida», apunta el presidente de la actual Comisión, Miguel del Río, quien aporta todos estos datos. Desde hace unos años, además de la plaza y de la pista de baile aledaña Las Piteras, la Comisión también programa durante el resto de meses las verbenas de Nochevieja, Carnaval o Sábado Santo, entre otras fechas señaladas. «Todo, siempre en colaboración con el Ayuntamiento», añade.

La nueva Comisión está compuesta por 16 personas que estrenaron cargo en enero después de dos años en blanco. No pierden la ilusión con la que comenzaron porque el público ha respondido de forma positiva a las verbenas que ya han celebrado. En cuanto a los festejos taurinos, se mide mucho lo que se programa porque Albalate siempre es una plaza importante. «Se cuida mucho y además, tenemos la suerte de contar con dos ganaderos locales que tienen mucha solera en el mundo taurino en Aragón y todo suma para traer festejos que estén al nivel», asegura Del Río, que añade que la plaza albalatina «dentro del mundo de los recortadores y de los festejos taurinos populares es una insignia y todos quieren estar».
Trabajan con Raúl Izquierdo y Los Maños, dos ganaderías locales y que además ofrecen un abanico amplio de reses. «Hay que apoyar a los de casa y más después de estos años duros. Ellos también hacen mucho por el pueblo porque muchos de los chicos que recortan con ellos luego se vienen a Albalate por ser el pueblo de la ganadería y aquí dejan el pabellón alto también», apunta.

Cabe señalar que, aunque cuentan con el apoyo del Ayuntamiento, se hace preciso tener al lado a una empresa especializada en la gestión administrativa. En este caso, se apoyan en Toro Social y Nodasa, una consultoría taurina que cuenta con el matador de toros aragonés Imanol Sánchez. Desde el despacho se ocupan de todo lo que tiene que ver con gestiones de permisos, seguros y demás trámites. «Sin esta ayuda sería imposible porque somos 16 personas, cada una con sus ocupaciones y en la parte administrativa hay mucho trabajo que tiene que hacer un profesional. Para los festejos de abril llevamos desde marzo hablando a diario por teléfono, hay mucho papeleo detrás», añade el presidente.
Además de estas cuestiones, desde la Comisión se han pasado las últimas semanas poniendo a punto la plaza cuando las lluvias lo han permitido.
Una referencia
Albalate es pueblo taurino y referencia para los vecinos de poblaciones aledañas. Es la única plaza de la comarca y de las pocas de la zona y, además de los festejos en el coso, el encierro del 24 de septiembre es fijo en el calendario de muchos aficionados del territorio. Además, la ubicación de la plaza y la orografía del pueblo propician otra situación característica propia. Y es que, ante la imposibilidad de que los camiones de ganado puedan acceder hasta los corrales por las estrechas calles, hay que llevar a las reses a pie. «Cuando va a haber festejo en la plaza ya nos preguntan cuándo traemos a los animales para salir a ver el pequeño encierro que se arma, la gente espera estos momentos, hay arraigo taurino», sonríe Del Río.