La inauguración de los Cines Alcañiz en enero de 1998 coincidió con el estreno de Titanic, la tercera película más taquillera de la historia a nivel mundial. La fila para adquirir una entrada serpenteaba más de 100 metros desde la puerta hasta el mismo centro de la plaza Paola Blasco. La sala con mayor capacidad, 254 butacas, no daba abasto. El largometraje causaba furor entre los vecinos de todo el Bajo Aragón Histórico. Las entradas se vendían de diez en diez y se agotaban tan rápido que una noche una veintena de personas, que se quedaron sin ticket, se colaron a base de empujones. Cayó al suelo el portero, el de la taquilla y uno de los cuatro socios del cine.
Titanic estuvo en cartelera durante tres fines de semana y no sería el único éxito. Algo pasa con Mary (noviembre de 1998), La vida es bella (febrero de 1999) y Shakespeare in love (marzo de 1999) volvieron a reventar la taquilla. Las salas funcionaron tan bien que los dueños llegaron a recuperar la inversión de casi 100 millones de pesetas. Sin embargo, esos días gloriosos son solo recuerdos. Desde 2012, las salas acumulan polvo y la fachada es víctima de los grafiteros. Detrás de la verja de la puerta se acumulan decenas de latas, botellas de plástico y bolsas de patatas fritas. Las inmediaciones del olvidado edificio ya no son un punto de encuentro de cinéfilos, sino la zona recreativa de los más jóvenes. Tras una década sin poner el pie allí, el empresario jubilado Daniel Cuevas regresa para lanzar un grito de auxilio. Fue su casa durante siete años y ahora no sabe si sentir «nostalgia, odio o rabia».
Los Cines Alcañiz están a la venta por 200.000 euros desde el 2014, dos años después de que el Ayuntamiento de la localidad terminase el contrato de alquiler. «El consistorio se hizo cargo de las salas en el año 2006, cuando nosotros decidimos dejar de administrarlas, para que no se cerrasen. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica, los ayuntamientos ya no tenían liquidez y Alcañiz no pudo seguir con el cine», recuerda Daniel Cuevas. Fue él quién propuso a los otros tres socios -el comercial Cristóbal Suarez, el profesor José Luis Sánchez y la enfermera de laboratorio Inés Suarez– embarcarse en este proyecto empresarial en 1997. Cuevas ya estaba metido en el sector, ya que en aquel momento tenía cuatro salas de cine en Castellón. A través de dos viajantes de películas -de dos distribuidoras diferentes- se enteró de que el antiguo cine de Alcañiz se había cerrado.
«Me comentaron que era una lástima que una población grande se quedase sin cine, y decidí subir yo mismo a hablar con la gente. El Ayuntamiento nos confirmó que los vecinos tenían interés en que hubiese proyecciones y nos dio todo su apoyo», cuenta Cuevas. El siguiente paso era buscar un terreno. Justo entonces se estaba edificando la zona de Paola Blasco y el constructor les ofertó hacer allí la obra. En octubre de 1997, se empezaron a poner los cimientos y el 25 de enero de 1998 fue la inauguración. «Se hizo en menos de cuatro meses. Aquel invierno hubo justamente una nevada enorme que nos tuvo diez días sin poder trabajar. El ingeniero nos dijo que no había visto nunca en Alcañiz una obra tan rápida«, detalla Cuevas.
Dos salas con 484 butacas
Los cuatro socios pidieron un leasing a una entidad bancaria para costear la construcción. Solo en el local se invirtieron más de 25 millones de pesetas. Después, acondicionarlo como cine supuso otros 70 millones. El local tiene 610 metros cuadrados y cuenta con dos salas de cine (con sus respectivas máquinas para emitir películas) de 254 y 230 butacas. Además, dispone de una taquilla, un despacho, dos habitaciones, una cafetería y tres baños (caballeros, señoras y movilidad reducida). También cuenta con ascensor, acceso para personas con movilidad reducida, salida de emergencia y climatización.
«Está todo en perfecto funcionamiento. Solo habría que hacer una limpieza, unas pequeñas reparaciones y poner las instalaciones en marcha», destaca Cuevas. Eso sí, habría que digitalizar las cabinas, ya que se diseñaron para proyectar películas de 35 mm.
Sube y baja desde Castellón
Los cines de Alcañiz se abrían los fines de semana (viernes, sábado y domingo), los días festivos y las vísperas de estos. Daniel Cuevas subía junto a uno de sus socios desde Castellón para dar el servicio. En ocasiones, les acompañaba la familia -de ahí las dos habitaciones que se construyeron en el cine- y se convertían en unos vecinos más de la capital bajoaragonesa. «Íbamos siempre a comer al mismo bar de la avenida Aragón», señala Cuevas. Una de sus dos hijas -la misma que de pequeña se sentaba en la última fila de la sala en pijama- se dedica ahora al sector audiovisual.
Los clientes del Bajo Aragón Histórico repetían semana tras semana, y los castellonenses entablaron amistades locales. Durante este tiempo se emitieron «muchísimas películas», las colas para comprar palomitas «subieron por las escaleras» y la gente se lo pasó «muy bien». La dinámica continuó así hasta 2005, cuando el otro socio se cansó de subir y Cuevas tenía que venir solo. «Llegaba el viernes por la mañana y me iba el lunes. Pasaba mucho tiempo lejos de casa y de mis niñas, que entonces eran pequeñas. Al final desistí yo también», explica el copropietario. El resto de los socios estaban volcados en sus profesiones y tampoco podían tomar el relevo, así que decidieron cerrar los Cines Alcañiz.
¿Puede comprarlo el Ayuntamiento?
El equipo de gobierno de aquella época decidió alquilar el local los seis años siguientes. Después, las proyecciones de películas se reubicaron en el auditorio del Palacio Ardid. Los cuatro socios de los Cines Alcañiz lamentan que las salas estén cerradas y buscan una empresa o administración pública, como el consistorio, para hacerse cargo de ellas. «Ya sea una compra-venta o un contrato de alquiler, estamos abiertos a dar una solución», insiste Daniel Cuevas. En cuanto a la digitalización de las cabinas, señala que «se podría poner el sistema digital que se usa actualmente en el auditorio en una de las salas de cine y utilizar la otra para eventos».
«Me gustaría que se abrieran las salas y que tuvieran mucho éxito. Para mí sería un gran halago, ya que fui yo quien impulsé el proyecto», confiesa Cuevas. Los socios llegaron a reunirse con el anterior alcalde de Alcañiz, quien «les mostró su predisposición de que el consistorio se hiciese cargo de las instalaciones«. Sin embargo, «nunca les han devuelto la llamada». Desde el actual equipo de gobierno, explican que ellos «no han recibido ninguna propuesta«. «No tenemos una solicitud sobre la mesa para sentarnos a valorarla. Eso no quiere decir que al final lo comprásemos, el ayuntamiento no es un pozo sin fondo», expone el concejal de Cultura, Jorge Abril.
Asimismo, Abril subraya que el consistorio «apuesta por el cine» y «va a seguir manteniendo las proyecciones en el Palacio Ardid con una oferta de películas competitiva».
Sonia dice
auxilio? que se busquen la
vida… que pretenden? que les auxiliemos entre los demás?
venga hombre…
SARA dice
Que lo compre el ayuntamiento y se haga un auditorio como dios manda… que falta le hace a esta ciudad… URQUIZU
Pablo dice
Ya tenemos un teatro y la sala actual del palacio ardid, ¿Necesitamos tener otro auditorio más y/o una sala de cine gigantesca? no se llena la que tenemos como para llenar dos salas de 250 butacas.
En mi opinión Alcañiz no necesita tener un auditorio más, necesita utilizar, cuidar y aprovechar el actual antes de tener otro aun más grande. Alcañiz necesita tener las calles correctamente pavimentadas, un alumbrado publico eficiente o una factura energética reducida a la mínima expresión.
En mi opinión, hacen falta muchas reparaciones e inversiones en eficiencia económica y energética como para gastarse 200.000€ en un inmueble a renovar por completo. Repito, en mi opinión, pero es una opinión como otra cualquiera y tiene la misma validez
profesor69 dice
Triste inversión, en este caso sin ningún futuro, y confío que no se pague un sólo euro de dinero público.
Lo lamento por los inversionistas, se equivocaron, esto pasa a veces, no hay futuro para el cine en salas, y menos en salas dentro de donde están, totalmente inutilizable para nada, si en el casino no le se saca el provecho que se le puede dar, ¿vamos a usar esta ratonera?, en fin suerte a todos, pero espero que una mala inversión no tenga que pagarla de mi bolsillo.
Antonio dice
Cuando te montas un negocio ya sabes a lo que te arriesgas , en alcañiz el ayuntamiento ya tiene cine, tenemos otras muchas cosas más necesarías en que gastar el dinero
Kpm dice
Es triste pero los cines en las pequeñas poblaciones están muertos. Quitando los grandes centros comerciales en el resto van a desaparecer. 3 cines tenía Andorra y no queda ninguno. En los tiempos de la nueva tecnología con internet, Amazon Prime, Netflix, etc, no va a quedar ninguno.
Kpm dice
Algún día les tendréis que contar a vuestros hijos lo que eran los cines, como yo ahora le tengo que contar a mi hija lo que eran las cabinas de teléfonos o esas bombonas de hierro amarillas en la que se echaban las cartas.
Mañifica dice
La iniciativa de compra de los cines debería ser privada. Se podrían aprovechar las instalaciones para otros usos que no fueran cines: una bolera o una sala de conciertos por ejemplo.
Miguel dice
pregunta a los vecinos si quieren conciertos. no vives cerca por lo que veo que jeta tienen algunos
Daniel dice
Aún recuerdo el cine Roch, en la ronda de Belchite.
Me ha gustado el reportaje, una pena ver el cine así.