Una oleada de robos sacudió a varios municipios del Bajo Aragón-Caspe en la madrugada de este domingo al lunes. En total, en torno a media docena de bares, restaurantes y pubs del territorio (5 en Maella, 1 en Fabara y otro en Nonaspe) sufrieron pequeños hurtos o al menos algunos desperfectos en sus verjas o cerraduras a lo largo de la noche. El objetivo de los ladrones fue principalmente el dinero en metálico que obtuvieron de los cajones de las máquinas tragaperras y de las registradoras de algunos de los bares perjudicados. La Guardia Civil ha puesto en marcha una investigación del suceso.
En Maella, la localidad más afectada por estos hechos, fueron hasta 5 los establecimientos en los que se registraron incidencias. En dos de ellos los delincuentes lograron acceder y sustraer el dinero de las tragaperras. A su vez, en otro -en el que no había máquina tragamonedas- se llevaron unos 40€ sustraídos de la caja registradora además de un cruasán y de un tarro de cacahuetes. Por último, llegaron a forzar la verja principal de otros dos bares en los que no llegaron a alcanzar el interior. Eso sí, truncaron alguna de sus verjas e intentaron lo propio con las cerraduras.
A su vez, tanto en Nonaspe como en Fabara, los atracadores consiguieron su propósito en otros dos bares. En la primera de estas dos localidades, desde donde aseguran que no es la primera vez que les ocurre, se llevaron entorno a 200€ de caja y la recaudación de la tragaperras. Además, en este caso, incluso se han llevado los aparatos al completo. «Esta mañana hemos llegado y hemos visto que estaban las puertas abiertas y que se habían llevado tanto la máquina registradora como la tragaperras. Se han llevado todo lo que había allí, aproximadamente 200€, y lo de la tragaperras, que no sé cuanto había», explicó uno de los gerentes del lugar. «A mitad de mañana ha venido un vecino y nos ha dicho que han encontrado la máquina reventada en un campo», añadió.
Por su parte, en Fabara, según la dueña del bar afectado, el hurto alcanza a unos 150€ en monedas y billetes pequeños de la caja y a la recaudación de 15 días de las máquinas recreativas. «Nosotros llevábamos una semana sin poder abrir por el covid y hoy volvíamos de nuevo. Al llegar nos hemos encontrado con la reja en el suelo, la puerta abierta y las dos máquinas tragaperras y la registradora forzadas», subrayó la responsable del bar.
Calixto Blasco dice
El problema es que no hay miedo. Aunque los cojan las penas son mínimas o están en la calle al poco tiempo para seguir con lo mismo.