Hace años, el genial tándem de escritores Borges y Bioy Casares crearon un detective: Isidro Parodi, que se encontraba preso y resolvía los casos desde la cárcel. Todos sus lectores quedamos cautivados por tal desafío e innovación en el género, pero más tarde descubrí que ya en 1951 una británica había hecho resolver un caso a su detective desde la cama de un hospital: ¿pudo, quizás, servir de referencia a nuestros escritores sudamericanos? No lo sé, lo cierto es que esa novela: «LA HIJA DEL TIEMPO» de la escritora JOSEPHINE TEY (1896-1952), fue declarada en 1990 por la Asociación de Escritores de Novela Negra del Reino Unido, la mejor novela de misterio de todos los tiempos..
Y como la exquisita editorial Hoja de Lata está empeñada en rescatar buena parte de las deliciosas novelas de esta autora; y como la última que ha reeditado es esta pequeña joya: «LA HIJA DEL TIEMPO», no puedo resistir ya la tentación de comentaros y recomendaros, para estos días de estío que nos cercan, esta novela de intriga tan inusual como encantadora.
Puedo comenzar con la aseveración de que las largas horas de convalecencia en la cama de un hospital -producida por un accidente en el acto de perseguir a un ladrón- pueden llegar a ser mortales, sobretodo para una mente despierta como la del inspector Alan Grant, de Scotland Yard. Y cuando el aburrimiento está llegando a sus más altas cotas, llega su amiga Marta con la proposición de «matar» el tiempo intentando adivinar el carácter de las personas sólo por su retrato. De todos los proporcionados, Grant se vé obsesionado por uno sólo: el de Ricardo III; hasta tal punto que empieza a investigar todo lo que se publicó y se decía en las crónicas de su época. Viendo el retrato está convencido que los rasgos y la expresión de Ricardo III transmiten serenidad y benevolencia, que ese no es el rostro de un monstruo jorobado, asesino de niños, tal y como han contado siempre los libros de historia. A partir de entonces, y con alguna que otra ayuda, Grant se zambulle con entusiasmo en la verde y salvaje Inglaterra de la guerra de las Dos Rosas, en pleno siglo XV, para tratar de desentrañar uno de los misterios más oscuros de la monarquía británica: ¿mató realmente Ricardo III a sus sobrinos para hacerse con el trono? Basándose más en métodos policiales que en los que han venido utilizando los historiadores, Grant llega a una solución verdaderamente sorprendete, y que, por supuesto, no voy a desentrañaros.
Pero, me diréis, esta es una novela policíaca o histórica? Pues bien, las dos cosas y, además, una novela fresca, fácil, genial y muy, muy entretenida. Ese es el verdadero encanto de JOSEPHINE TEY (seudónimo de Elizabeth Mackintosh), célebre escritora y dramaturga escocesa que, pese a pertenecer a la llamada Edad de Oro de las novelas británica de intriga (Agatha Christie, Michael Innes, E.C. Bentley, etc…), las narraciones y los personajes de TEY se alejan de los estereotipos que comparten los títulos clásicos del suspense; y es lo que le valió, como hemos visto, el reconocimiento de la Asociación de Escritores de Novela Negra. Es, como dijo un crítico, una de esas autoras que, una vez descubiertas, el lector sólo alcanza a preguntarse por qué no tuvo la fortuna de encontrársela antes.