Pasan los días y las fechas marcadas en el calendario se van acercando. Son unas cuantas y todas importantes para Cristina Pérez Esteban (Alcañiz, 1992) porque implican cita con los escenarios y reencuentro con el público. Apura los días entre ensayos en Madrid, ciudad en la que vive y en la que pasó todo el confinamiento.
Decidió tomarse esos días de clausura en casa como tiempo para interpretar diferentes estilos musicales con su violín, grabarlo en vídeo y colgar cada día uno en sus redes sociales y en ellas se pueden seguir sus pasos y proyectos. Tanto en Facebook (Cristina Pérez Esteban) como en Instagram (@cristinamusic_strings) y su canal de Youtube (Cristina Pérez Esteban).
Aquello, que nació con esa pretensión de «no parar» le ha reportado varios proyectos, algunos de ellos son los que ahora la mantienen pendiente del reloj y el calendario para cuadrar ensayos sin perder de vista las fechas de estreno. «También pude participar en un concierto online desde la sala Hipóstila del Auditorio de Zaragoza con «loop station» (pedal de acompañamiento) e improvisación», recuerda. «Estoy muy agradecida y muy ilusionada con lo que viene», añade.
El jazz está en sus planes además del blues con su grupo «Blues on the corner» con el que arrancará a tocar este verano. La alcañizana es además una de las cuatro integrantes de «Stradivarias. El retorno», un espectáculo de música clásica, humor e interpretación que ya se hizo años atrás con éxito y que se retoma. Se estrenará el 10 de julio, el mismo mes en el que también está previsto el estreno de «Royal GAG Orchestra», un show de Yllana Teatro que incluye 40 músicos sobre el escenario. La compañía es habitual y muy querida en Alcañiz donde en 2012 recibió el Premio Trovador en el Festival del Castillo.
Ambos espectáculos están incluidos en la Red de Teatros de la Comunidad de Madrid donde se verán primero. «Ojalá haya gira fuera y vayamos a Alcañiz, mí sería muy especial volver a tocar en casa, ese teatro me trae muchos recuerdos y todos muy buenos de mi etapa en el conservatorio», reflexiona. Cristina desarrolla estas facetas tan variadas a la vez que sigue dando conciertos como violinista clásica en diferentes ensembles y orquestas. «Empleando todos los recursos puedo expresarme en clásico y de otras maneras con otros estilos de música. Eso me permite llegar a más gente y es algo que me apasiona», añade.
Violinista clásica… y mucho más
Sus inicios están en el Conservatorio de Alcañiz con siete años de edad, al igual que Loreto Caso Gracia, quien la propuso para esta sección EncontrARTE. «No vengo de familia de músicos pero en casa siempre se ha disfrutado mucho de la ópera, el jazz… Empecé de casualidad por probar y una vez dentro me encantó», apunta. El Conservatorio Superior de Barcelona fue el siguiente destino para cursar la carrera de clásico. Allí se le prendió la chispa para probar otros estilos ya que de segundo instrumento optó por improvisación, canto jazz y moderno, violín jazz…
En esa etapa académica, de estudio y tremenda exigencia formó parte de las jóvenes orquestas nacionales de España y Holanda e hizo giras por Europa en las que tomó conciencia del poder de la música como lenguaje universal. «Igual no controlabas mucho el inglés entonces pero nos entendíamos y cuando ves que el público, que tampoco habla tu idioma, disfruta con tu música es emocionante», dice.
A Madrid la llevó un máster de interpretación solista en el que fue puliendo y perfeccionando el violín clásico. Mientras, quiso seguir con lo probado en Barcelona en canto, jazz y tantas variedades y encontró en la escuela de música creativa un centro para ello. Siguieron saliendo propuestas de clásico pero también de esta nueva vía que le propició nuevas conexiones. «El grupo de blues surgió ahí, por ejemplo», apunta. Empezó a colaborar con la Orquesta Reino de Aragón y salieron más proyectos e ideas como la Orquesta Carlos III. «Aunque es una red amplia, la musical está muy interconectada. De hecho, me he ido reencontrando con compañeros de la Joven Orquesta Nacional», dice.
La gratitud del público compensa con creces la dureza que entraña una carrera como la musical. «Creo que de haberme dedicado a otra cosa, la música sería muy importante en mi vida, la disfruto y me conmueve. El apoyo de la familia es importante, yo lo tuve, lo tengo y soy muy feliz con esta profesión porque es maravillosa», concluye.