Si el 26 de octubre hubiera salido en la televisión y en todos los medios nacionales el Jefe del Estado, el presidente del Gobierno, todos los presidentes de la Comunidades Autónomas y demás autoridades nacionales comunicando: «Estamos en plena segunda oleada de la pandemia de coronavirus, no tenemos medios económicos para frenar la oleada, no podemos confinar la población como en el mes de marzo, porque el país debe tanto dinero que ni en varias generaciones lo podremos devolver… Sólo les pedimos evitar lugares cerrados, guardar distancia de seguridad, evitar reuniones con más de 6 personas y el uso de mascarilla. Durante unas semanas van a morir tantas personas como un accidente de aviación diario, les pedimos mucha precaución y les deseamos mucha suerte y salud a todos». Seguramente hubiera habido una revuelta social nunca antes conocida, pero no ha sido así, se han realizado confinamientos perimetrales, controles de aforos, cierre de hostelería…¿Y qué estamos reivindicando? Queremos aumento de aforos, apertura de todo tipo de espacios públicos. Se está normalizando la frase «hay que salvar la navidad». Sinceramente, no entiendo mucho. Si «salvamos» la navidad, probablemente muchos de los que la celebremos, en pocos meses algunos no estarán con nosotros para poder celebrar la Navidad de próximos años. Personalmente soy empresario turístico. El 12 de marzo cerré mis negocios y el 26 de octubre he vuelto a cerrar hasta no sabemos cuándo. Siguiendo pagando alquileres, teléfonos, gastos, trabajadores en ERTES… Pero creo que es lo mejor que podemos hacer, sacrificar el presente para salvar el futuro.
Pido perdón por si alguna persona se siente ofendida y respeto todas las opiniones y actuaciones que se decidan realizar.

Lo mejor para esta Navidad es celebrarla con los nuestros virtualmente, 25 de diciembre Zoom Zoom Zoom.

Luis Miguel Serrat