El Ayuntamiento de Alcañiz colabora con la asociación «Las Cañas» para que sus miembros realicen prácticas en la biblioteca municipal
Juan Clemente Thompson, miembro de la asociación para personas con discapacidad intelectual «Las Cañas», ha estado aportando su granito de arena a la Biblioteca Municipal de Alcañiz todas las mañanas, de lunes a viernes, durante los últimos nueve meses. En este tiempo se ha encargado de que los centenares de libros y revistas que habitan las estanterías estuvieran perfectamente ordenados. Y, sobre todo, ha sido un apoyo importantísimo para el personal de la biblioteca en cada una de las tareas en las que se le ha necesitado.
El Ayuntamiento de Alcañiz colabora, desde hace tres años consecutivos, con la asociación «Las Cañas» para que uno de sus integrantes pueda realizar prácticas en la Biblioteca Municipal. Este curso académico que dejamos atrás ha sido el turno de Juan, un alcañizano de 41 años apasionado por el fútbol que nació con una lesión irreversible en el cerebro. Tras muchas visitas médicas a lo largo de los años, los profesionales todavía no han conseguido diagnosticarle.
La madre de Juan, Rosa María Thomson, recuerda cómo dio a luz a su hijo tras diez meses de embarazo: «Tuve un parto normal, pero Juan nació arrugadito como una pasa. Era como un muñequito, blandito y rubito. Se notaba que era diferente». Desde ese momento, tanto Rosa María como el padre de Juan, aceptaron con total normalidad la situación y «fueron al unísono»: «Primero nos dijeron que Juan tenía parálisis cerebral y que iba a ser parapléjico, sin embargo, a los dos años comenzó a andar».
Juan asistió al colegio en Alcañiz y, después, al Colegio Público de Educación Especial Gloria Fuertes de Andorra hasta los 21 años. Más tarde estuvo en el Centro Ocupacional Atadi Albada de Alcañiz y, en la actualidad, acude a la Escuela para Adultos también en Alcañiz. Allí conoció a Pilar Viñuales, fundadora de la organización «Las Cañas» y artífice de que Juan pudiera realizar prácticas en la biblioteca. Una oportunidad muy importante para él, ya que hasta entonces nunca había trabajado.
La principal misión de Juan en la biblioteca ha sido ayudar a los trabajadores y el resultado ha sido excelente. Así, lo asegura Pilar, quien se ha encargado de tutorizar las prácticas: «Están muy contentos con Juan porque, realmente, saca trabajo». La lista de tareas de Juan han abarcado desde ordenar los libros «cuando veía un hueco libre en los estantes» hasta archivar las revistas, buscar la prensa o distribuir los carteles que imprime la biblioteca, por ejemplo, cuando organiza una obra de teatro.
La propia Pilar ha sido testigo de cómo Juan desempeñaba su encomendado de una forma «genial»: «Un día fui con la Escuela de Adultos a visitar la biblioteca y me fijé en cómo Juan había organizado todo perfectamente. Él controla el abecedario y los libros estaban muy bien ordenados de forma alfabética. Además, había colocado otros volúmenes por colores». Gracias al desempeño de Juan -resalta Pilar- «cuando los niños iban a leer por la tarde se encontraban todo perfecto».
La tutora explica que Juan, en estos meses, ha sido «consciente de la importancia del trabajo y se ha sentido realizado». Sobre todo, «ha estado más contento y alegre», y esa felicidad que ha desprendido también ha impregnado a su familia. Así lo corrobora su madre, Rosa María Thomson: «ha sido una experiencia maravillosa. Juan, como la mayoría de sus amigos, ha podido trabajar y, por tanto, se ha sentido normal y útil».
«Juan tiene una memoria increíble, de hecho yo lo uso como si fuera mi agenda. Además escribe muy bien, sin faltas de ortografía. Incluso pone acentos en los mensajes de Whats App», presume la madre de Juan.
La madre de Juan, ya jubilada, fue durante cuarenta años profesora en Alcañiz. En este tiempo ha tenido la oportunidad de entablar amistad con muchos vecinos de la localidad. Aún así, cuando Rosa María pasea por la calle con su hijo, se sorprende de la cantidad de personas que conoce Juan y ella no: «Le gusta mucho hablar con todo el mundo, se parece a su padre muchísimo».
Juan tiene un grupo de amigos entre los que están Víctor, Úrsula o Sergio, que como él sufren alguna discapacidad intelectual. Los sábados les gusta salir a cenar juntos y, ahora en verano, disfrutan yendo a la piscina municipal por la tarde. La madre de Juan subraya que «es la primera cuadrilla de chicos con discapacidad en Alcañiz que han salido a la calle formando parte de la sociedad», y se lo agradece al trabajo que ha realizado con ellos Pilar Viñuales. Aunque lamenta que «no todos los muchachos tengan la misma suerte» y critica que «todavía queda mucho por hacer en este mundo»
No solo la tutora de Juan, Pilar, o su madre, Rosa María, tienen buenas palabras hacia la entrega de este conocido alcañizano. Tanto la asociación «Las Cañas» como el Ayuntamiento de Alcañiz han querido reconocer su trabajo desinteresado. Por eso, ayer martes, el alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, y la concejala delegada de Infancia, Juventud y Educación del Ayuntamiento alcañizano, Susana Mene, le entregaron un diploma acreditativo y le obsequiaron con un pin con el escudo de la ciudad. Ambos aprovecharon la ocasión para calificar esta experiencia de prácticas como «altamente satisfactoria».
Además, la asociación «Las Cañas» entregó al consistorio alcañizano un documento que valora de forma «muy positiva» el paso de Juan por la biblioteca. En él, también se encuentran plasmados los objetivos de la práctica y de la propia Asociación: la inclusión social. En concreto, de acuerdo con la organización, esta práctica «se inscribe dentro de las medidas que garantizan a personas con discapacidades intelectuales y a sus familias la igualdad de oportunidades y la accesibilidad a entornos inclusivos».
El citado documento también indica que Juan ha mostrado «un cambio muy positivo en comportamientos y grado de autoestima», entre otros, lo que le ha permitido «salir muy reforzado en sus aptitudes». Pero más allá de las calificaciones externas, lo importante es que Juan ha disfrutado «mucho» durante estos últimos meses.
La Asociación «Las Cañas» agradeció ayer «la buena disposición mostrada en todo momento por el Ayuntamiento de Alcañiz» y «la amabilidad y sensibilidad mostrada por todas aquellas personas que trabajan en las instalaciones municipales». Ahora, la entidad le pide al Consistorio que dé un paso más y cambie el contrato de prácticas por un contrato laboral de media jornada. Habrá que esperar hasta septiembre, cuando se reúnan ambas instituciones, para saber cómo se desenvuelve esta historia. Sin duda, Juan estará pendiente, pues a él, cuenta su tutora, le hubiera gustado quedarse trabajando en la biblioteca «toda la vida».
Maria Jesus dice
Estoy segura de que su trabajo ha sido meticuloso e impecable. Hay que saber de las aptitudes de las personas y materializarlas en contratos de trabajo, asi se dignifica a las personas.