El Consejo de Gobierno ha aprobado este miércoles una declaración institucional en la que insta al Gobierno central a que declare como zona afectada por emergencia de protección civil –lo que tradicionalmente se conoce como zona catastrófica– las áreas dañadas por la meteorología en la provincia de Teruel y de Zaragoza en las últimas semanas. Los capítulos que mayores afecciones ocasionaron fueron el tornado en Alcañiz el pasado 21 de junio, así como las pedregadas que cayeron en Calanda el 5 de julio, y la histórica granizada en Andorra y Mazaleón al día siguiente, el 6 de julio. Los daños globales que estiman tanto ayuntamientos, como vecinos particulares, empresas y agricultores se estiman en millones de euros.
Las comarcas incluidas en la petición del Ejecutivo autonómico, y que sufrieron afecciones en determinadas zonas son el Bajo Aragón, Andorra-Sierra de Arcos, el Matarraña, el Bajo Martín, el Bajo Aragón-Caspe, las Cuencas Mineras y el Jiloca. «Las administraciones debemos ser ágiles a la hora de compensar a la ciudadanía por este tipo de incidentes meteorológicos, algo que va a cobrar más importancia si cabe con el paso de los años, dado que el cambio climático hace prever que estos fenómenos serán cada vez más recurrentes», ha apuntado la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mayte Pérez, tras el Consejo de Gobierno.
El sector agrícola bajoaragonés y los ayuntamientos afectados ya se reunieron este lunes en el Ayuntamiento de Calanda para trabajar una reclamación conjunta que vehiculará el alcalde calandino y diputado del PP por Teruel en el Congreso, Alberto Herrrero. A través de una Proposición No de Ley pedirá acogerse a las ayudas del Estado así como enmiendas con otras líneas de apoyo como mejoras en la fiscalidad agrícola o subvenciones a coste cero.
A la cita asistieron una quincena de representantes de las Denominaciones de Origen del Melocotón y el Aceite, cooperativas y empresas de los territorios afectados. También estuvieron junto al anfitrión, Rafael Martí, el primer edil del otro gran municipio afectado por la pedregada, Mazaleón; e Irene Quintana, segunda teniente alcalde de Alcañiz, localidad con graves daños por un tornado semanas atrás. También estaban convocados pero no acudieron el alcalde de Andorra, Antonio Amador; y el concejal de Castelserás Nacho Sodric.
Tornado en Alcañiz
Un tornado acompañado por una tormenta severa de viento huracanado, granizo y fuerte lluvia torrencial causó graves destrozos en todo Alcañiz el pasado 21 de junio. En menos de veinte minutos, la tormenta levantó techos en naves industriales; rompió toldos y persianas; anegó calles, viviendas y locales; y tumbó contendedores, árboles, camiones, antenas y torres de alta y media tensión. Asimismo, ocasionó daños en explotaciones agrícolas del entorno de la capital bajoaragonesa. Se registraron hasta 31 litros por metro cuadrado en los escasos minutos que duró la precipitación torrencial. En tan solo 10 minutos, la temperatura pasó de ser de 32ºC a las 15.45, a 18ºC a las 15.55, resultado de un reventón que provocó una racha de aire huracanado. Durante esa tarde, los vecinos realizaron más de 150 llamadas a emergencias.
Los daños en infraestructuras municipales se cifran en más de 150.000 euros; y vecinos y empresas han dado más de 300 partes a las aseguradoras. El Ayuntamiento ha solicitado las ayudas estatales para emergencias sobrevenidas a las que también se pueden acoger vecinos y empresas y que costean el 50% de los daños en domicilios particulares, zonas comunes de comunidades, así como actividades empresariales e industriales. El plazo finaliza el próximo 21 de julio, y las solicitudes deben dirigirse a Subdelegación de Gobierno de Teruel a través de las ventanillas de registro.
Pedregada en Calanda
El pasado 5 de julio, dos pedregadas -con una diferencia de apenas media hora- causaron importantes destrozos en los frutales de melocotón de Calanda. En su momento las heladas de abril ya habían dañado el 70% de la producción, dejando únicamente un 30% de esta disponible para la campaña que iniciaba este mes de julio. A este porcentaje también afectó el tornado que el 21 de junio ya dañó los campos próximos a la capital bajoaragonesa, a lo que se unieron estas granizadas, «la gota que colmó el vaso», que provocó que la cosecha se redujese a apenas a un 10-15%.
La piedra también afectó, aunque con menor intensidad, al casco urbano de la localidad. Los vecinos alertaron, sobre todo, de daños en canaleras y vehículos.
Histórica granizada en Andorra
Una histórica tormenta de granizo -acompañada de intensas rachas de viento que alcanzaron los 146 km/h- ocasionó el pasado 6 de julio graves destrozos en Andorra. Las calles quedaron cubiertas en su totalidad por un manto blanco de gran espesor, que en algunos sitios superó los dos palmos de altura. Las casas, comercios y garajes quedaron anegados; las calles intransitables; los vehículos con abolladuras y lunas rotas por el desprendimiento de tejas; las canaleras destrozadas y los árboles tumbados. Muchos vecinos fueron sorprendidos por el temporal mientras caminaban por el trazado urbano, y los más mayores tuvieron que llamar a los servicios de emergencia ante la imposibilidad de entrar a sus viviendas por la acumulación de granizo en las puertas.
Las pérdidas por la peor pedregada de las últimas dos décadas son millonarias. Solo los daños en infraestructuras municipales se estiman ya en 880.000 euros. Las afecciones en edificios deportivas ascienden a 550.000 euros entre la piscina climatizada, la piscina de verano, el frontón y los pabellones. En material cultural los destrozos se sitúan en 250.000 euros (Casa de Cultura, Escuela de Adultos, Escuela de Música, Casa Abellán…) y costará 50.000 euros reparar los centros educativos -la guardería y los colegios Manuel Franco Royo y Juan Ramón Alegre- sin contar el IES y el Gloria Fuertes. La primera valoración de la residencia estima unos destrozos valorados en 30.000 euros.
Al igual que el consistorio alcañizano, el Ayuntamiento de Andorra también se acogerá a una línea de subvenciones siempre abierta para atender situaciones de emergencia o de naturaleza catastrófica reguladas por el Real Decreto 307/2005 que sufraga el 50% de los daños. Igualmente, los vecinos a título individual y comunidades se pueden acoger a las ayudas en un plazo hábil de 30 días desde que sucedió la tormenta.
Pérdida de la cosecha en Mazaleón
La granizada del pasado 6 de julio también destrozó todas las nuevas plantaciones de jóvenes agricultores de Mazaleón que apostaron por quedarse en su pueblo y que ahora se están replanteando qué hacer. Tan solo en medio año se han marchado 38 vecinos de los más de 500 habitantes. Por eso el pasado viernes 8 de julio el Ayuntamiento celebró un pleno de urgencia para reclamar lo que se acordó en la reunión celebrada en Calanda este lunes: ayudas, préstamos flexibles y la declaración de «zona afectada gravemente por una emergencia».
Los más de 90 litros por metro cuadrado que cayeron en menos de una hora causaron cuantiosos daños en todo el casco urbano en Mazaleón. Las calles se transformaron en ramblas y piscinas, inundando garajes y bajos de viviendas. La inundación fue especialmente intensa en los alrededores de la Val de Alcañiz, que se desbordó al recoger también las precipitaciones procedentes de Valdealgorfa y localidades próximas.
Desde el Gobierno de Aragón han señalado que los hechos ocurridos son de tal magnitud que requieren del esfuerzo de todas las instituciones públicas para la adopción de las medidas precisas de carácter paliativo y reparadoras que permitan la vuelta a la normalidad en las zonas afectadas.