La iglesia de Santa María la Mayor de Peñarroya de Tastavins afronta un nuevo reto: la necesidad de acometer dos importantes reparaciones que aseguren su conservación y funcionalidad como espacio de culto. «Estos trabajos han sido impulsados por el desgaste acumulado en algunos elementos esenciales del edificio», manifiesta el párroco padre Orlando.
El templo requiere una intervención en una ventana situada en la parte superior de la nave. El cristal, que se desprendió hace un tiempo, ha dejado un hueco que incrementa el frío y la humedad dentro del recinto, especialmente durante los meses de invierno. «El templo se enfría con mayor rapidez», detalla el sacerdote.
Además, el deterioro de la tarima del presbiterio, afectada por termitas, ha obligado a su retirada. «Tuvimos que levantar todo para evitar que los daños llegaran al retablo», indicó Orlando, quien añadió que ahora el suelo permanece cubierto de tierra. La intención es reemplazar la tarima de madera por un pavimento más resistente que facilite el almacenamiento de elementos litúrgicos, como andamios y peanas, utilizados durante la Semana Santa o en festividades de los santos patronos.
El coste estimado de ambas obras asciende a algo más de 3.000 euros, una cantidad significativa para una comunidad pequeña. Por ello, la parroquia ha lanzado una campaña de recaudación de fondos entre los feligreses y la ciudadanía en general. El párroco solicita donativos y apela a «la generosidad de los corazones de la comunidad».
En palabras de Orlando, garantizar el mantenimiento del templo es parte fundamental de la labor evangelizadora. «No solo se trata de celebrar los sacramentos, sino también de cuidar los lugares de culto dignamente», afirma.
Para facilitar las aportaciones, se ha habilitado un número de cuenta bancaria, disponible en la Caja Rural de Peñarroya. Según explicó el sacerdote, las tecnologías actuales permiten realizar transferencias desde casa, evitando desplazamientos innecesarios. Los interesados también pueden contactar directamente con la parroquia o acudir a la entidad bancaria para obtener más información.
El párroco subraya la importancia de estas obras para preservar el patrimonio eclesiástico y garantizar que las futuras generaciones encuentren el templo en condiciones óptimas. «Aunque yo ya no esté mañana, quiero velar por que el lugar de culto esté dignamente conservado para que se pueda llevar adelante el culto a Dios a través de la liturgia y los sacramentos», concluye.
La campaña sigue abierta, y el Padre Orlando confía en que la comunidad responda al llamamiento para reunir los fondos necesarios devolviendo a la iglesia de Santa María la Mayor su esplendor.