El ranquin de sociedades aragonesas por cifra de facturación (2018) me trae alguna reflexión. La primera empresa en ventas es Opel, alemana ahora francesa PSA, le sigue BSH, alemana (Bosch, Siemens…y un poco Balay) y en tercer lugar Alliance Healthcare, europea multinacional, (distribución global farmacias con un poco de la antigua Safa). Poco capital aragonés hasta la cuarta del listado que es SAICA un ejemplo de empresa aragonesa con importante papel (y cartón) en la economía europea, amén de un ejemplo de estructura familiar.

En Aragón ganan relevancia las empresas agroalimentarias, en especial las ligadas con piensos y granjas, y de entre ellas entresaco, con el número 14, Piensos Costa de Fraga que también opera en Caspe, y en el puesto 34, S.C. Ganadera de Caspe con mas de 160 millones de euros en ventas, bastante más cifra de negocios que otras famosas como Pikolín, La Zaragozana, Lacasa… Cuando leí en mi juventud con mucha expectación «Las finanzas del Vaticano» me llamó la atención el interés de los financieros del Estado pontificio, paradigma de la espiritualidad, por las empresas que se dedicaban a las atenciones primarias materiales de la gente: la agroalimentación y la fabricación de loza sanitaria. Los asesores económicos vaticanos entendieron que todo el mundo no reza, pero todo el mundo come y descome.

Hoy, por circunstancias conocidas, la alimentación y la salud son los sectores más en auge pero el futuro del Bajo Aragón Histórico es la agroindustria. Vemos muchas iniciativas novedosas e ingeniosas basadas en la calidad de las materias primas y la elaboración artesanal. Lástima que casi siempre son generadas por particulares o empresas muy pequeñas que difícilmente pueden extenderse a mercados amplios. El sector cárnico va en cabeza, pero le siguen aceites, verduras, vinos, frutas, etc. que emplean varios cientos de trabajadores y exportan millones de euros. La administración muy timorata ofrece ayudas que disfraza como desarrollo rural, pero son escasas y exasperantemente burocráticas. La fuerza y la energía ha de estar en la base, en los propios habitantes del Bajo Aragón que han de elevar la vista para ver más lejos para pensar en grande, para creerse que son los mejores, como realmente lo son. Volverá el turismo y la hostelería, pero el futuro se viste de verde y digital: agroindustria renovada.

Miguel Caballú