Hace un año y tres meses que Carolina Riveros Fassano (Caracas, 1982) fijó su residencia en Calanda. Lo hizo junto a su hijo y su marido Eduardo deshaciendo de alguna manera los pasos que dieron los abuelos de éste. Ella es actriz y en tierras bajoaragonesas está dando forma a su siguiente proyecto. En Calanda está haciendo su primera incursión en la escritura de guión de un largometraje. «Prefiero una película aunque la historia da para muchos capítulos», dice.
Quiere llevar al cine una historia de emigración desde el punto de vista de aquellos abuelos calandinos que marcharon y desde el suyo como quien hace el camino de retorno. Ella misma desciende de italianos. «Tiene un poco de su historia, algo de autobiográfico y, por supuesto, ficción», añade. Si por algo se caracteriza su carrera es por el corte social y de perspectiva de género y aquí también los personajes principales serán las mujeres.
Desea empezar a tomar algunas escenas en la campaña del melocotón y captar el ambiente de trabajo para muchas mujeres, tanto ahora como lo era a mediados de siglo pasado. «En verano trabajé en el almacén y entendí todo lo que eso supone», apunta. «Estaba muy concentrada en mi trabajo pero a la vez, atenta a todo pensando en la película», sonríe.
Hasta que no se instaló con su familia no conocía la zona pero el pueblo siempre ha estado presente. «Antes de venir yo ya conocía los tambores por fotos y vídeos», añade quien conoce Semana Santa sólo en pandemia. «Eso me dice todo el mundo, que entre la situación y que no vivo en el centro, no sé aún lo que es Calanda… ¡Y aún así me encanta!», ríe.
Sí conocía bien la obra de Luis Buñuel, un personaje de peso en sus estudios de cine. «Es un grande y por qué no pensar en grande para Calanda y plantear una escuela de cine», propone. En la localidad y alrededores se ha encontrado con gente con la que desarrollarse como actriz. Este verano rodó un cortometraje con el calandino Xavi Urrios y realiza actuaciones con Políglota Teatro de Caspe. Su estreno actoral en España fue con la compañía caspolina en Alcañiz en Expoguay de 2019. «Mi hijo iba a extraescolar de circo y ese día se retrasaba una componente y me ofrecí. Cuando dije que era actriz me dijeron que me fichaban», ríe. «Llevaba dos meses aquí, me contaron lo que hacen y me encantó».
Primer viaje a España con premio
La primera vez que visitó España fue en 2009 como invitada al Festival de Cine de Málaga. En la Sección Oficial Territorio Latinoamericano recibió la Biznaga por Alta Calidad Interpretativa por su papel protagonista en «La clase» (2007). «Algo me decía que volvería, pensé que con alguna coproducción entre países pero fue de otra forma», sonríe. Piensa en un bisabuelo que «era licenciado en letras» pero no hay nadie que se dedique a la actuación en su casa. Es la única niña de ocho hermanos y nació en medio. «Creo que lo de actuar me viene por la necesidad de existir, hacerme notar y contar historias», cuenta divertida.
Se crió en Mérida y se trasladó a estudiar a Caracas donde estaba la Universidad Los Andes y escuelas de prestigio. Allí consiguió su primera formación como meritoria en el programa de la Compañía Nacional de Teatro donde superó un exigente proceso de selección siendo una de las veinte elegidas entre doscientas y de disciplinas dispares. Fue en unas vacaciones en Mérida ya terminada la formación cuando decidió no volver a Caracas después de que le saliera un casting para «La Muerte de un Viajante», de Alberto Arvelo. En esa obra se le presentó la oportunidad de otro casting, esta vez para cine. Consiguió su primer protagonista con «El Infierno Perfecto», de Leonardo Henríquez, «un director que hace cine de autor, muy auténtico». Ya no se marchó, «ya no sentía la necesidad de irme porque Mérida era un foco de cine y en ese momento ya tenía la única escuela de cine del país», comenta.
Vivió los años dorados del cine en Venezuela, una época en la que la Cultura era «un proyecto de Estado y se apoyaba», reflexiona. Lo vivió como actriz de cine, de teatro, como productora, ayudante de casting y docente universitaria, entre otras muchas facetas. Ahora la situación poco tiene que ver y «algunos siguen allí sosteniéndose lo mejor posible y los que no pudimos, nos marchamos. Viví grandes momentos del cine de mi país que espero se recupere», concluye.
Esmajo dice
CAROLINA: ENHORABUENA. SEGURO QUE VA A SALIRTE TODO MUY BIEN. SUERTE Y ADELANTE
Ferran Bonet dice
Bendita providencia que ha conspirado para traerte a esta bendita tierra, junto con tu familia, Carolina (que necesarias son las familias para ir animando este denostado edén). Gracias Carolina, pues como persona, madre, compañera y emprendedora… más que hacer carrera… estás haciendo historia!!