Hasta 20 alumnos relacionados con la arqueología, el estudio de la prehistoria, investigadores o estudiantes universitarios de ramas similares están aprendiendo todos los detalles de la tecnología lítica durante este fin de semana en Caspe. El XVIII Curso de Arqueología Experimental completó sus plazas a pocos días de que se abriese el plazo de inscripción, pues después de tantas ediciones ya es una actividad consolidada y esperada en la Ciudad del Compromiso.
Desde el viernes y hasta este lunes, los alumnos aprenden de forma práctica, aunque también con algo de teoría, las técnicas empleadas en la prehistoria. Se trata de la décimo octava ocasión en la que el Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón-Caspe (CECBAC) trae este curso al territorio.
«Estamos enseñándoles algunos elementos complejos de la prehistoria, como unas hachas de mano del paleolítico con puntas de lanza», explicó el encargado de uno de los talleres, Samuel Castillo. A través de la práctica con sílex de la zona, los alumnos fueron tallando y dando forma a lo que habrían sido utensilios y armas en la Prehistoria. A este respecto, el docente señaló que estas rocas tienen unas características especiales, una ordenación atómica morfa, lo cual permite conocer cómo se va a romper cuando se le aplique presión. Por tanto, pueden trabajar dándole la forma que deseen.
Los profesores que están impartiendo los talleres son Samuel Castillo, de la Universidad Alcalá de Henares; Antoni Palomo, de la Universidad Autónoma de Barcelona; y Mikel Aguirre, de la Universidad Autónoma de Madrid. Y Carlos Mazo es el director del curso.