La Fresneda volvió a celebrar su tradicional romería al Convent este sábado bajo un cielo azul y una agradable temperatura. Los vecinos partieron desde la ermita del Pilar para realizar a pie los kilómetros que separan la población del Santuario. Como es costumbre las mujeres portaron la peana de la Virgen de Gracia. Realizando sus cánticos llegaron al imponente edificio del santuario que fue levantado en el siglo XVIII. La virgen fue llevada al pueblo el día anterior para engalanarla y devolverla al santuario en romería, donde permanecerá durante todo el año.
Para recuperar fuerzas tras la caminata se ofreció chocolate cocido y después el párroco, Pablo Roda, ofició una misa baturra cantada por el grupo folclórico Aires del Matarraña. Como destacó el alcalde de la localidad, Frederic Fontanet, está romería es un «punto de inflexión» para terminar con el invierno y dar comienzo a las actividades del verano, al mismo tiempo que supone un día de convivencia entre los vecinos fresnedinos. Durante la jornada se realizó la venta de brazos y una charanga puso la nota musical tras la comida de alforja por cuadrillas. Además, hubo divertidos juegos tradicionales de los que disfrutaron jóvenes y mayores. Para concluir los actos, también se realizaron un bingo y un rifa.
El alcalde Frederic Fontanet agradeció la labor que realiza la comisión para que todos los actos «salgan bien y la gente pueda disfrutar» de todas las actividades que realizan junto al santuario. Por su parte, Mercedes Coma, vocal de la comisión, explicó que gracias a la venta de brazos de gitano y la rifa la comisión recauda dinero para sus actividades durante el año.