El partido aragonesista apuesta por los servicios públicos y el «orgullo rural» como fórmula para combatir la despoblación
José Manuel Salvador (Zaragoza, 1979) da el salto a la política autonómica tras tres legislaturas como concejal en Ejulve. Crear una Agencia de Desarrollo Territorial es una de las grandes apuestas de CHA para revertir la situación del medio rural turolense
¿Por qué el voto de los turolenses debe ir a CHA en las próximas elecciones?
Los turolenses deben llenar las urnas de papeletas cuatribarradas porque somos una opción fiable y así lo hemos demostrado durante los últimos cuatro años. Dentro del Gobierno de Aragón, una de las consejerías que más ha brillado ha sido la de José Luis Soro. También me gustaría destacar nuestra trayectoria, son 33 años de honestidad, sin casos de corrupción y trabajando por una idea de mejorar Aragón y la vida de nuestros pueblos.
Una de las propuestas de Cha para frenar la despoblación es crear una Agencia de Desarrollo Territorial. ¿En qué consistiría?
Durante esta legislatura hemos trabajado con diferentes agentes sociales, en especial con la SSPA y los grupos leader, en la apuesta por un modelo similar al que existe en las Tierras Altas de Escocia. Es un modelo que se desarrolló hace décadas y que ha generado resultados positivos. Si la administración no se consigue adaptar a nosotros, ante nuestra situación excepcional de despoblación, necesitamos generar una estructura excepcional. Se trata de una Agencia de Desarrollo Territorial que gestionará los fondos como el Miner o el Fite, que trabajará en un marco de cuatro años y de manera directa con las administraciones que tienen propuestas interesantes. El Fite y el Miner están para aprovecharlos y no para esconder la falta de inversión de los gobiernos de España y Aragón en la provincia.
Además de la creación de esta agencia, ¿cómo pretende CHA luchar contra la despoblación?
Sería interesante valorar los incentivos fiscales para las empresas que podría ser similar a los que tienen los territorios insulares. Toda la discriminación positiva que se pueda generar para Teruel puede redundar en un beneficio para la zona. Pero todas las medidas no deben de ir por esa línea. Hay que generar conciencia en la población local, en la población flotante, aquellos que viven en ciudades como Zaragoza, Barcelona o Valencia. Tienen unas propiedades, como fincas rústicas o bosques, que podrían ser útiles para aquellas personas que sí que quieran quedarse en su pueblo. Habría que buscar fórmulas, modelos de cesión o alquiler, para poner en valor esos recursos. Si conseguimos poner en valor los bosques, y además los limpiamos, podríamos generar una economía circular con la biomasa e incluso crear empleo.
En esa población flotante de la que habla podemos incluir a los jóvenes. ¿Cómo les convencemos para que vuelvan al territorio?
Aquí puedo explicar mi experiencia personal. Yo nací en Zaragoza, mi madre es de Ejulve y mi padre de Gelsa de Ebro. Cuando acabé la carrera mi mente estaba en volver al pueblo y en pelear por conseguir mi propósito de trabajar en un grupo leader, donde llevo 11 años. La toma de decisiones personales es importante y, en ese sentido, creo que hay que ayudar a los jóvenes, a los que ya están fuera y a los que continúan con nosotros. Hacerles ver que podemos construir un futuro, que tenemos una calidad de vida diferente, que no peor a la de ciudad, y apelar al orgullo rural.
Ese orgullo rural debe inculcarse desde la infancia, en la escuela. ¿Qué política educativa propone su partido?
Entendemos que una sociedad igualitaria tiene que funcionar a través de servicios públicos en sanidad y educación. En cuanto a la escuela rural, es cierto que se ha hecho un esfuerzo en la última legislatura para mantener abiertos colegios con muy pocos alumnos. Como concejal de un pueblo (Ejulve), sé que la idea de cerrar un colegio es algo muy duro. Creo que los Centro Rurales Agrupados funcionan muy bien y puede llegar el momento de valorar programas y medidas educativas que agrupen a los alumnos, igual que pasa con los CRIET, pero sin hacer desaparecer a los CRA. Es una manera de hacer piña entre los colegios más pequeños y de socializar entre ellos.
En el ámbito sanitario, ¿cómo se frena la marcha de profesionales?
Lo primero que quería decir es que yo no comparto la lógica de llamar a hospitales como el de Teruel o Alcañiz como hospitales periféricos. Yo apostaría por la bonificación de los facultativos que elijan el medio rural y por el itinerario personal de la gente joven. Es decir, garantizarles que si quieren volver, puedan hacerlo. El valor más importante de un territorio es su gente y estoy a favor de los concursos públicos, pero pienso que hay que incentivar a las personas que tienen vinculación con nuestros pueblos.
Vamos ahora con infraestructuras. Si hablamos de carreteras la A-40 y la A-68 aparecen como protagonistas. ¿Cuál de las dos es prioridad para Cha?
Tenemos claro que una salida al Mediterráneo adecuada para el Bajo Aragón y el Corredor Cantábrico Mediterráneo son las dos prioridades para Teruel. En el caso del Bajo Aragón creo que tenemos una muy buena excusa con la posible instalación de una fábrica de baterías eléctricas en Aragón. Algunos jefes políticos plantean que el corredor del Ebro y Figueruelas es el lugar adecuado, pero desde Chunta creemos que es la excusa perfecta para activar Technopark y para hacer la A-68.
¿Qué proponen hacer con la Ciudad del Motor de Alcañiz?
El circuito está hecho, es una referencia y supone un apoyo muy importante a la ciudad de Alcañiz y a todo su entorno, pero confiamos en que no solamente estemos esperando el fin de semana de las carreras. Queremos hacer de Technopark un centro de referencia de las nuevas tecnologías del automóvil y del transporte sostenible. Pienso que son elementos que hay que empujar y pueden ser la perfecta excusa para que avance la autovía hacia el Mediterráneo.
Con el cierre de la Central de Andorra en el horizonte de un año, ¿hacia dónde debe mirar la zona?
Los proyectos que se están generando de energías renovables son interesantes, pero desde Chunta siempre hemos defendido la intención de pelea por alargar la fecha de cierre hasta 2025. De esta manera se daría una última oportunidad para la zona y se podría plantear una estrategia a medio plazo. Con todo, hay que apostar por la multiactividad y no esperar mirando al cielo a que aparezcan grandes empresas. Hay que poner en marcha la agricultura y la ganadería, el apoyo a los emprendedores locales y mirar más por la gente que queda en el territorio.
Si hablamos de comarcas y diputaciones, ¿qué hará su partido con estas administraciones?
Siempre hemos apostado por la comarcalización. Creemos que es la mejor manera de llevar los servicios a los pueblos, aunque es cierto que en ocasiones choca con las estructuras administrativas provinciales. Desde el momento en el que se configuraron las comunidades autónomas en España, dejamos de ver el sentido a las diputaciones provinciales. Quizás la gestión municipal que realiza se podría repartir entre las administraciones locales del Gobierno de Aragón y en las comarcas a través de nuevas competencias. En estos cuatro años las comarcas han languidecido porque el Partido Socialista no se las cree. Pensamos que se pueden hacer las cosas mucho mejor.