El histórico dirigente de Grupo Arcoiris pone fin, por jubilación, a su etapa laboral caracterizada por haber sido embajador del Matarraña y de Teruel
Enrique Bayona ha sido en muchos casos durante toda su trayectoria laboral, la persona clave en el momento adecuado para liderar los retos más importantes a los que se ha enfrentado el territorio en las últimas décadas. Nacido en 1947 en Valencia, ha sido y es un embajador del Matarraña y de toda la provincia de Teruel en su conjunto.
Entre su personalidad resolutiva destaca su afán constructivo y su visión positiva de los retos y problemas a los que se enfrenta el territorio, caracterizándose toda su trayectoria laboral y personal por una búsqueda constante de soluciones. Presidente durante varios años de la D.O. Jamón de Teruel y de Cepyme Teruel, destaca su labor de Dirección durante más de 3 décadas en Grupo Arcoiris, siendo nuevamente la clave para su configuración tal y como la conocemos actualmente, constituyendo uno de los grupos cooperativos agroalimentarios más importantes de Aragón y auténtico motor económico del territorio.
Su labor como embajador del Jamón de Teruel le permitió poder regalar personalmente las unidades que alcanzaron cifras emblemáticas como los 5 millones de producción al Papa Juan Pablo II o al actual Rey de España, Felipe VI. Destacan, entre el gran número de reconocimientos a su persona la Cruz de San Jorge en 2006 y el Premio Alimentos de Aragón 2007. A sus 72 años Bayona anunció en 2018 una jubilación que acaba de estrenar con el nuevo año después de haber dejado la Dirección de Grupo Arcoiris en 2013, grupo agroalimentario al que ha seguido vinculado hasta ahora como asesor.
Entrevista a Enrique Bayona
¿Cómo ve el futuro en Grupo Arcoiris? ¿Y a nivel agroalimentario en la provincia de Teruel?
En cuanto a Grupo Arcoiris, el consejo actual con su director, Juan José Moles, han iniciado una etapa de crecimiento, aplicando las reformas necesarias para aumentar la producción. En nuestro campo tenemos campo para crecer. Somos una de las comarcas de Aragón con más potencial en ese aspecto. A nivel global creo que con las materias primas que tenemos, bajo el paraguas de las actuales Denominaciones de Origen y las IGP, hay mucho por hacer. Tenemos ahí una gran posibilidad con la trufa, en la que la provincia y localidades como Monroyo y Sarrión tienen un gran potencial. Tenemos la IGP Vino del Bajo Aragón y me consta que se está trabajando en la D. O. que sería un marchamo de calidad en la que estarían todos los productores. Ahí está también el trabajo hecho en el aceite de oliva. Creo que siempre hay que trabajar con criterios unitarios y no dispersos para avanzar en el sector primario. Tenemos productos y recursos de alta calidad y personas que tienen una gran capacidad de trabajo y aprendizaje, como así se ha visto en Grupo Arcoiris, donde partiendo casi de 0 hemos formado a personas en fábricas de piensos, mataderos, secaderos de jamones. Es importantísimo además viajar y conocer otras realidades. Algo por lo que siempre apostamos en Arcoiris.
«El consejo actual con su director, Juan José Moles, han iniciado una etapa de crecimiento»
¿Sigue siendo defensor de que las oportunidades han de crearse desde aquí , desde el propio territorio?
La política que hemos seguido es: si una cosa es rentable, vamos a desarrollarla. Pero ha de ser per sé estratégicamente rentable. Si vienen ayudas bienvenidas sean. Si basamos una idea y su desarrollo en esperar ayudas nos podemos equivocar de plano; desgraciadamente tenemos muchos ejemplos de maneras de proceder con este planteamiento que han fracasado y en cuanto se han cortado las ayudas el proyecto ha caído como un castillo de naipes. Siempre he creído que a Teruel grandes empresas de fuera no van a venir. Existen proyectos en los que el propio gobierno ha sido el abanderado como Motorland, la nieve en Gúdar-Javalambre, el aeropuerto de Teruel… pero lo que es el propio desarrollo de empresas hemos de creer en nosotros mismos. Montar un proyecto en base a las ayudas es un grave error. Al igual que es erróneo esperar que la solución venga desde fuera. Siempre he sido defensor de que el potencial propio, su puesta en valor y su promoción se ha de hacer desde dentro. Tenemos que ser los propios habitantes de aquí los que tomemos la iniciativa, abramos y construyamos ese camino. Las soluciones han de ser endógenas, del propio territorio.
«Nunca hay que esperar que nos solucionen un problema desde fuera. La solución ha de ser endógena»
¿Pensaban en 1978 cuando constituyeron GUCO que se llegaría hasta este punto?
Nuestra filosofía ha sido siempre buscar valores añadidos. Cuando nace el proyecto de la fábrica de piensos GUCO decidimos tomarnos muy en serio los viajes. Viajando se descubren cosas y se ven otras realidades. Para mover a la acción vale más viajar, que horas y horas de reuniones explicativas. Nosotros descubrimos cuando vendíamos los conejos a Cataluña o Zaragoza y los cerdos a Valencia y Cataluña que ese valor añadido lo podíamos generar aquí, sacrificándolos nosotros y formándonos, porque la materia prima ya la teníamos ¿Que llegásemos a una plantilla actualmente con la nueva dirección de 500 trabajadores y una proyección de más de 600? En aquellos momentos no pensábamos llegar tan lejos, pero sí que buscamos esos valores añadidos con los recursos humanos propios. Llegó el matadero y después llegó la sala de despiece. Hay muchísima gente trabajando en la elaboración de embutidos y productos, en el curado de jamones… todo esto lo hemos ido desarrollando creyendo en nosotros mismos y este ha sido el secreto. Recuerdo la fase inicial en la que «el Jamón está muy bueno, pero el purín huele» y no había una estructura para ordenar el sector del purín y la gente se quejaba, incluso hasta familiares míos. Pero fuimos capaces de poner en marcha una empresa de transporte de purines. Tenemos balsas de almacenamiento para evitar los malos olores en fechas de gran afluencia de turistas; tamién las localidades regulan el vertido de purines. Con ello quiero decir que conforme han ido apareciendo problemas se ha trabajado en la solución y todavía se está haciendo.
«Debemos exigir que suplan la carencia de infraestructuras que tenemos. Internet, la A-68 y la finalización de la N-232 en Monroyo son primordiales para luchar contra la despoblación»
¿Cómo fue ese punto de partida?Recuerdo el primer escrito de la Comisión Promotora convocando a la acción y a la promoción de la fábrica de piensos. En un inicio el propio consejo tuvo que avalar el proyecto con sus propios bienes, algo muy meritorio y que afortunadamente ya no se da pero que da cuenta del compromiso de todas esas personas. Desde Faustino Segura, el primer presidente de GUCO, hasta el actual Delfín Albesa hemos tenido en todos los casos personas excepcionales que han dejado toda su calidad humana en este proyecto, como son José Martí, Miguel Ferrer, Alfredo Arrufat, Joaquín Gil y Pedro Luis Celma. Muchas de las ideas que se han puesto en marcha han nacido de estas personas. Cada uno ha aportado su granito de arena con ideas o lidiando con vientos muy desfavorables.
¿Turismo y sector agroalimentario tienen que ir de la mano?
Sin ninguna duda. Se debe de producir una sinergia que ya existe. El turismo es el otro pilar sobre el que se asienta la economía del Matarraña y de buena parte de la provincia. No cabe duda de que se ha trabajado muy bien. Hemos sabido crear una sinergia y una reciprocidad. Aquí vas a cualquier comercio o establecimiento hostelero y tienen nuestros productos. Ese establecimiento además está apostando por otros productos como el aceite de oliva D.O. Bajo Aragón, la trufa, el vino… Los establecimientos aquí tienen un nivel extraordinario. Todo el que viene al Matarraña repite.
«Basar una idea en las ayudas provoca que, en cuanto se cortan esas subvenciones, la iniciativa caiga como un castillo de naipes»
Recientemente fue reconocido por su aportación a la economía social ¿Por qué es tan importante?
La economía social y la filosofía cooperativa pone por encima de todo el valor de la persona. Es una filosofía humanista en la que el capital pasa a un segundo plano a diferencia de una sociedad mercantil, donde manda el capital. Además se cumple la premisa de la solidaridad. Tenemos un ejemplo en Arcoiris donde nuestras empresas son estancas. Jurídicamente cada una de las sociedades cooperativas que conforman Arcoiris son independientes aunque formen una sociedad de segundo grado. Un problema en una de ellas no arrastra a los demás. Ello no quiere decir que en un momento dado de dificultad no se pueda auxiliar a una de las sociedades mediante un excedente de tesorería de otra mediante un pagaré de empresa, porque el principio de solidaridad y cooperación debe cumplirse siempre. O incluso si fuese necesario establecer un aval solidario. Son casos muy esporádicos pero pueden darse. A través de distintas cooperativas y fundaciones la economía social en Aragón tiene casi 10.000 empresas. Además en estas empresas asociativas es necesaria la transparencia. Todos los socios deben de recibir las cuentas y los balances porque la información es vital en este tipo de economía para que exista un arropamiento y apoyo por parte de todos. Además siempre he recomendado intentar trabajar con varias entidades financieras. En general los bancos no tienen alma. Por ello es importante que si se cierra una puerta poder trabajar con otra entidad.
«Tiene que haber una sinergia entre el turismo y el sector agroalimentario»
¿Cuáles son las principales carencias a las que se enfrenta el empresariado del Matarraña y de la provincia de Teruel?
Principalmente las infraestructuras. En un mundo global donde Internet debe llegar a todos los sitios es primordial que un empresario o cualquier persona que venga aquí tenga garantizada la banda ancha y un correcto acceso a la comunicación online hasta en la última de las localidades de toda la provincia. Y en segundo lugar las carreteras. No podemos estar más de 25 años esperando la s obras de la N-232 entre Torremiró y el cruce de Ráfales, en unas obras que aún ni si quiera se han inaugurado. O la A-68. Esta provincia necesita de una urgente apuesta por las infraestructuras. Sin ir más lejos la variante de Alcañiz ¿Cuantos litros de combustible y contaminación ha ahorrado y cuanto tiempo y cuanta seguridad ha aportado en estos años que lleva en marcha? Debemos exigir a las instituciones que cumplan porque mientras esas infraestructuras básicas no lleguen no podremos afrontar con todo nuestro potencial el problema de la despoblación y de esto hay que tomar conciencia. Una buena comunicación aporta un plus para moverse, para viajar, para que vengan a conocernos y para mover mercancías. Lo contrario nos aleja. No puede ser que los coches que se fabrican en Zaragoza y viajan al puerto de Valencia no pasen por Teruel. Hay una gran desafección entre la administración central y esta provincia por el abandono de las infraestructuras.
¿Qué va a hacer ahora que anuncia su jubilación?
Es el fin de una etapa. Han sido 40 años dedicados a la economía social, al movimiento asociativo. ¿Que en un momento determinado pueda prestar algún tipo de colaboración? No lo descarto para nada, pero es ya el momento de dar un paso atrás. Mi compromiso con la Agencia de Desarrollo Agrario, Acodea ya no es viajar a Iberoamérica, hay que dejar paso a gente joven, pero de forma desinteresada y puntual podré seguir ayudando desinteresadamente para formar «agrypolers» y expertos. Pero serán cosas muy puntuales. La propia edad te va limitando. Ahora me dedicaré a mis nietos, a mis hijos, a mi mujer y poder dedicar más tiempo a ellos, cosa que antes no podía. Y a intentar ser feliz y hacer felices a los demás dentro de mis posibilidades. Además seguiré formándome en distintas facetas como el perfeccionamiento de idiomas y en la economía social.
«Nuestra filosofía desde el inicio fue buscar valores añadidos y viajar para aprender»
¿Se han sentido respaldado en todos estos años?
¡Muchísimo! Y estoy además muy agradecido. Todo este proyecto se debe al trabajo de mucha gente. Presidentes, consejeros, el nuevo Director ,compañeros, trabajadores, muchísima gente que ha colaborado como funcionarios, entidades… No puedo dejar de compartir reconocimientos como el que recibí hace escasas semanas en Teruel por la aportación al mundo de la economía social, con todas esas personas que me han acompañado. He coliderado un proyecto con muchísima gente a los cuales hago partícipes porque también ellos han trabajado duro. No puedo dejar de acordarme de mucha gente que ya ha fallecido y que fueron decisivos en los inicios de toda esta labor de desarrollo. Y por supuesto a sus descendientes a toda la gente joven que actualmente está implicada en la gran familia que es Grupo Arcoiris y en todo el movimiento que hay detrás de la economía social. Agradezco de corazón todo el esfuerzo de todas esas personas.
Miguel Ferrer dice
Enhorabuena, Enrique. Clarividencia, visión de futuro, carácter emprendedor, humildad, etc. Muchas gracias por todo lo que has hecho por el territorio y por el legado que dejas.
José Joaquín Serrano Albero dice
Corroboro el comentario de Miguel. Conocí a Enrique Bayona por amistad familiar,siendo yo adolescente. Desde entonces,me pareció un Líder nato.Claro,Conciso,con un Ideario que a muchos de nuestros políticos y representantes los dejaría a la altura del betún.Deja un listón muy alto, espero que quien lo suceda,si no lo supera por lo menos lo iguale.
Manuel Siurana Roglán dice
La población de Valderrobres en 1981 era de 1.877 habitantes, hoy hay 2.441 personas empadronadas. El incremento de la población ha sido paralelo al de la actividad económica. El punto de inflexión fue Arcoíris y el alma de Arcoíris ha sido Enrique Bayona, que es todo un ejemplo de gestión. Es muy difícil hacerlo mejor. Enrique, tienes todo mi reconocimiento.
David Rivero dice
Siempre a tu lado. Gracias gracias y gracias
Manuel Bel dice
Enhorabuena Enrique,
gracias por tus consejos, tú apoyo y tus buenas palabras.
Un jefe y un amigo.
RS dice
Las carencias de los empleados a los que explotais y habéis amenazado con despedir a 50 trabajadores, para que sigan cobrando por debajo de lo que marca el convenio colectivo, algo completamente ilegal.