El catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, escritor e historiador José Luis Corral fue uno de los ponentes inaugurales de La Concordia de Alcañiz que durante este fin de semana se está recreando y poniendo en valor en la capital bajoaragonesa.
¿Por qué fue tan importante para la historia la Concordia de Alcañiz?
Es un caso asombroso. Fue la primera vez en la historia de la humanidad que tres territorios que estaban a punto de romperse y que se habían quedado sin la amalgama que los unían, el rey, se ponen de acuerdo pacíficamente para encontrar una solución. Tenían que decidir un monarca que sustituyera al fallecido Martín I El Humano que había fallecido sin heredero. Al final acuerdan que será un monarca de otra dinastía, en este caso la castellana de Trastámara. Nunca antes había sucedido que cuestiones de este tipo de partición, repartición y búsqueda de una solución de en este caso tres estados, dos reinos y un condado, solucionasen un problema de este tipo de forma pacífica y no violenta, que era lo común. En estos casos siempre se utilizaba la fuerza, la violencia y la guerra. Aquí se pactó. Es cierto que hubo negociaciones muy duras y algunos episodios turbulentos. Como diríamos ahora hubo algún “sobre”. Pero se evitó una guerra civil entre los tres territorios de la Corona de Aragón. Repito, lo que sucedió primero en Alcañiz y después en Caspe es la primera vez que ocurre en la historia.
¿Por qué se elige a una dinastía de origen castellano, extranjera en aquel momento? ¿Tuvo que ver décadas después en la unión dinástica de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla?
Eran extranjeros en aquel momento pero no hay que olvidar que las relaciones dinásticas entre la Corona de Aragón y la Corona de Castilla y León habían sido ya muy intensas en los últimos siglos. Muchos príncipes, princesas y nobles se habían ya casado y estableciendo unas relaciones muy importantes. Aquí el principal dilema era escoger entre Jaime de Urgell, miembro de la dinastía aragonesa pero en cuarta generación y el castellano Fernando de Trastámara el “de Antequera”, descendiente en tercera generación del rey de Aragón Pedro IV El Ceremonioso. Por tanto se eligió la rama más cercana que era la Trastámara. Además, y esto es muy importante, los Trastámara era con diferencia la familia más rica de los reinos hispanos y si no la primera, una de las más potentes de Europa. El poder económico y político y la influencia que los Trastámara tenían, también con Pedro Martínez de Luna, el Papa Luna, aragonés, Por ello Fernando de Antequera era el candidato perfecto. Castilla tenía intereses en el Mediterráneo por donde ya se asomaba a través de Murcia y Almería. Había unas tensiones políticas internacionales importantísimas y la Corona de Aragón supo navegar ahí. En Calatayud, Alcañiz y Caspe intervino el Papa Luna, que ya había sido depuesto como Papa, pero intervino y logró mantener y respaldar a la Corona de Aragón frente a las presiones de Castilla y también de Francia.
Aquí se entendieron aragoneses, catalanes; y luego en Caspe valencianos y mallorquines ¿Es un caso poco conocido no solo en el mundo, si no en España? En otros países ya hubiesen hecho películas sobre ello…
No, ni tan siquiera aquí. Afortunadamente hay ayuntamientos como Alcañiz y Caspe que están haciendo esfuerzos extraordinarios. Y también beneficia que en los últimos 15 años tienen interés y están en auge las representaciones históricas, especialmente en la provincia de Teruel, como puede ser en la capital. Son conmemoraciones de tipo festivo pero quizá la esencia no la conocemos tanto. Los aragoneses creo que estamos orgullosos de la historia y de nuestro patrimonio pero con la boca pequeña. Se nos llena la boca pero luego la investigamos poco. Y al final los aragoneses somos lo que somos por nuestra historia. Ha habido también casos y sucesos funestos. Pero casos como este de la Concordia, que fue brillante, tiene que ser especialmente reconocido y subrayar el peso histórico de Aragón en la historia de España y del mundo. Creo que habría que potenciar más hechos como este aunque afortunadamente se están haciendo cosas.
Actualmente Aragón tiene menor peso poblacional y político que Cataluña y Valencia ¿Pero cual era el peso de Aragón en el siglo XV dentro de la Corona?
Ha cambiado todo mucho. En aquellos momentos Aragón, Cataluña y Valencia tenían prácticamente la misma población, un tercio cada una de la Corona. Cada territorio tenía en torno a 1 millón de habitantes. Ahora no es así. Hemos caído 5 veces respecto a Cataluña, con 7 millones- y 3 respecto a Valencia con una desproporción de población dramática. Pero aún así tenemos un peso histórico importante. En aquel momento de hecho son los aragoneses los que dicen “nosotros somos la cabeza de la Corona y el reino más importante”. Los aragoneses son los que advierten de que si no se ponen de acuerdo con catalanes y valencianos, aunque la voluntad era de acuerdo, serán los aragoneses quienes impogan al rey. Ahora tenemos la legimitidad de la historia y de la razón, por ello aunque seamos pocos hay que reivindicar la historia como nuestro legado.
¿Ha sido precisamente esa historia de Aragón no demasiado bien tratada desde Castilla y desde Barcelona?
Más que por los catalanes, han estado principalmente maltratada por los castellanos, por el pancastellanismo. Sí que desde el inicio del “procés” se está hablando de una cierta manipulación de la historia de la Corona de Aragón “desde Barcelona” o más bien, porque quiero ser muy preciso, desde planteamientos pancatalanistas y que han hecho mucho daño a la comprensión del pasado. Pero el pancastellanismo o lo que se ha hecho desde el centralismo, por llamarlo de manera simplona, “madrileño” ha hecho más daño. Porque se ha transmitido una concepción de que España es algo así como una concepción y una construcción poco menos que únicamente castellana. Bajo esa percepción Aragón, la Corona de Aragón, ha sido marginada.
Si hace seis siglos se pusieron de acuerdo aragoneses, catalanes, valencianos y una dinastía castellana ¿Cree que ahora sería posible resolver el problema territorial de España?
Si se pudo hacer en Alcañiz, en Caspe y unos meses antes en Calatayud en 1411 y 1412 por qué no se va a poder hacer ahora con una perspectiva de 611 años de avances respecto a aquel tiempo. Hay que tener grandeza de miras y se puede seguir juntos en la diversidad. Puede haber una nación, o un estado, donde coexistan identidades diferentes. La historia de España está llena de sombras y claroscuros y esto no sería más complicado que otros sucesos ya ocurridos. La historia española está también llena de ejemplos brillantes como la Concordia y el Compromiso. Tenemos otros ejemplos más recientes como la Transición, con la cual no estoy del todo de acuerdo, pero visto con perspectiva histórica fue un proceso en el que todos se pusieron de acuerdo. La Concordia y el Compromiso fue un ejemplo de cómo tres territorios mantuvieron su moneda y sus particularidades para caminar juntos.
Quién sabe si el Bajo Aragón Histórico podría ser el lugar escogido para resolver la cuestión territorial de España…
¡Pues sería perfecto! E incluir también Tortosa, donde además se lleva a cabo también una recreación histórica muy importante.
¿Por qué se escogieron Alcañiz y Caspe?
Alcañiz era una de las 12 villas más pobladas de Aragón, aún no era ciudad. Tenían que ser lugares que entones tuviesen unos 2.500 habitantes para acoger a 200 o 300 personas para acoger a toda la gente que llegaba. Hacía también falta un espacio grande para reunir a esas personas. Aunque el primer parlamento fue en Calatayud, supongo que por marcarle el territorio a Castilla, luego se escogió Alcañiz y Caspe porque podían acoger estos eventos y porque además ocupan una posición de centralidad en la Corona de Aragón. Es casi el corazón de la Corona porque se llega fácilmente desde Cataluña y Valencia.
Soy un amante de la Historia, de toda la Historia y en esta en concreto ya que me incumbe y ciñéndome a su articulo me parece muy bien escrito y bien plasmado todo lo que en el se dice, pero…mientras lo leía he sentido mucha tristeza y la mente me ha transportado de cuando éramos unos estados federados y como nos los dejamos quitar, no solo los estados, nos lo quitaron todo ; en fin ojala que algún día lo volvamos a ser : Estados y Federados.
Sr José Luis Corral, reciba un cordial saludo.
De estados federales nada… éramos una nación constituida en un gran reino, el reino de Aragon.
En realidad eran unos territorios pertenecientes a «LOS» Aragón, al Casal d’Aragó, una familia real propietaria de territorios como el Reino de Aragón, del Principado de Cataluña o del Reino de Valencia.
A todas luces nos iba mejor colaborando con valencianos y catalanes. Desde la derogación de nuestros fueros y la extrema castellanización de nuestra tierra no levantamos cabeza. No pintamos nada en el conjunto de España y encima Madrid nos roba industria aprovechando el efecto capitalidad y pudiendo bajar impuestos por ello. De hecho es desde Cataluña que llegan inversiones a Aragón pero la mayoría de aragoneses ven a los catalanes como el demonio. El mundo del revés.
El caso de Aragón y de la manipulación a la que ha sido sometida es digno de estudio. Si hasta se manipuló para cambiar Santa Engracia por el Pilar y hacerlo coincidir con el día de la Hispanidad…
Lo que es triste es seguir la senda del nacionalismo catalán. España está conformada como la conocemos desde hace ya muchos siglos. Dividirla en estados federales no creo que sea la solución. Basta comprobar cómo ya empiezan a ver diferencias significativas entre las ¡17! comunidades en cuanto a sanidad, educación y más de un impuesto e incluso sueldos de funcionarios públicos con el mismo nivel de titulación. Esto, a mi modo de ver, no deja de ser un retroceso en tanto que como españoles empiezan a ver diferencias (léase desigualdades) que no tienen sentido en un estado moderno del siglo XXI. Una muestra: la prueba de selectividad para acceder a la universidad. 17 y cada autonomía incluye el grado de dificultad que considere, lo que se traduce en notas infladas o lo contrario en función de los intereses de cada comunidad (un auténtico despropósito).