Balance negativo en cuanto a las cifras de ocupación hostelera en el territorio este puente. Como era de esperar, los empresarios turísticos y los hosteleros que decidieron seguir abiertos a pesar de las restricciones han registrado durante todo el puente del 1 de noviembre una ocupación mínima tan solo favorecida por la extraordinaria bonanza meteorológica y con una demanda que ha venido prácticamente al 100% del cliente local y del visitante procedente del Bajo Aragón Histórico.
Los hosteleros continúan recibiendo cancelaciones especialmente de turistas valencianos, catalanes y de ciudades como Zaragoza que, en vista de los acontecimientos, están desistiendo de mantener unas reservas que en algunos lugares hacían prever un mes de noviembre de récord. Todo ello, tras un verano y un inicio de otoño que desbordaron todas las previsiones iniciales y tan solo un año después de que durante el mismo puente se colgase el cartel de completo.
Una de las comarcas que contaba con reservas suficientes para colgar el cartel de completo antes del empeoramiento de la situación sanitaria es el Matarraña. La imagen durante todo el puente ha sido, sin embargo, la de carreteras vacías y la aparición de turistas con cuentagotas. En torno al 40% de los hoteles decidieron directamente cerrar desde que entró en vigor el confinamiento perimetral de Aragón el pasado martes. No obstante, los pocos hoteles que se han mantenido abiertos han recibido algunas reservas de clientes, en su gran mayoría, provenientes del resto del Bajo Aragón Histórico, lo que ha permitido mantener una mínima actividad.
Alcañizanos, andorranos y caspolinos, por tratarse de las poblaciones más grandes, han sido los principales y escasos clientes con los que ha contado la comarca más turística del territorio. Es el caso del Hotel Posada Guadalupe de Monroyo desde donde, además de los clientes habituales del municipio, destacó una única reserva de un grupo de visitantes procedentes de Alcañiz. «Estamos trabajando bajo mínimos. No obstante vamos a mantenernos abiertos esta semana para ofrecer servicio a los trabajadores y transportistas», explicó César Lombarte, gerente del establecimiento. En localidades turísticas como Beceite, se produjo un continuo flujo de visitantes bajoaragoneses que, sin embargo, fue a menos de cara a la jornada del lunes.
El Hotel Restaurante la Fábrica de Solfa, que esperaba colgar el cartel de completo antes del recrudecimiento de la pandemia, tan solo registró una pernoctación de unos clientes de Caspe. En la misma localidad en uno de los bares que decidió mantenerse abierto, el de La Plaza, además de la clientela local acudieron visitantes procedentes de localidades como Andorra y Alcorisa. Otros establecimientos como Hotel Restaurante El Salt de Valderrobres decidieron cerrar durante la primera parte del puente y no fue hasta ayer lunes cuando volvieron a abrir. «Hemos habilitado una pequeña terraza y hemos tenido algunos clientes de Caspe y Alcañiz, además de clientes de la zona», explicó Luis Izquierdo, de Hotel El Salt.
Sin terrazas en el Maestrazgo
Misma situación en el Maestrazgo, donde, tras el confinamiento perimetral de Aragón, perdieron al potencial visitante de la Comunidad Valenciana. Pese a lo benigno de la meteorología, lo cierto es que la gran altitud a la que están todos los municipios del Maestrazgo limita especialmente la apertura de terrazas por las bajas temperaturas que se registran a estas alturas del año. Por ello, además del factor limitante de movilidad entre comunidades autónomas, desde la Asociación de Empresarios Turísticos del Maestrazgo creen que mientras no se recobre el servicio en el interior de los establecimientos, no se podrá retomar la actividad hostelera.
«El hecho de no poder servir en interiores a nosotros nos condiciona totalmente porque aquí ya hace frío y no somos un territorio de terrazas. Las perspectivas son realmente malas», explicó Pilar Beltrán, presidenta de los empresarios turísticos del Maestrazgo. Tan solo algún motorista o alguna familia procedente de otras comarcas de la provincia o de la comunidad rompió la quietud y silencio que fueron protagonistas durante todo el puente del 1 de noviembre. «Es todo un suicidio abrir en estas condiciones por ello aquí la práctica totalidad de hoteles cerraron porque es inviable abrir en estas condiciones», añadió Beltrán.
Alcañiz compensa las cancelaciones
La excepción a esta situación se ha vivido durante todo el puente de Todos los Santos en Alcañiz y en los municipios más próximos, donde se ha superado un 90% de ocupación. El motivo no ha sido otro que el Campeonato Mundial de Turismos, que además volverá a Alcañiz los próximos 14 y 15 de noviembre. Desde la Asociación Turismo Bajo Aragón explicaron que la anulación de reservas hasta Navidad se ha visto compensada gracias a este evento deportivo. Los clientes, en este caso, han sido todos ellos profesionales, deportistas federados y trabajadores de las distintas marcas.
La procedencia ha sido muy diversa, con visitantes procedentes de distintos países de Europa, destacando Hungría, y de comunidades autónomas españolas como Madrid y Navarra. «Estamos doblemente contentos, en el caso de Alcañiz, porque el anuncio de que Motorland acogerá una segunda prueba del mundial nos va situar durante ese fin de semana en niveles muy altos de ocupación», explicó Nieves Ballestero, presidenta de la asociación empresarial del Bajo Aragón.
Sin embargo, los datos globales a nivel comarcal no ocultan la negativa tendencia. A pesar del destacable dato de Alcañiz, en la comarca del Bajo Aragón apenas se ha registrado un 26% de ocupación.
El cliente local acude a los bares
En cuanto a los pequeños bares, las persianas bajadas se suceden por buena parte de las localidades. Muchos de estos establecimientos situados en los cascos antiguos de las distintas poblaciones no disponen de terraza o su aforo es muy limitado por lo que resulta inviable su funcionamiento durante estos días. En cuanto a los bares que se han mantenido abiertos por poseer una amplia terraza, lo cierto es que han contado con el apoyo del cliente local que, en muchas ocasiones, ha querido apoyar a los establecimientos de sus propias localidades.
«Nos ha sorprendido que está todo vacío, no hay casi visitantes»
Tímida presencia en el territorio de visitantes de alguna de las comarcas aragonesas en las que, a día de hoy, se permite la movilidad por todo Aragón. El impacto en los establecimientos hosteleros de los 560.000 aragoneses que residen fuera de las tres capitales que permanecen confinadas apenas han tenido repercusión en el sector turístico bajoaragonés. La incertidumbre creada por el aumento de los casos de coronavirus y el temor al contagio han influido, según los empresarios, en que el ya de por sí poco numeroso cliente del «Aragón rural» se haya movilizado durante el pasado puente.
No obstante, aunque pocos, algunos vecinos de otras comarcas aragonesas se desplazaron al territorio en busca de unos parajes más solitarios que nunca. Es el caso de la familia Remolins Jesé, de la ciudad oscense de Monzón, que aprovechó para visitar, junto a sus hijas, el casco antiguo de Valderrobres. «Está todo muy tranquilo, sorprendentemente vacío y sin visitantes. Mi suegra se crió aquí y quisimos venir a visitar el Matarraña para que lo conozcan nuestras hijas», explicó la montisonense Raquel Jesé.
Marta Foz dice
La medida de cerrar Aragón a parte de mala no tiene sentido. Mejor un toque de queda como a Italia de 18h. a 6h. Y el turismo puede seguir viniendo y evitamos el ocio nocturno que es la causa de los contagios.
García F.H dice
Marta Foz.
En algunos «Tugurios» el amontonamiento desmascarillado se produce con el carajillo mañanero a partir de las 6.
No sólo se infringe en la noche.
Marta Foz dice
No digo que no…pero lo que está produciendo más contagios son las reuniones de jóvenes y botellones, a parte de otros mayores, irresponsables y egoístas
que como no tienen ni a sus padres ni abuelos les da igual si se contagian.