Han transcurrido casi cuatro años desde que tomara la riendas de la Diputación Provincial de Teruel. En este tiempo, hemos tenido la oportunidad de trabajar por reducir algunas de las carencias de esta provincia. En algunos casos, hemos logrado éxitos con programas y planes que por su cuantía y objetivos han sido muy bien acogidos por los ayuntamientos. Entre ellos, el Fondo de Inversiones Municipales Sostenibles, dotado con una media de 11 millones cada año; o el Plan de Concertación Económica cuantificado en 4 millones anuales. Nunca como en estos años, los municipios han recibido tanto dinero desde la institución provincial que ha reducido gastos para incrementar los fondos que llegan a los municipios y rebajar la desorbitada deuda que tenía la Diputación. Y todo ello, contando cada año con menos financiación desde Madrid.

Lamentablemente se han quedado asuntos sin resolver porque exceden de nuestras competencias como es la despoblación, un asunto recurrente que se usa de forma partidista a costa de las esperanzas de los turolenses mientras se llenan la boca de promesas para paliarla como la extensión de la banda ancha, que siendo una competencia del Estado y de la Comunidad autónoma, aún estamos esperando; o con unos presupuestos para Teruel que no son capaces de ejecutar a pesar de contar con la financiación necesaria gracias a las enmiendas del Partido Aragonés.

Lo que necesitamos son acciones. Y no veo que se estén aplicando por ejemplo, unos beneficios fiscales que se prometen. Tampoco he visto ningún avance en la mejora del reparto de la PAC que incide en la decisión de quedarse o no a vivir en un pueblo o emigrar.

Lo que puedo asegurar es que los programas que se han gestionado desde la Diputación de Teruel han sido efectivos en esa lucha como el Plan de Empleo o el plan de carreteras que hubiera sido mucho mayor si desde el FITE, que gestionan Gobierno central y regional, se hubiera destinado más dinero para ellas.

Pero más allá de estos asuntos «pendientes» me quedo con la idea de que desde Teruel se necesitan más medios y dirigentes que no tengan que rendir cuentas a Madrid o Barcelona.

Porque, la realidad es que cada día se pierde población y servicios. Por eso, es urgente que los ayuntamientos y las diputaciones cuenten con una financiación adecuada para tener los mismos servicios y de igual calidad que las ciudades.

Los habitantes del medio rural son los custodios del territorio y sólo procurando territorios con igualdad de oportunidades,servicios e inversiones, las personas que los habitan podrán tener igualdad de derechos. Y es éste, el nexo de unión que mantiene Teruel y Aragón con el Partido Aragonés que lleva 40 años defendiendo este territorio.

Estos años hemos echado de menos nuevos proyectos vertebradores como en su día fueron Motorland, las pistas de esquí, el Observatorio de Javalambre, Dinópolis, el aeródromo de Caudé, Platea o la mejora de las infraestructuras gasísticas y eléctricas. Proyectos de los que el PAR ha sido co-partícipe y que impulsó activamente para desarrollar cada comarca y sus recursos.

Y echamos de menos mayor ambición para reivindicar nuevas infraestructuras.

Llevamos cuatro años ambicionando una nueva autovía de Madrid al puerto de Tarragona pasando por el Jiloca, las Cuencas Mineras, el Bajo Aragón y Andorra.

Por todo ello, es imprescindible que tras las elecciones, se forme un gobierno estable y solvente para que Teruel vea cumplidas sus justas e históricas reivindicaciones. Pero no a cualquier precio. ¡Cuidado con los cantos de sirena!

El PAR siempre ha llevado en su ADN la defensa del territorio para que sus habitantes tengan las mismas oportunidades y derechos, defendiendo lo nuestro frente a quienes proponen fusionar pueblos, suprimir diputaciones o re-centralizar competencias inmiscuyéndose en el modelo territorial de Aragón que tanto perjudicaría a las zonas despobladas.

En ese camino seguiremos, porque Teruel y Aragón, son nuestra Pasión.