«Hay que confiar en la vida. Fluir con ella, dejarse llevar y estar atento a las señales que te da. Si estás despierto, atento y con una actitud positiva todo llega. Esta es la filosofía de vida de la artista Sara Magallón Zagalá y la que a sus 36 años la ha traído de vuelta a su Alcañiz natal. Del Bajo Aragón salió como otros tantos jóvenes para formarse y en estos años las «señales de la vida» en las que tanto confía la han llevado por Teruel, Barcelona, Londres, Zaragoza y la Val d’Aran. Ahora ha regresado a Alcañiz para trabajar como profesora de Plástica en el IES Matarraña de Valderrobres.
Para Sara la pintura es como un «lenguaje natural». Ha vivido el arte desde pequeña gracias a su madre, la también pintora Merche Zagalá, la anterior protagonista de esta sección y la que la propuso para que la sucediera. Uno de sus primeros recuerdos de pequeña es ver a su madre en la cocina pintando con su caballete y desde que tiene memoria sabe que iba a estudiar Bellas Artes. «Mi madre es mi principal referente, mi inspiración. Mis padres siempre me han apoyado para que me dedique al arte, su mensaje es que sea feliz con lo que hago», confiesa.
La alcañizana realiza arte figurativo y, dentro de él, surrealismo pop. «Normalmente utilizo acrílico aunque también lenguaje digital. Son imágenes muy visuales que no te dejan indiferente porque puedes encontrar lecturas muy poéticas, es como una poesía muy visual. Cada uno puede ver el significado que en ese momento necesite. Como estés por dentro así lo vas a interpretar», explica la artista.
Sara se formó primero en la Escuela de Arte de Teruel durante un año con un curso de autoedición y después cursó la licenciatura de Bellas Artes en la Universitat de Barcelona (UB). Al finalizar participó en la exposición que cada año realizan los alumnos más destacados de la promoción. En su caso, el «Sense Títol» de 2009. Entonces decidió viajar y estuvo un año en Londres aprendiendo inglés.
Más tarde recaló en Zaragoza, donde trabajó en un estudio de tatuajes diseñando y aprendiendo a tatuar. Después se mudó a la Val d»Aran. Allí ha vivido siete años y actualmente cuenta con una exposición de collage digital sobre manchas de acrílico sopladas en la Cervecería Refu de Vielha. Sigue muy vinculada con la zona. Trabaja para el gobierno aranés ilustrando cuentos. Ya elaborado el de «El lobo y la siete cabritillas» y ahora dibuja el de «La Ratita Presumida».
«Soy una persona cambiante, me dejo fluir en la vida y cuando siento que en ese sitio ya he cumplido mi misión, voy a otro. Venir a Alcañiz ha sido fortuito. Me llamaron del IES de Valderrobres y regresé a mi pueblo. Es trabajo estable y quiero estabilidad aunque nunca dejar el arte. Es mi lenguaje natural», asegura.
Sara defiende la importancia del Arte para la formación de los jóvenes, una cuestión que, en su opinión, no está lo suficientemente valorada. «Mi trabajo me encanta y quiero poner en valor la Plástica. Siempre se ha tenido como una asignatura secundaria pero en los tiempos que corren debería ser todo lo contrario. Se está viendo que el ingenio aporta muchas soluciones y en estos momentos en las multinacionales se están buscando perfiles diferentes, buscan la creatividad», destaca.
La alcañizana sigue pintando y ya tiene en mente una exposición que le gustaría presentar en Alcañiz y de la que adelanta que va a ser «galáctica». El arte es para Sara «alimento para el alma» aunque reconoce que es complicado hacerse un nombre. Ilusión y ganas no le faltan. Asegura que hay que ser perseverante y confía en su lema de vida. «Hay que escucharse por dentro, lo mas importante es hacer lo que te mueva y motive. Trabajando mucho al final consigues resultados y te llegan las oportunidades. Es verdad que hay que llamar a muchas puertas y muchas veces te las cierran en las narices pero debes creer en ti y perseverar para lograr lo que quieres», apunta.
Sara vive feliz en estos momentos formando a los jóvenes matarrañenses y preparando su «galáctica» exposición. No le gusta mirar al futuro sino vivir el presente y aceptar los retos que le vaya poniendo la vida en su día a día. Eso sí, siempre con el arte, su «alimento para el alma» en primer plano.
Tania Salesa dice
No entiendo su mensaje,pero hay que reconocer que pintar pinta muy bien,no como otros que hacen 4 rayas y lo llaman arte,no se ,tampoco soy una experta.