Es difícil encontrar hábitats similares en el resto de Europa
La experta en geología Carmen Castañeda ha viajado este viernes desde Zaragoza hasta Alcañiz para abrirles los ojos a los vecinos de la localidad y los alrededores sobre el patrimonio que atesoran «Las Saladas». Este entorno árido, bastante común en las zonas del valle del Ebro como Los Monegros o Gallocanta, no es precisamente un paraje natural del agrado de los turistas, que prefieren visitar los Pirineos. Tampoco despierta la atención de los alcañizanos y, menos, la de los agricultores, dado su carácter improductivo.
¿Qué puede tener de especial este complejo endorreico para que Castañeda haya recorrido más de 100 kilómetros? Su singularidad. Más allá de las fronteras españolas es difícil encontrar hábitats similares. De hecho, habría que salir de Europa y volar hasta el norte de África, las estepas de Asia o a zonas muy áridas de los Estados Unidos.
Carmen Castañeda es doctora e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Experimental del Aula Dei y, en su día a día, se encarga de estudiar los suelos, la dinámica del agua y la vegetación de estos ambientes. «No sabemos lo que tenemos y hay que mostrarlo», les ha dicho esta mañana a la decena de interesados en geología que han acudido a escucharla.
Esta charla está enmarcada en las III Jornadas de Divulgación y Defensa del Patrimonio Geológico Turolense. Su organizador, doctor en Ciencias de la Tierra y geólogo, Luis Moliner, ha apuntado que el objetivo es hacer geología «popular», es decir, una disciplina «apta para todos los públicos» para que los propios turolenses, que están «tan acostumbrados» a su patrimonio le den «importancia». «Es necesario conocerlo para poder respetarlo, sino se aboca a la destrucción», ha aseverado.
Este tipo de parajes tiene suelos que no se forman en otros sitios y, además, en ellos habitan miles de especies diferentes. Por tanto, «Las Saladas» no solo poseen valor geográfico, sino también fisiográfico y biológico. Luis Moliner incluso ha explicado cómo estos entornos pueden ayudar a predecir cómo va a ser el cambio climático que «se nos avecina», qué consecuencias va a tener y cómo paliar los desastres.
José Antonio Bardají, agente de protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón, se encarga junto al resto de sus compañeros de proteger este lugar «de importancia comunitaria» todos los días: «La zona tiene un cierto grado de protección debido a los valores geográficos que posee, y por tanto, debemos vigilarla para que no se produzca ninguna agresión».
Previamente, este jueves tuvo lugar en Alcorisa la conferencia «Lo que cuentan los sedimentos de las saladas sobre cambios climáticos y ambientales del pasado», a cargo de la doctora Ana Moreno, investigadora del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), experta en procesos geoambientales y cambios globales. Estas dos actividades han sido un entrante de lo que serán las citadas jornadas, cuyo plato principal se servirá del 27 al 31 de agosto en las localidades de Alcorisa, Calanda, Ariño, y Ejulve. Se espera que haya alrededor de 50 personas en las conferencias y el doble en las salidas al campo.
Manolito dice
En Hijar hay varias saladas que por la noche desaparecen y por el día tienen más de medio metro de agua salada.