El terror y los numerosos sustos han inundado este martes las calles del casco urbano de Caspe como ocurre cada 31 de octubre desde hace ya década y media. Aprovechando la ya bien entrada noche de Halloween, víspera de la festividad de Todos Los Santos, la XIV edición de la Fantasmada de la Ciudad del Compromiso ha tenido al público asistente (en torno a 2.000 personas) en vilo durante cada rincón del pasaje desde las 21.00h hasta entrada la madrugada.
En este 2023, el recorrido ha arrancado de la plaza de la Virgen en dirección a la Casa Bosque (culminando por el pasadizo del parque José Antonio Labordeta), donde se ha terminado con un tentempié y unas bebidas en forma de «pócimas». Durante este túnel del terror, el trabajado maquillaje de los actores, la luz tenebre, el humo, los gritos y los disfraces más escalofriantes así como sus aterradores complementos no han faltado a su cita. Los crucifijos, los muertos vivientes, las brujas y los miembros amputados han sido, sin duda, protagonistas.
Saw, Hansel y Gretel, Cyborgs y una boda de lo más curiosa
Entre los grupos de actuación, destacaron la representación más terrorífica de icónicas películas o sagas como la de Hansel y Gretel o la película Saw pero también se pudo observar una cárcel de elfos, cyborgs, las brujas caspolina, un asesino con motosierra y la más tenebrosa de las bodas posibles con un menú con dedos de niños en el entrante y tarta de corazón en el postre.
«Nosotros somos unos clásicos en esta Fantasmada. Este año estamos representando un futuro distópico en el que los cyborgs nos están amasacrando», explicaba uno de los actores de Caspe al inicio del pasaje. «Lo más difícil es ponerse todos de acuerdo y elegir el tema. Muchas veces la idea que tienes no puede llevarse a la realidad. Finalmente nos hemos centrado en la película de Saw», concretó otro de los protagonistas más adelante.
A su vez, la novia de la boda más sangrienta recordada en Caspe concretó que habían elegido esta temática «porque este año tienen muchos banquetes» y así tendrán una anécdota que recordar. «Llevamos ya varios años y somos una peña que tenemos varias bodas este año. La hemos representado con muertos vivientes. No nos falta de nada: tenemos cura, mayordomos…», concluyó.
120 voluntarios lo hacen posible
Todo ello, en una noche de temperatura agradable (en torno a 15º) en la que participación, como viene siendo habitual en un evento que va a más, fue masiva y se contó por decenas los grupos que, de 40 en 40 y con pases cada cinco minutos, se han atrevido a desafiar a sus miedos internos. Para hacerlo posible, un año más, cerca de 120 voluntarios -coordinados por la Asociación Casa Bosque- han trabajado en cada detalle.
Las entradas se pusieron a la venta el jueves tanto físicamente como de manera online y apenas quedaban disponibles. Así pues, una edición más pocos han sido los caspolinos que no han vivido un halloween «de miedo».
«Todo ha estado muy bien y sin incidentes. Estamos esperando opiniones de la gente. Hay pases cada 5’ y nos permite contar con unas 2.000 personas. Un año más el balance es muy positivo. Gusta mucho y tiene una aceptación muy grande. Hay muchas sorpresas y sustos con un trabajo inmejorable de más de120 voluntarios», aseveró Mari Paz Comech, presidenta de la Asociación Casa Bosque.
No entiendo como los cristianos pueden adorar una noche a Satan. No me extraña que van como van en decadencia.