«Si yo he podido salir, cualquier persona que se vea en la misma situación también puede conseguirlo». Este es el mensaje que José Fernández, vecino de Alcorisa, quiere transmitir cuando se le pregunta sobre cómo prevenir un intento de suicidio. En su día, Fernández llegó a intentar quitarse la vida hasta en tres ocasiones distintas. Superar lo que recuerda como «la etapa más dura de su vida» no fue fácil. Hizo falta tiempo, un gran esfuerzo personal por seguir adelante, y, sobre todo, lo más importante para él y aquello que ahora considera indispensable para alguien que se encuentre en una situación similar: ayuda de los profesionales y un especial apoyo del entorno cercano personal.
Su historia fue el centro de la jornada que ASAPME Bajo Aragón y ASAPME Aragón organizaron en el Teatro Municipal de Alcañiz este martes. Bajo el título «Conversaciones: depresión y suicidio», el encuentro abordó el suicidio de una forma abierta y sin ambigüedades, realizando especial hincapié en la prevención ante lo que ya es considerado como un grave problema de salud pública: solo en Aragón se produce un suicidio cada tres días y en toda España esta ya es considerada como la primera causa de muerte no natural.
Pese a las preocupantes cifras, el mensaje de la cita fue claro: alcanzar una solución y superarlo es posible. En los últimos años y especialmente desde la pandemia, cuando el número de diagnósticos por depresión y suicidios se disparó, esta problemática ha logrado posicionarse entre los puntos principales a tratar en lo que respecta a la salud mental. Hablar de ello claro y sin miedo resulta cada vez más relevante para acabar con una estigmatización, que, pese a ser cada vez menor, todavía continúa presente. «Es necesario cambiar el pensamiento. El primer error es pensar ‘esto nunca va a pasarme a mí ni a ningún conocido’. Igual que somos conscientes de que quizás podamos sufrir un accidente o un ictus también tenemos que serlo ante este problema«, explicó Isabel Irigoyen, psiquiatra coordinadora del plan de prevención de suicidios del Gobierno de Aragón, presente también en el acto.
En ella también influyen las diferentes creencias erróneas que todavía siguen existiendo en torno a los problemas mentales. «Ni quien los padece es alguien que está loco, ni todos tienen que tener una historia familiar traumática a sus espaldas. Puede ocurrirle a cualquiera», recalcó Marisol Moragrega, psicóloga y representante de ASAPME Bajo Aragón, quien acudió a la jornada como portavoz de las asociaciones de familiares y afectados. Ambas creen que queda mucho por hacer, y de ello también es consciente Fernández, quien ahora intenta que su historia sirva para ayudar a quien se encuentre en la misma situación. «En un principio también sufrí esos reproches. Había quien pensaba que estaba exagerando, y tuve que llegar al límite y entrar en la asociación para que se entendiera que mi problema era grave y real. Eso debe cambiar», lamentó. Fue entonces, al sentirse comprendido, cuando el vecino alcorisano sintió que su recuperación podía ser posible, un cambio de pensamiento que demuestra la importancia del acompañamiento no solo por parte de los profesionales, sino también de familiares o amigos cercanos e importantes para el paciente.
La solución que se propone para que sean cada vez más las personas que puedan superar este tipo de situaciones es un cambio radical en la forma de ver el suicidio y los problemas de salud mental como la depresión. No solo por parte de los profesionales, sino también desde la comunidad educativa, los medios de comunicación, la familia y la sociedad en general. Conseguir que la magnitud de este tipo de problemas se entienda desde dichas esferas es el mejor tratamiento que podría darse tanto a nivel de intervención y prevención, aseguraron.
«Lo ideal sería educar desde que somos niños siguiendo hábitos de salud mental: que ellos aprendan a controlar sus emociones, manejen la impulsividad, o que conozcan que esto es una realidad, igual que se les enseña cualquier otro aprendizaje para la vida. Es una formación que debe empezar entonces y continuar en todas las esferas de la vida«, apuntó Irigoyen.
Cada vez son más los jóvenes con problemas de salud mental
Este planteamiento también podría revertir el creciente número de jóvenes que llegan a los consultorios y asociaciones por problemas de salud mental. ASAPME Bajo Aragón comenzó su trayectoria en 2007. Entonces el perfil del paciente que la asociación recibía era el de una persona de edad adulta y con unos síntomas ya avanzados, y ahora, en cambio, este es cada vez más joven, llegando incluso a la adolescencia, y presenta problemas de ansiedad y sintomatología depresiva, según explicaron en la charla.
«Es un tema realmente preocupante. Cada vez hay más casos en población joven o adolescente, donde también se ha notado un aumento de casos de autolesiones, que no llegan a ser conductas suicidas propiamente dichas, pero que muchas veces pueden entenderse como la antesala», afirmó Irigoyen.
Vale la pena superarlo
Cabe destacar que también han sido muchos los avances que se han conseguido para prevenir el suicidio o los problemas de salud mental. Ejemplo de ello puede ser el 024, línea de atención a la conducta suicida en funcionamiento las 24 horas del día, los 7 días de la semana, todos los días del año. En sus cuatro primeros meses de funcionamiento recibió más de 34.000 llamadas.
Destaca también el trabajo de las asociaciones como ASAPME, cuyos trabajadores continúan ejerciendo una labor fundamental para que cada vez sean más las personas que puedan entender que hay una salida. Fernández ha sido una de ellas, y probablemente nunca olvide todo lo que quienes le acompañaron en el proceso hicieron por él. «La vida es demasiado bonita como para desperdiciarla, ahora por fin lo entiendo», aseguró emocionado.