El 16 de marzo de 2020. Esta es una fecha que se quedará grabada en la historia del Hospital de Alcañiz. Se detectó el primer caso de covid en el territorio, tan solo dos días después de que el Consejo de Ministros aprobara la declaración de estado de alarma en todo el país.
Desde entonces han pasado ocho meses y medio. Un tiempo que guarda muchas historias, vivencias, planificaciones y cambios para que el Hospital pasara de la mejor forma posible una pandemia mundial desconocida con sus más que conocidas carencias.
La COMARCA reconstruye e ilustra con imágenes cómo se ha «sobrevivido» al coronavirus en el Bajo Aragón Histórico de la mano de los profesionales que han tomado las principales-y complicadas- decisiones de los últimos meses.
El Hospital de Alcañiz se ha convertido en una «goma elástica» en palabras de su director, Pedro Bono Lamarca para sacar el máximo rendimiento tanto a sus ya de por sí sobreutilizados espacios y a sus servicios como la Hospitalización a Domicilio.
Ha logrado no llegar a sobrepasarse y evitar así derivar pacientes de planta a otros sectores sanitarios pese a sus reducidas dimensiones gracias a plantear soluciones imaginativas y pioneras que después incluso se han reproducido en Zaragoza o Madrid y que ponen en valor el esfuerzo del personal, que ha ido más allá de limitarse a cumplir con los protocolos sanitarios y que se ha implicado para suplir las carencias del centro. El hospital ha llegado a su límite máximo en dos ocasiones estos meses superando el medio centenar de pacientes.
Se ha utilizado el buen funcionamiento de la Hospitalización a Domicilio, un servicio del que el Hospital ya fue precursor en Aragón, para evitar la saturación del centro medicalizando dos espacios: el Hotel Ciudad de Alcañiz en la primera ola de la pandemia y la residencia alcañizana Santo Ángel en la tercera. Con ello se mantuvo a los enfermos en el territorio cuando la presión asistencial llegó a máximos.
Para «estirar» al máximo el Hospital se han llevado a cabo en estos meses varias obras para ganar espacio y mejorar la seguridad. En el servicio de Urgencias se creó un circuito covid y otro «limpio» para evitar contagios y también se ha reformado la sexta planta para ganar 14 camas pasando de las 10 de antes de la pandemia a las 24 actuales. Se ha quitado el comedor y la sala de estar de los médicos y trasladado los dormitorios del personal de guardia. La sexta planta integra la zona covid junto a la quinta, con 30 camas más.
Esto ha sido posible gracias también al apoyo institucional y en la gestión de la búsqueda de espacios del alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, también diputado autonómico del PSOE, en momentos en los que en Zaragoza no se entendía que se medicalizara un hotel según destacan desde la propia dirección del centro.
Dentro del Hospital la gestión del coronavirus se ha centralizado en un grupo de trabajo covid que se ha encargado de tomar las decisiones y se estableció un protocolo muy exigente cuyos resultados han sido satisfactorios. También han sido pioneros en la humanización siendo los primeros en Aragón en permitir a los enfermos estar acompañados desde primavera.
A esto se ha unido que la dirección médica y de enfermería, que justo se jubilaban en esta época y han prorrogado sus contratos por compromiso con la sanidad local, han confiado y respaldado las decisiones de los jefes de las unidades. «Me responsabilicé del grupo covid y me han puesto fácil tomar decisiones», apunta el José Manuel Calderón, médico preventivista jefe de la Unidad de Medicina Preventiva.
Se empleó la domiciliaria
El Hospital ha empleado desde finales de marzo una de sus principales ventajas, contar con un servicio experimentado como el de Hospitalización a Domicilio que ha permitido que no haya sido necesario trasladar a pacientes a otros hospitales que no fueran a la UCI.
Se abrió a finales de marzo, menos de dos semanas después del primer caso cuando vieron que aumentaba el número de hospitalizados de forma rápida. «No sabíamos la que se nos iba a venir encima, pensábamos que con seis o diez camas sería suficiente pero después vimos que realmente era poco y teníamos que buscar una solución a corto plazo porque no podíamos trasladar enfermos a otros centros porque también estaban mal», precisa Francisco Marcilla, jefe de Medicina Interna.
La «vía de escape» fue utilizar la Hospitalización a Domicilio para asistir a pacientes fuera del Hospital pero atendidos por personal y material propios. Esta solución no estaba contemplada por el Salud, por lo que la colaboración del alcalde Urquizu fue esencial. «Siempre hemos creído que fue fundamental su intervención porque el Hotel Ciudad de Alcañiz fue la válvula de escape para que en la primera ola no mandáramos fuera a ningún paciente», precisa el director.
Esta solución se utilizó en la tercera ola, en la que un brote en el Hogar Santo Ángel de Alcañiz volvió a elevar la presión asistencial. Entonces se optó por medicalizar la residencia con usuarios que habían sido estabilizados en el Hospital y también con ancianos de otros centros. En el Hotel se llegó a los 29 pacientes y en el Hogar, 15; todos ellos atendidos por enfermeros y médicos de la domiciliaria.
Sin UCI pese a los esfuerzos
Lo que no se puedo evitar fueron los traslados a la UCI debido a la falta de una unidad de intensivos. Hasta la fecha se han realizado un total de 39; 32 desde planta y 7 directamente del servicio de Urgencias. «A quién derivar a la UCI es una cuestión que nos ha preocupado mucho y hemos hecho numerosas sesiones hablando entre nosotros porque la edad no es un factor único. Los médicos intensivistas han aprendido desde la primera ola y nos lo han puesto más fácil, ya saben qué pacientes salen de la intubación y quienes no. Cualquier duda la comentamos con ellos y muy claramente nos dicen este sí y este no, porque ante unos recursos ilimitados hay que priorizar a quién va a sobrevivir. Mayores de 70 años con problemas de salud graves y obesidad van mal y se ha puesto el límite por ahí aunque siempre se habla todo», precisa Marcilla.
Al principio de la pandemia creó polémica y no se entendió socialmente que no se instara una pequeña UCI con seis camas en Alcañiz después de que así lo anunciara públicamente la por entonces consejera de Sanidad, Pilar Ventura, en un acto público. Una semana después se alegó que había que montar el servicio de nuevas y se priorizaba destinar los medios de atención especializada, los respiradores, a aquellos lugares en los que ya pueda haber recursos de intensivos.
¿Qué ocurrió para cambiar de opinión? Lo que se planteó desde el propio Hospital y en lo que trabajaron fue en montar una pequeña unidad de intermedios, una especie de REA de mantenimiento, para que estuvieran los pacientes hasta que se les facilitara cama en una UCI. Se contaba con los respiradores propios y otro que les cedió Motorland. Un total de seis. Sin embargo, después los Servicios Centrales del Salud decidieron centralizar todos los servicios UCI y requirieron a Alcañiz sus respiradores. Dos fueron al Servet y otros dos a Teruel.
«Nos dijeron que desde el punto de vista de coordinación era muy difícil de comprender en el resto de Aragón y que si nosotros decidíamos que teníamos camas de intermedios después, debido a la escasez de camas UCI, no podríamos ingresar a esos pacientes en intensivos porque considerarían que ya teníamos camas de uci. Nos reunimos y pensamos que no era honesto y que era perjudicial para nuestra población tener unas camas que se considerasen como UCI sin serlo realmente. Decidimos renunciar a esas camas. Sabíamos que era algo que se iba a ver mal pero era lo más honesto», reconoce el jefe de Medicina Interna.
Los primeros en el acompañamiento
El Hospital de Alcañiz también ha sido pionero en Aragón en la humanización de la asistencia siendo los primeros que permitieron a los pacientes estar acompañados con el respaldo del Comité de Ética. También lo estuvieron en el Hotel Ciudad de Alcañiz. Siempre protegidos con epis y siempre la misma persona, que no podía estar entrando y saliendo. «Una de las peores cuestiones de la primera ola es que no se permitían las visitas ni el acompañamiento y decidimos cambiarlo entre abril y mayo marcando unas normas. No podía ser que estuvieran así», apunta Bono.
Más rapidez con las PCR
Otro cambio sustancial fue cuando el 17 de mayo se comenzaron a realizar PCR en el Hospital. Ya no había que esperar hasta 48 horas para conocer si una persona era positiva sino tan solo cuatro horas, con lo que se ganó rapidez, «vital» en la toma de decisiones para organizar camas y espacios. No conocer si una persona tenía covid significaba que estuviera aislado y, por tanto, que un solo enfermo ocupara una habitación con dos camas. El laboratorio trabaja de 8.00 a 20.00 ó 21.00 y ha llegado a analizar 120 PCR diarias en los momentos más delicados.
Perfil de los pacientes
Entre la primera a la tercera ola que vive Aragón el perfil de los pacientes no ha cambiado. Siguen siendo personas mayores con obesidad y más hombres que mujeres. Estas características se mantienen pero se ha avanzado en los tratamientos, se conoce mucho mejor qué funciona bien según apunta Marcilla. «Creo que lo hacemos un poco mejor porque hemos aprendido de la primera ola. Prescribir ciertos medicamentos que no eran útiles, hidratar más a los pacientes, verlos más, nutrirlos más, poner los corticoides un poco antes… todo eso ha hecho que evolucionen mejor y también el oxígeno de reflujo que ya pedimos aquí en marzo porque los neumólogos del Royo Villanova ya lo estaban utilizando y les iba bien. Esas pequeñas cosas han hecho que los pacientes vayan un poco mejor pero sigue siendo una enfermedad grave, se sigue mandando gente a la uci y se siguen muriendo».
Yolanda dice
Me consta puesto que he trabajado varios años allí como auxiliar de enfermería, que pese a sus pocos recursos el trabajo que se hace es digno de elogiar. Con imaginación y mucho cariño a los pacientes y a la profesión consiguen sacar adelante un hospital que no da más de si. Espero que de una vez puedan trabajar en un hospital en condiciones, con medios, con espacio… SE LO MERECEN. GRACIAS A TODOS POR VUESTRO GRAN ESFUERZO Y DEDICACION
Eduardo Aguilar Cortes dice
Enhorabuena y gracias a todo el personal del Hospital de Alcañiz!!
– por el esfuerzo de estos meses y seguir teniendo ilusión.
– por la imaginación a la hora de buscar soluciones alternativas y complementarias a lo que ya existía.
– por no estar “quemados” pese al poco respeto a la hora de seguir las normas de algunos ciudadanos.
– por arrimar el hombro todos a una, (liberar la planta 6º para 14 camas mas, seguro que no ha sido fácil)
– por tomar decisiones tan difíciles como los traslados a UCIs y hacerlo con acierto.
– por sacar paciencia y cariño para tratar a los pacientes pese a vuestros propios problemas.
Y especialmente a vosotros Paco Marcilla, Pedro Bono, Angela Lara e Ignacio Urquizu, que sois los que han sacado en la foto y sois los líderes de todo este gran trabajo, yo extiendo las gracias y la enhorabuena a todos los internistas, a todo el personal del Hospital, al laboratorio de Microbiología que ha trabajado sin descanso para hacer PCRs en fin de semana también, al Servicio de Urgencias que ha recibido el primer golpe de entrada al Hospital. Y aunque no sea objeto de este artículo, al Centro de Salud de Alcañiz y demás Centros de Salud del Sector de Alcañiz, es decir, a los equipos de Atención Primaria que con su trabajo seguro que han permitido que el Hospital no se colapsara en estas dos oleadas de COVID19.
Me siento agradecido y orgulloso de haber trabajado con todos vosotros. Un fuerte abrazo y cuidémonos todos que:
Este año hay que “Salvar la Navidad para la Sanidad” que bien ganado se lo tienen.
luis cuatrecasas ardid dice
Todo elogio se queda corto. Muchas gracias.
Miguel Ángel Pardo Baeza dice
Cómo compañero vuestro que he sido durante 32 años, quiero daros las gracias por toda la profesionalidad y todo el cariño que ponéis diariamente en vuestro trabajo. Sois l@s mejores.