«Escribir es poner en las palabras toda la vida que se respira en este mundo».
Bueno, veraniegos lectores, creo que con la frase anterior (sacada de su extraordinario diario «El oficio de vivir»), el gran escritor CESARE PAVESE (1908-1950) quería resumir lo que era para él la Literatura y su función. Y que además, podría ampliarse a toda aquella maravillosa generación que se ha venido en llamar «neorrealista italiana»: escritores y poetas de la talla de Alberto Moravia, Carlo Levi, Italo calvino, Natalia Ginzburg o Salvatore Quasimodo, entre otros; que, huyendo del realismo tradicional adoptaron un realismo simbólico que desencorsetaba las palabras, incluso las más humildes, dejándolas volar para que el lector pudiera captar sus muchos sentidos y evocaciones. Es una escritura limpia y sin barroquismos, capaz de hacer que los objetos y personajes descritos, de un pequeño pueblo por ejemplo, adquieran la categoría de universales.
Y todo esto viene a cuento porque, gracias a la cuidada edición que en estos días ha sacado la editorial Catedral, he vuelto a releer una pequeña joya de la literatura titulada «EL BELLO VERANO», con la que el amigo PAVESE ganó en 1949 el premio Strega, y no me he resistido -además de por evocador título- a compartirla con vosotros.
En esta deliciosa novelita, llena de contrastes, palpita la alegría, el júbilo y el renacer del verano (recordamos su famoso comienzo: «Por aquel entonces siempre era fiesta»); pero también la nostalgia, el dolor y tristeza de la vida cotidiana cuando ya no es el sol y el aire libre los que dominan la historia, sino el trabajo, el tranvía, las tareas caseras.. de una ciudad triste y gris, como Turín.
En aquel pleno verano de los años treinta, Ginia, de clase trabajadora y de apenas dieciséis años, tiene unas ansias desbocadas de vida. De la mano de su amiga Amelia, elegante y sofisticada, conocerá un deslumbrante mundo habitado por artistas bohemios que la embelesará y la hará enamorarse. Sin embargo, este comienzo cargado de ilusiones será tempestuoso y doloroso, y estará destinado a arder como una llama endeble, que no alumbrará más allá del verano.
«EL BELLO VERANO» es la historia de la inevitable pérdida de la inocencia. Una delicada iniciación a la vida, el descubrimiento de la sensualidad y la tentación; el paso de la adolescencia a la madurez y a la conciencia de lo inevitable del destino.
Con una delicada prosa, evocadora y lírica, sutil y de una deseada monotonía, PAVESE nos abre el paso a un mundo de ilusiones evanescentes y de esperanzas fallidas, descubriendo el choque entre la ciudad, símbolo de la soledad, y los espacios abiertos, pura libertad. Todo transcurre en un prometedor verano, y entre el ambiente de una clase trabajadora y una bohemia alejada de la moral, que termina con la inocencia de una adolescente.
«PAVESE, dijo Susan Sontag, es uno de los pocos novelistas verdaderamente imprescindibles de mediados del siglo XX».
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz