La preocupación extrema por cumplir los exigentes cánones de belleza actuales, la adicción a los teléfonos móviles o la falta de herramientas para poder expresar sentimientos son los síntomas que más se repiten entre los adolescentes del Bajo Aragón Histórico que sufren problemas de salud mental. Así lo han detectado desde la Fundación de Atención Temprana de Alcañiz, centro especializado en niños con dificultades en el desarrollo físico o psicológico que ahora también atiende a jóvenes tras detectar un aumento de casos en este sector de la sociedad a raíz de la pandemia.
Concretamente, el primero de los síntomas mencionados anteriormente, relacionado con la imagen personal, es el que más presión ejerce en los adolescentes a día de hoy, según han comprobado desde la fundación. «Normalmente uno cuando habla no tiene que preocuparse de sus gestos ni piensa en cómo se ve. Pero en la pandemia nos comunicábamos a través de las pantallas, y con ellas se les empezó a dar muchísima importancia al cuerpo y cumplir los cánones. Eso es lo que más les ha afectado a los jóvenes», relata Nuria Porcar, psicóloga y directora en funciones de los centros de la Fundación de Atención Temprana en Alcañiz y Caspe, donde reciben a jóvenes del Bajo Aragón, Bajo Aragón-Caspe, Matarraña, Bajo Martín, Andorra-Sierra de Arcos e incluso Cuencas Mineras.
La consecuencia principal de ello ha sido el aumento de casos de trastornos alimenticios que tanto ella como el resto de las en torno a 14 profesionales de la sede de Alcañiz han notado desde que terminó la pandemia. Aunque esta situación es tan solo un ejemplo, y a ella se unen otras tantas patologías que también despiertan su preocupación. «Por ejemplo, a muchos otros jóvenes les resulta muy complicado pedir ayuda. Hay una carencia importante de habilidades sociales, y eso puede derivar en conductas disruptivas», añade Porcar.

A día de hoy la fundación ofrece atención psicoterapéutica a un total de casi 20 adolescentes de entre 11 y 17 años en sus dos sedes. Además, también trabaja con ellos desplegando programas de intervención específicos en colaboración con los centros educativos. En ambos casos, sin duda, uno de los principales mensajes que intentan transmitir es que «no pasa nada por pedir ayuda e ir al psicólogo». «Es algo que todavía tenemos que normalizar», afirman desde la fundación.
La fundación también continúa trabajando con los sectores para los que originalmente fue fundada. Ofrecen la denominada atención primaria hasta a 124 niños del territorio con dificultades en su desarrollo físico o psicológico; así como la atención post-temprana hasta los 11 años, donde en cambio tienen a 79 niños. «Tenemos tratamientos individuales según las necesidades de cada niño, tanto física como psicológicamente: logopedia, psicomotricidad, o bien neuropediatría o psicoterapia. Esta es una atención temprana que también es salud mental. Cuanto antes se trabaje y se intervenga más problemas son los que se podrán evitar en un futuro», reivindica Porcar.
En estos casos, la pandemia también ha generado consecuencias. Han detectado, por ejemplo, a niños que han perdido habilidades sociales debido al aislamiento o el uso de las mascarillas. Frente a ello, la fundación ha resultado clave como «soporte de acompañamiento para ellos y sus familias», un hecho que pusieron el viernes, 16 de junio, sobre la mesa durante la conmemoración del Día de la Atención Temprana.
Plantación de un árbol, títeres y música en Alcañiz
Más de 200 personas se reunieron en la tarde del pasado viernes en la glorieta Telmo Lacasa de la capital bajoaragonesa, localidad elegida a nivel regional para la celebración de la fecha. Junto a las familias locales, estuvieron los trabajadores de la Fundación en Alcañiz y también los de Zaragoza, quienes leyeron un manifiesto a las 18.30. «Queremos visibilizar nuestra función, porque en el medio rural -donde todo de por sí es más complicado- somos una red indispensable para muchas familias», dijeron.
Entre todos los presentes se plantó un árbol en la ribera del Guadalope, que los más pequeños tendrán que encargarse de cuidar en el futuro. Además, disfrutaron de una actuación musical y se rieron con los Titiriteros de Binéfar. Entre medias, varios pintacaras convirtieron a los niños en superhéroes como Spiderman o en animales como gatitos.
«La atención temprana ha conseguido que mi hijo progrese y esté feliz»
La importancia del servicio de la atención temprana en las familias del territorio se demuestra con casos como el de Miguel Caldú, quien acude semanalmente «y siempre muy feliz» a la fundación de Alcañiz. El pequeño de cuatro años fue diagnosticado con autismo cuando tenía solo un año y medio y desde entonces no ha faltado nunca a un servicio que «le ha hecho conseguir grandes progresos». «Tener un hijo con autismo supone otro tipo de crianza. Yo he ido aprendiendo tanto con él como con el resto de profesionales de este centro. Es un trabajo que se debe hacer diariamente y luchando con ellos», explica su madre, Montse Lamarca.
Miguel todavía no habla, pero gracias a la fundación si ha podido aprender a controlar su cuerpo y ya está iniciando a comunicarse a través de pictogramas (imágenes). «Lo utilizamos para comer, ir al baño…Muchas veces él mismo me los pide», añade Lamarca.
No obstante, la madre de Miguel también reconoce que el medio rural necesita más recursos que puedan facilitar todavía más la vida de familias como la suya. «Falta información, y, por ejemplo, en las ciudades hay cientos de asociaciones donde poder pedir ayuda. Estamos completamente agradecidos a la atención temprana, pero quizás sería necesario tener alguna otra asociación de la que nos pudiéramos beneficiar».
Cuanto mal están haciendo las comarcas!!!!
Que mala suerte, antes de la pandemia esto no existía
Habrá que dotar una partida presupuestaria y contratar algunos amigos
Lis y Teo, agradecidos deberiais de estar de que, por lo que parece, no tengais a ningún menor a vuestro alrededor «con problemas», y visto que las administraciones públicas NO DOTAN suficientemente de servicios (veáse la falta de profesionales de la salud mental en el centro de Salud de Alcañiz, por poner un ejemplo, pues a «morir al palo» de lo privado. PERO LO QUE IMPORTA, EN ESTE CASO, ES LA ATENCIÓN DE LOS MENORES AFECTADOS Y SUS FAMILIAS.Así que muchas gracias a los profesionales que trabajais con ellos.
Hace 30 años no recuerdo que se diesen este tipo de trastornos tempranos y todo este tipo de cosas,a plantar un árbol bueno seguramente tu padre con 7 u 8 años si te llevaba eso sí desde luego no uno si no tal vez mil,eso sí se empleaba otro tipo de Psicología seguramente es porque los tiempos están cambiando rápidamente a mejor…….pues no esa es la duda.
Desde luego lo que está claro que vivimos en unos tiempos en los que la estupidez y lo absurdo prima veremos dentro de 30 años que nos depara el futuro.
dentro de 30 años estaremos mejor porque como estamos ahora en los mundos de yupi se acabará y las ganas que tengo.hace falta una limpieza a fondo y no digo como por qué lo censuran como siempre
Pues el futuro depara, sin duda, un desastre
Todas son género femenino? No hay macho alfa?
Sra. ya lo creo que los hay,pero esos precisamente no son «machos alfa»,son personas e intuyo que temerán ser estigmatizadas,como eran antes quienes padecían ésta dolencia.A través del tiempo y tras muchos Sacrificios de la Mujer,ha ido ocupando ésta,un lugar trascendental en la evolución de la que es ahora, y en futuro nuestra Sociedad. A tenor de su nombre como usuario y su comentario,Ud. no se ha puesto a la vanguardia de esa evolución.Estoy seguro que ese comentario ha sido irreflexivo e impropio, contrario a una Mujer actual.
‘Estamos ante la primera generación que los hijos van a ser menos inteligentes que los padres’ ( Dra. Marian Rojas Estapé)
¿quien tiene la culpa? el covid no, que ya le pregunté
Tanto quejarse con los cupos de igualdad, el reparto de trabajos entre hombre y mujeres, fíjense en la foto, los hombres donde deben estar,
Encima dirán que los hombres estarán en el bar, y mientras reclamando puestos para mujeres y tratándonos de machistas por bajar a la mina, cosechar, y echar asfalto en la carretera,