Marzo de 2020, ¿os acordáis? Gobiernos de medio mundo decretan el estado de alarma ante la propagación incontrolada de un virus desconocido y ordenan el confinamiento de toda la población. Cientos de miles de muertos, hospitales atestados…: incertidumbre, miedo, zozobra…; aunque también reflexión, solidaridad, heroísmo… Un año después, todavía estamos cercados por ese virus. Por todo ello, y ante tan funesto aniversario, he decidido, resignados lectores, traer a este espacio dos libros, dos buenos libros capaces de crear belleza allí donde solo habita el dolor y el fango.
En aquellos duros momentos de encierro forzoso la editorial Valdemar tomó la decisión de ofrecer en facebook un relato diario con el fin de distraer, en lo posible, a los lectores de tanta preocupación. Y ese es el origen del volumen que en primer lugar os presento: una antología de 23 historias clásicas relacionadas, de un modo u otro, con la situación vivida. En «ESTADO DE ALARMA» encontraréis entre sus páginas relatos sobre antiguas pandemias, como «El sótano de la peste» de Stevenson, y «La máscara de la muerte roja» de Poe; o sobre ghetos ocasionados por pandemias futuristas, como «Inercia» de Nancy Kress; o sobre terribles enfermedades contagiosas, como «Una voz en la noche» de Hodgson, y «La zona ponzoñosa» de Conan Doyle… Un libro, en verdad, inquietante, pero de muy alta literatura.
El otro libro estaba ya escrito antes de aquellos aciagos acontecimientos, y por lo tanto su autor, el malagueño ANTONIO FONTANA, no podía preveer que el entorno en donde se desarrolla su novela: una residencia de ancianas, sería el lugar en donde la muerte se cebaría con más saña.
«HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO» es una suerte de moderno «Decamerón» sobre la vejez, su falta de pudor, su incorrección y, sobre todo, su humor negro. En ella, una docena de mujeres en sus últimos años, meses, días, repasan el amor y la desidia, el dolor físico y el mental, las extrañas intenciones de un marido muerto y unos hijos demasiado vivos. Desde esta residencia nos llegan, pues, sus voces, sus historias, algunas tremendas, otras sin pena y algo de gloria, pero todas traspasan el muro del abandono. Son la Millones, la Enterradora, la Académica…, todas con sus motes y sus historias a cuestas. Como casi no reciben visitas, el tiempo se les va en rumiar sus obsesiones, sus secretos, las vidas reales o imaginarias que dejaron atrás. Con esta novela, ganadora del Premio Café Gijón 2020, el autor critica la forma en que, en la actualidad, «aparcamos» a los ancianos dejando que se vayan de pura tristeza. Quizá, por ello, la visión dada de la vejez es tan insólita como divertida.
Dos buenos libros, en definitiva, para recordar aquello que aún no se ha ido.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz