El nivel de detalle que alcanza José Manuel Colado (Alcañiz, 1950) con sus acuarelas se mide en las veces que el espectador se acerca para asegurarse de que, efectivamente, es una pintura lo que tiene delante. Cada vez que toma sus pinceles y elige modelo, ya sea encargo o elección propia, el resultado es un homenaje. La calle Trinidad, la fuente de los 72 caños o la panorámica del castillo desde el Corcho tan reconocible, adquieren un mayor realce.
No solo se limita a Alcañiz pero fue en su pueblo donde todo empezó. Ya se le daba bien dibujar siendo un niño en una época en la que el pintor Raimundo San Nicolás organizó un autobús para llevar a los niños y jóvenes que como él, apuntaban maneras artísticas. «Lo hizo de forma voluntaria por apoyar y consiguió que muchos de aquel grupo no dejásemos de pintar. Ese autobús fue la revolución, si eres un chiquillo al que le gusta pintar y cada fin de semana te llevan de excursión con 30 ó 40 como tú con la misma inquietud, no lo dejas», dice. Está convencido de que no todo el mundo conoce esta historia del bus y por eso la recuerda, porque «hay que ser agradecidos». A San Nicolás se le homenajeó en 2019 en la capital bajoaragonesa por esta labor y por su trabajo artístico. «A San Nicolás te lo podías encontrar en cualquier parte del pueblo pintando con su espátula y su caballete, incluso bajo la nieve», rememora Colado.
Las excursiones tenían como destino pueblos de la zona en los que pasaban el día pintando cuadros para exponer en fiestas. «Las ofertas de ocio entonces eran limitadas, y con estos viajes pintábamos y conocíamos nuestro territorio. Se mataban muchos pájaros con el mismo tiro», sonríe. Colado continuó con la pintura y se marchó a Zaragoza, a estudiar a la Escuela de Artes Oficios. Después del servicio militar se instaló en Barcelona, donde reside desde entonces aunque con conexión continuada con sus raíces. Mismo caso que su antecesora en EncontrARTE Ángela Andreu. «Las visitas son frecuentes y se alargan en el tiempo. Tanto, que hay gente que se piensa que vivo en Alcañiz», ríe.
No ha sido su medio de ganarse la vida pero nunca dejó de pintar. Terminó afincado en Barcelona porque fue allí, donde después de enlazar varios trabajos, en 1974 comenzó su carrera en un gran hospital. Lo hizo como celador en Urgencias, una nueva etapa que le dio estabilidad laboral hasta la jubilación y que también cambió su manera de pintar.
Hiperrealismo pintando anatomía
En el centro sanitario pronto se dieron cuenta de la destreza del alcañizano con los pinceles y se convirtió en el «Google imágenes» de la época del servicio de Medicina y Enfermería. «Todo se hacía a mano, incluso los informes, y cuando necesitaban ilustraciones para alguna tesis, investigaciones o consultas de cualquier parte del cuerpo, me las pedían», sonríe. «Mis inicios fueron en abstracto pero ahí tuve que afinar y así fue cómo me pasé al hiperrealismo, tenía que pintar al mínimo detalle los músculos y huesos de un hombro, una rodilla o lo que me pidieran…», añade. Además de su labor como celador, Colado realizaba estas pinturas y lo que se precisara en lo referente a la comunicación visual. «¿Hasta cuándo? Hasta que llegó internet, eso me retiró», ríe.
El bajoaragonés siguió por esa senda también en sus creaciones propias. «Me acostumbré a pintar la realidad», dice. Destaca de su obra, que alcanza este nivel de detalle con acuarelas, una técnica en la que se inició también en el hospital al pintar las láminas de anatomía. «Yo venía del óleo, pero no era viable pintar sobre mesa, en formato pequeño y obtener un secado rápido, para eso lo idóneo es la acuarela», explica. «En mi caso la empleo igual que si fuera óleo en cuanto a ir hasta el último detalle», añade.
Ha combinado esta actividad con sus creaciones propias y exposiciones, y siempre con colaboraciones en Alcañiz en todo lo que ha podido. Una de las últimas hasta el momento es de 2019 cuando realizó ocho acuarelas para el Silencio. Su firma está en carteles de Semana Santa o jornadas culturales del Cachirulo, entre otras muchas temáticas. «No puedo negarme a nada porque soy un enamorado de mi pueblo», se sincera.
jose maria tremps dice
Para los que te conocemos siempre has sido un gran artista. Enhorabuena Pepe