El nuevo presidente de la Diputación Provincial de Teruel, Manolo Rando (PSOE), habla de su proyecto de legislatura
Reelegido como alcalde de Calamocha, ¿cómo afronta esta nueva etapa?
La verdad es que con ilusión, y pensando en lo que más creo, que es en el trabajo. Con trabajo, con ilusión y honradez creo que puedes alcanzar todos los objetivos que te propongas.
En su investidura, además de los diputados de su partido, del PSOE, contó con los de PAR y Ganar, a los que ofreció entrar en el Gobierno. ¿En qué se va a traducir esto?
Bueno, vamos a esperar, porque son negociaciones que se han fraguado en Zaragoza. Pero vamos, yo lo que quiero tener es un buen equipo de gobierno. Eso es lo importante. Ya he mantenido los primeros contactos y creo que vamos a hacer, como se dice: «buenas migas». Creo que será un equipo de 15 personas y 10 más que también tienen que unirse al trabajo aunque estén en la oposición, porque tienen un papel fundamental (…) Y espero que en lo que son temas transcendentes e importantes para nuestra provincia vayamos todos en la misma dirección. Lo dije en mi discurso, cuatro patas tiene la silla y las cuatro tienen que estar apoyadas por todos. Entre otras cosas: colaboración política, interinstitucional y transversal. Se habla mucho de despoblación, se dan muchas recetas, pero son todo temas transversales, que no competen solamente a una persona o a una sola institución.
Habrá que esperar un poco entonces para conocer el organigrama de la Diputación…
Claro, hay que esperar. Pero se va trabajando en ello.
Se trata de un pacto, el de PSOE-PAR junto a Podemos, que parece que va a repetirse a nivel autonómico.
Yo creo que sí. No obstante, yo siempre he sido prudente. Hay que tener prudencia, y más en política.
Pasemos ahora a hablar de nuestra provincia, ¿cuál considera que es ahora mismo la situación en la que se encuentra?
El otro día decía que a mí me gusta hablar de Teruel en positivo. Por ejemplo, Calamocha es agroalimentaria. Si tu tienes carne y no dices que tu carne es la mejor… mal te la van a comprar. Esto no quiere decir que no haya que plantear y reivindicar deficiencias, que las tenemos. Pero quien conoce algo la provincia de Teruel sabe perfectamente que puede hablar de ella en positivo. Tenemos una provincia con muchas potencialidades, y creo que eso lo tenemos que promocionar. No tenemos que ser victimistas, yo por lo menos no voy a ser. Pero sí soy reivindicativo.
Hablamos en positivo, pero la provincia tiene evidentes problemas, ¿cuáles son los que apuntaría usted?
En estos cuatro años hay que resolver el tema de la comunicación, entendida desde un sentido amplio, empezando por que todos los pueblos de la provincia tengan banda ancha. Por otro lado creo que hay otro problema, que es el de las infraestructuras. Eso no depende de la Diputación, pero sí tenemos que apoyar y arrimar el hombro todos, y decirles a otras instituciones que esas necesidades son importantísimas, y que tienen que empezar a estudiarse en algunos casos y a ejecutarse en otros. La agroalimentación creo que es otro potencial que tiene nuestra provincia, y finalmente hablaría del turismo, sin olvidarnos de las nuevas energías renovables. Son el futuro y Teruel reúne las cualidades necesarias para llevar a cabo esas inversiones. En los últimos días he estado hablando con varias empresas y tienen interés de hacer fuertes inversiones en nuestra provincia.
La despoblación es una problemática, como usted apuntaba, transversal. ¿En qué líneas va a trabajarse?
Si a lo que comentamos antes le unimos los servicios básicos, al bienestar social, a la educación… Importantísima la educación. Si no queda escuela un pueblo cae en picado, pero si ya no puede disponer de un centro social, donde juntarse, charrar… pues entonces mal vamos.
Ha sido maestro rural, ¿de qué manera se puede fomentar las escuelas en los pequeños pueblos?
Antes de acuerdo de Bolonia hacíamos intercambios internacionales y yo participé en algunos de ellos. Cuando explicaba, por ejemplo en Francia, lo que era un C.R.A. hacían todos: «ohhhh». La verdad es que tenemos una estructura a nivel educativo en el medio rural que es «ohhhh», es estupenda, con una calidad de enseñanza al máximo nivel. Por tanto yo creo que desde la Diputación Provincial lo que tenemos que hacer es colaborar con el Gobierno de Aragón en este caso, que tiene las competencias en materia educativa, en todo lo que se nos pida. Mira, yo creo que en estos cuatro años se han hecho las cosas bien, y son datos objetivos: dotación de plantillas, mantenimiento de escuelas con ratios muy pequeños… Algunos dicen que es caro, yo creo que no. Nosotros cerramos un colegio en Barrachina y luego vi lo que costaba el transporte para llevarlos a Calamocha y era más caro que un maestro. Por tanto, a veces hay que hacer número en ese sentido. La educación es una inversión, y es el medio por el cual todos los niños el día de mañana con su esfuerzo y perseverancia pueden ser iguales.
Hablábamos antes de despoblación. Hay muchas iniciativas pero, ¿qué es lo que falta? ¿Por qué el número de vecinos de nuestros pueblos sigue bajando?
Yo viví en varias ciudades y fui yo quien decidió quedarse a vivir en un pueblo de la provincia de Teruel. La decisión es de cada uno. Pero para tomar esa decisión hacen falta ingredientes, como es tener servicios. Pero también es cierto que en Teruel gozamos de una serie de ventajas, de valores, que tenemos que promocionar más. Este mundo camina hacia lo rural, yo digo lo contrario de lo que dicen otros. Es verdad que hoy en día la gente joven quiere estar en Zaragoza capital, en teoría hay más trabajo… Digo en teoría, porque proporcionalmente yo creo que eso no va a ser así en un futuro próximo. Pero yo creo, y lo creo de verdad, que el mundo camina hacia lo rural, en el sentido de que tenemos paz, tenemos medio ambiente, calidad de vida, disponemos de tradiciones, de patrimonio cultural, material, inmaterial, disponemos de la mejor gente… Ves, eso es hablar de Teruel en positivo.
Hablamos de potencialidades que pueden explotarse en un futuro cercano.
Todavía no se ha conformado la Diputación, nos tenemos que reunir, pero lo primero que tenemos que hacer es crear un programa con unos objetivos claros. Quizá esos objetivos sean a lo mejor cuatro, pero que sean de envergadura. Y luego atender a los servicios básicos. Yo creo que lo que tenemos que hacer en este momento en la provincia de Teruel es creernos que vivimos en una tierra de posibilidades y desde la Diputación, los Ayuntamientos, desde el Gobierno de Aragón y de España, dar solución a esas carencias que también tenemos.
La provincia tiene una orografía muy concreta, con gran dispersión de municipios y localidades… ¿esto podría ser una oportunidad? Por ejemplo, tal y como comentaba, con las energías renovables.
Desde luego, desde luego. Tenemos mucha extensión y esa extensión se puede orientar hacia determinados sectores económicos. Una planta fotovoltaica de 50 megavatios necesita una inversión de unos 40 millones de euros, te hablo de experiencias propias. De inicio de licencias de obras supone para ese Ayuntamiento 700.000 euros, aproximadamente de IBI más de 100.000 euros. Tenemos que pensar también cómo racionalizar y utilizar esos recursos que vamos obteniendo, por ejemplo en este caso de la industria de las energías renovables.
El empleo es fundamental para nuestro territorio, sobre todo con el inminente cierre de la Central Térmica de Andorra. ¿Qué medidas podrían plantearse para incentivar el empleo o apoyar a los empresarios locales?
El Bajo Aragón lo comparo mucho con mi zona, porque compartimos esencialmente los principales sectores económicos, salvo el turismo porque el Jiloca no ha arrancado y el Bajo Aragón tiene maravillas. El sector agroalimentario, ¿qué es lo que necesita? Necesita una plataforma logística, profesionales con buena formación, y necesita agua. Si realmente en Andorra no hay agua, lo que hace falta es resolver ese problema, porque mientras no se resuelva no llegarán industrias agroalimentarias. En cuanto a energías renovables, hace poco he estado hablando con el alcalde de Andorra y me consta que va a haber inversiones fuertes en este sector. ¿Cuánto dinero se ha malgastado en el Plan Miner?, ¿en el Jiloca, en mi zona? ¿Cuánto dinero se ha malgastado? Tenemos que hacer un buen diagnóstico y por otro lado hacer una criba y a todas las personas o empresas que tengan proyectos serios ayudarles en todo lo que nos permita la ley.
La Diputación a menudo se entiende como Ayuntamiento de Ayuntamientos. ¿Cómo se pretende apoyar a estas entidades que trabajan en pueblos muy diferentes y realidades diversas?
Hay cosas que son comunes. Estos días me he reunido con el responsable de Nuevas Tecnologías. Creo que a los Ayuntamientos hay que dotarlos de servicios, de agilidad administrativa, jurídica. Es increíble que un vecino de Alcañiz, de Castellote o de Báguena con los medios que tenemos hoy no pueda acceder a un programa de recaudación de la Diputación Provincial. Tenemos un sistema totalmente obsoleto. Por tanto, lo que tenemos que hacer es dar esos servicios de los que no disponemos para que los alcaldes puedan prestar esos servicios que solicitan sus vecinos. Y que de una forma directa o indirecta que también afecta al todo, a esa economía circular de la que tanto se habla. Todo influye a que la gente se pueda quedar en los pueblos. Tenemos que huír de lo mismo de lo mismo, de que lo más fácil para no equivocarse es ser continuista… hay que romper todo eso. Los jóvenes etáis muy metidos en el mundo de las nuevas tecnologías y hay que afrontarlo, porque si no vamos a perder la oportunidad que eso conlleva (…) Hay una palabra muy importante que es «priorizar», y yo creo que el trabajar poco a poco al final se ve y genera resultados. Todo ello con ayuda de los alcaldes y concejales de la provincia, que son los que mejor conocen su realidad.
Parece pues que hay mucho trabajo por delante…
Sí, lo hay. Pero lo importante es tener las ideas claras y para tener las ideas claras lo primero que hay que hacer es hablar con esos alcaldes y con la gente. Siempre hay que escuchar y que aprender. En estos cuatro años yo me iría muy feliz si consiguiéramos avanzar en estos aspectos, y que creo que lo podemos conseguir. Y sobre todo, repito, creernos lo nuestro. Abramos los ojos. Que nuestra carne es la mejor, que las pastas de nuestros pueblos son las mejores. Eso es lo que tenemos que vender. Y si esto lo trasladamos a otros bienes de la provincia podremos desarrollar un sector básico como es el del turismo.
joaquin dice
Pues venga. ánimo y adelante. Por poco que logre, será mucho comparado con el parón institucional de D. Ramón Millán. Anterior presidente.