La monrogina Lucía Guarc ficha por el equipo cordobés de balonmano femenino La Fuensanta. Se trata de un equipo perteneciente a la primera división del balonmano femenino español, competición más conocida como la Liga Guerreras Iberdrola. Guarc, que compatibiliza sus estudios con la formación deportiva en la ciudad andaluza, debutó hace varios días en la categoría de oro. Por delante, varios partidos programados ya en el calendario en Asturias y en Cataluña. La noticia del fichaje de Guarc ha llegado incluso a tener repercusión en medios de comunicación de tirada nacional.
La trayectoria de Guarc arrancó en Zaragoza en un equipo mixto del barrio de Santa Issabel. «Los comienzos fueron difíciles porque además en categorías inferiores no hay ligas femeninas. Por ello jugaba en equipos en los que muchas veces prácticamente era la única chica», explica Fernando Guarc, padre de Lucía. Poco después se trasladó al equipo de balonmano femenino del también zaragozano barrio de La Jota. Allí, junto a su hermana Irene Guarc, se formaron y pasaron por las categorías de infantil, cadete y juvenil. Poco después, con 16 años, debutó ya en la segunda división nacional en el equipo Schar.

Lo cierto es que la vocación por el balonmano es algo muy presente en toda la familia. Irene Guarc, hermana de Lucía, juega, de igual modo en la Associació Lleidatana d’Handbol, que compite en la categoría de plata del balonmano español tras haber conseguido el pasado año su ascenso. Irene compatibiliza los estudios que desarrolla en Lleida con su actividad deportiva. Ambas jugadoras iniciaron su carrera deportiva en Zaragoza, concretamente en La Jota, donde las dos hermanas debutaron en la liga femenina en el BM La Jota de la capital aragonesa.
Ambas hermanas comenzaron a formarse en torno a los 10 años de edad. Fue una vecina del barrio de Santa Isabel donde una de las vecinas montó un primer equipo de balonmano del que ya formaron parte Irene y Lucía. Fernando Guarc recuerda el esfuerzo de todos estos años. «En los deportes menos mediáticos y sobre todo en los femeninos son las propias deportistas y sus familias las que tienen que afrontar muchos gastos y un esfuerzo extra para lograr alcanzar buenos resultados», añadió Guarc.