Juan Pablo Palos
Cofrade del Santo Ángel
Nuestra cofradía se formo sobre los años cuarenta, cuando Mosén Vicente Allanegui sirviéndose del apoyo de los jóvenes de Acción Católica fundo el Santo Angel consiguiendo unir tradición y deporte al crearse conjuntamente un equipo de futbol. Hecho, que mas tarde hizo que el Club Deportivo Calanda se hiciese cargo de la cofradía.
Con los años la cofradía fue perdiendo fuerza hasta verse en la tesitura de tener que elegir entre resurgir y sobrevivir o dejar de participar en la Semana Santa Calandina. No había medios, no había dinero, ¡No había nada!; solo la voluntad de continuar con la tradición y la pasión por la Semana Santa que demostraron tres de los directivos del Club Deportivo Calanda apoyados por un Presidente y colaborador, el resto lo hizo el trabajo duro y las ganas de hacer las cosas bien.
He visto cómo con esfuerzo y dedicación se iba creando y forjando la cofradía; esfuerzo como el que conlleva participar en nuestra Semana Santa, un esfuerzo impulsado por la pasión, tradición y amistad de sus gentes, gente que en estos días se olvida de: Las ampollas en las manos, de la sangre de sus nudillos, del cansancio, de dormir… Todo por esa necesidad que te impulsa a seguir tocando un poco más. Una fuerza que brota de nuestro corazón y del corazón de esos hermanos cofrades que lo hacen latir con toda su fuerza cuando aparecen en nuestros recuerdos.
No somos una cofradía muy numerosa, quizás por eso todo el mundo colabora y arrima el hombro, ¡Aquí todo el mundo es necesario!. Sabemos que es un honor participar en nuestra Semana Santa y todos los años acudimos llenos de ilusión a la Iglesia donde el ambiente de risas y nervios lo envuelve todo.
Este año nos a tocado asumir la gran responsabilidad de representar a nuestro pueblo en numerosos actos relacionados con la Semana Santa, así que las ganas y dedicación se han multiplicado sacando lo mejor de cada uno.
En definitiva, una cofradía humilde y con personalidad que cada año se cuelga sus antiguos tambores de bordones desgastados para recordar y rememorar el legado que Mosén Vicente nos dejó.