Motivación y optimismo: claves para seguir caminando en Ópticas Bajo Aragón

Carmen Hurtado Follana

CEO Óptica Bajo Aragón Andorra y Calanda

Plantilla: 12 personas distribuidas en 5 centros

TRAYECTORIA ÓPTICA BAJO ARAGÓN

Es optometrista, ortopeda y audioprotesista. Llegó de Alicante con su pareja y CEO de los tres centros ubicados en Alcañiz, Óscar Pérez, en 1997. Abrieron un centro en Andorra. A lo largo de estos 23 años se han posicionado como referentes del territorio en su sector.

Actualmente tienen tres centros en Alcañiz (uno de ellos especializado en audición), uno en Andorra y otro en Calanda.

Carmen Hurtado y Óscar Pérez recuerdan perfectamente lo que les dijeron cuando llegaron de Alicante y abrieron su primera óptica en Andorra en 1997: «La Central Térmica cerrará en 2020». «Ya nos decían eso entonces, por lo que tuvimos claro que había que diversificar. Paseábamos mucho por Alcañiz y, al cabo de un año y medio vi un local en la avenida Aragón y le dije a Carmen: aquí abriremos la segunda tienda», explica Óscar.

Carmen sigue llevando la óptica de Andorra, en la que reconoce que ha bajado la actividad ya en los últimos años. «Hay mucha incertidumbre, la situación es muy complicada por lo que diversificar fue un acierto porque mientras que Andorra depende mucho de un sector concreto, Alcañiz no », dice.

«Hay que adaptarse a lo que nos ha tocado vivir. Se que esto va a pasar y que juntos vamos a superar los obstáculos»

En 2008, en plena crisis económica, estos dos emprendedores sumaron a la tienda de Andorra y la de Alcañiz otros dos establecimientos en Calanda y Valderrobres. «El del Matarraña lo tuvimos que cerrar porque no funcionó. No siempre salen las cosas bien», indica Óscar. «Pero hay que intentarlo», le contesta Carmen con una sonrisa. Y a base de trabajo y esfuerzo, en 2010 compraron un nuevo local y abrieron la central de Paola Blasco, un establecimiento moderno, innovador y con una imagen renovada. «Lo que quisimos desde el principio era dar una imagen de óptica de capital, para que la gente no se vaya a comprar a Zaragoza; que vea que aquí tiene un servicio mejor», destaca Óscar.

Hace tres años, en 2017, abrieron un centro auditivo en la avenida Aragón. «Aunque dábamos el servicio en las ópticas, quisimos abrir un centro específico para darle la importancia que merece», detalla la pareja.

Trabajo bajo medidas estrictas de seguridad e higiene

Después de 20 años emprendiendo en el medio rural bajoaragonés y tras capear la dura crisis del ladrillo, el 14 de marzo llegó el estado de alarma. «No estábamos obligados a cerrar. Pero no sabíamos cómo actuar, ni cómo proteger ni a nuestros clientes ni a nuestros trabajadores. Así que decidimos cerrar prestando un servicio telefónico de emergencia. Se entendió a la perfección», explica Carmen. El 27 de abril la pareja regresó a la plaza Paola Blasco para ver cómo funcionaban los nuevos protocolos y tranquilizar a los trabajadores de cara a su incorporación.

Desde el 11 de mayo toda la plantilla está trabajando bajo estrictas medidas de seguridad e higiene, cumpliendo aforos y facilitando a los clientes el uso de mascarillas y gel hidroalcohólico. Limpian constantemente superficies de uso común e incluso han comprado unos aparatos de última generación capaces de desinfectar hasta 10 gafas en unos minutos; entre otras. Con respecto a la actividad, están contentos. De hecho, afirman que el mes de mayo de este año ha sido mejor que el anterior pese a estar abiertos menos días.

Durante el confinamiento, Óptica Bajo Aragón ha seguido al pie del cañón. Además de su servicio de emergencia, toda la plantilla se reunía periódicamente en la red.

«Hemos participado en formaciones que teníamos pendientes y nos hemos motivado para que no decayera nuestro ánimo. Nos hemos conocido mejor», coinciden. También han estado en contacto con sus clientes de riesgo, llamando personalmente a todos los mayores de 65 años que tienen en su base de datos. «Por ver cómo estaban, si necesitaban algo… y para recordarles que estamos ahí», explican.

La atención personalizada dando un servicio de calidad para que la población no se vaya a Zaragoza es clave para Ópticas Bajo Aragón

Nuevo reto: La venta online

Conscientes de lo complicada que es la situación, aseguran que en ningún momento se han planteado reducir la plantilla o cerrar algún centro. «Como siempre a todos los empresarios, se te presentan complicaciones en el camino y hay que solventarlas», dice Óscar, que asume con optimismo todos los retos que se plantean de ahora en adelante.

Uno de ellos es la venta on line. «Si no tienes un canal digital desarrollado pierdes competitividad. El que ha podido vender on line ha vendido estos meses. Todos los usuarios hemos cogido más confianza en la compra on line por lo que la supervivencia pasa por hacerse omnicanal: comunicar bien por redes y tener una buena web es fundamental», añade. Precisamente por esto, Óscar Pérez es uno de los impulsores de MASIKO.es, un mercado digital que pretende unir a comerciantes y usuarios de todo el Bajo Aragón Histórico. Buscan enganchar a esa parte de la población que «compra en marketplaces por comodidad» para que su dinero en vez de irse fuera se quede en el territorio.

Ópticas Bajo Aragón

Gafas para los más necesitados

Este nuevo proyecto de estos emprendedores natos se suma al de «Human to human», que lleva varios años llevando a países en vías de desarrollo gafas para los más necesitados. «Este año tenemos billetes para Nepal en octubre, pero sino puede ser, será al año que viene», indica la pareja sin perder la sonrisa. Y es que, pese a todo, ven el futuro con optimismo, tal y como han vivido el confinamiento. «Hemos tenido tiempo para conocernos mejor, para estar con la familia. ¡Hacía años que no jugábamos al monopoli! Estos meses hemos aprendido que vamos demasiado rápido y que no todo en la vida es trabajar y ganar dinero. Hay que pararse, hacer yoga, meditar, pasear… disfrutar de las cosas que no cuestan dinero», concluye Óscar. «Hay que adaptarse a lo que nos ha tocado vivir. Se que esto va a pasar y que juntos vamos a superar los obstáculos», añade Carmen.