Las antigüedades fueron un aliciente más para visitantes y un polo de atracción para coleccionistas y curiosos
La Feria de Antigüedades, Artes, Oficios, Monedas y Billetes cumplió este fin de semana 21 ediciones y lo hizo arropada por un trasiego constante de personal. A los más de cien estands llegados de muchos lugares y con un producto muy variado, se sumaron los turistas que eligieron el Matarraña para visitar. Algunos continúan debido a las festividades locales de este lunes tras Semana Santa.
«La Fresneda es un lugar de cruce de caminos que visitan personas de todas partes. Este fin de semana la Feria es un extra y por aquí se pasa todo el mundo y de perfiles muy variados porque la oferta también es muy amplia», dijo la alcaldesa, Carmen Aguilar.
Los puestos se distribuyeron entre la plaza y la calle contigua. Se pudo disfrutar también de la exposición de fotografías del fresnedino Ignacio Celma Piquer con el título 'La Fresneda 1900 – 2010: 110 años de recuerdos». Los oficios antiguos estuvieron muy presentes en la cita y muchas acciones dirigidas a los más pequeños. «Ellos son los que tienen que continuar y, sobre todo, conociendo los orígenes de lo que disfrutan hoy en día», añadió la alcaldesa. Celma, además de la muestra, se ocupó de hacer aguardiente con alambique, una fórmula que despertó los recuerdos de muchos.
Esta Feria que llega cada Sábado Santo a La Fresneda arrancó en 1999 cuando el Ayuntamiento de entonces le propuso a Ramón Celma, anticuario y fresnedino, impulsar una cita así. Decidió hacerlo y, apoyado por otros vecinos, la puso en marcha con tan solo 8 paradas y que actualmente supera el centenar. El año pasado se le ofreció un reconocimiento al impulsor que este año, como todos desde hace 21, estuvo con su puesto ofreciendo sus artículos.