Decenas de vecinos de Valdeltormo y Valjunquera revivieron durante la jornada del sábado las vivencias de las que el Mas del Labrador fue protagonista hasta su abandono. La Asociación Amigos del Mas del Labrador celebró este encuentro, inicialmente previsto para el sábado 2, pero que finalmente se pospuso por la intensa lluvia. El objetivo de este encuentro es poner en valor la historia de este despoblado que quedó prácticamente abandonado tras la postguerra. Los últimos vecinos que quedaban se fueron en 1962. «Recuerdo que en los años 60 aún había aquí familias, entre ellas el cartero de Valjunquera. Aquí se celebraba misa todos los domingos y la oficiaba Mosen León Andía, incluso recuerdo el cartel con los horarios», recuerda Ángel Mompel, descendiente del Mas del Labrador.

Muchos de los asistentes recordaron el colegio de estudios medios que existía, incluso una fonda que funcionó a pleno rendimiento ya que el antiguo trazado de la carretera nacional discurría junto al núcleo urbano. Precisamente el investigador e historiador Carlos Sancho quiere recopilar todas estas vivencias y por ello continúa almacenando todo tipo de testimonios relacionados con el Mas del Labrador o Mas del Llaurador para editar una publicación. «Contamos ya con mucho material, fotografías, documentos y muchos testimonios. El objetivo es poder obtener ayuda de alguna institución como la comarca y poder editar este libro. Este era un núcleo muy vivo, que acabó despoblándose y que desgraciadamente cuenta cada día con menos informantes que cuenten cómo era la vida aquí», explica Sancho.

Año tras año el acto cuenta con la presencia de las últimas familias que vivieron en el actual despoblado. Los antiguos pobladores son los encargados de contar al resto de asistentes cómo era la vida en el Mas del Labrador hasta su abandono. Actualmente tan solo se conserva la iglesia, que fue rehabilitada. Peor suerte corren las viviendas, que pese a su gran calidad están todas ellas en ruinas. Hasta los años 90, momento en el que se reformó la carretera N-420, la vía pasaba junto al antiguo núcleo de población. El Mas del Labrador mantuvo en torno a 60 habitantes durante el siglo XX, hasta la guerra civil. En 1938 fue bombardeado por la aviación italiana y sus habitantes comenzar a emigrar a los dos pueblos vecinos aunque varios vecinos continuaron unos 25 años más.

Durante el acto muchos grupos de familiares y amigos disfrutaron de una merienda de hermandad y un concierto de piano que corrió a cargo de Santiago Sáez. Todo ello tras la eucaristía que acogió el templo, único edificio restaurado y que fue consolidado hace varios años. «Es una fiesta de hermandad y convivencia entre los vecinos y vecinas de los dos municipios y es una oportunidad para recordar anécdotas y resaltar la historia en común de las dos villas», explica Susana Traver, alcaldesa de Valjunquera y secretaria de la Asociación Amigos del Mas del Labrador.
Qué bien tocaba el piano Santiago Sáez…