El pasado domingo, toda la ciudadanía fue llamada nuevamente a las urnas, tras el bloqueo de las diferentes fuerzas políticas a la formación de un gobierno socialista y progresista. Un gobierno liderado, tal y como manifestaron los votantes, por el Partido Socialista.

Unas elecciones que se podían haber evitado, si Partido Popular y Ciudadanos se hubiesen abstenido, permitiendo a Pedro Sánchez cumplir con el mandato que salió de las urnas el pasado 28 de abril.

Por supuesto, no podemos olvidar, que si Unidas Podemos, tal y como ha hecho ahora, hubiese tenido los pies en la tierra y hubiese sido justo en sus pretensiones, se podía haber evitado la última cita electoral del 10 de noviembre.

De los resultados salientes en las urnas este domingo se pueden deducir, muy resumidamente, varios análisis:

El primero y más evidente, es que Ciudadanos se equivocó de pleno con su giro a la derecha, abrazando incluso a la extrema derecha en varias ciudades y comunidades autónomas para formar gobiernos y manifestándose, además, como socio preferente del Partido Popular, convertido en la muleta de dicha formación política. Esta estrategia de jugar a ser o parecerse a otro, está visto que nunca acaba bien y la ciudadanía termina votando a los originales. Éstas, entre otras cosas, han llevado a la formación naranja a convertirse en un partido casi residual, sin ninguna opción en el Congreso de los Diputados y a propiciar la dimisión de su ya expresidente.

El segundo, es el terrible ascenso de la ultraderecha, logrado con pasados y viejos discursos y basándose en el racismo, la xenofobia, la confrontación, el machismo, la desigualdad, las mentiras, etc. Dicho ascenso, se podría haber evitado, si quienes persistían en la negación a un gobierno progresista, hubiesen tenido un mínimo de responsabilidad.

Y el tercero y más importante es, una vez más, la amplia victoria del PSOE que le va a permitir formar un gobierno «rotundamente progresista» en coalición con Unidas Podemos y liderado por Pedro Sánchez. Victoria que en Aragón ha sido todavía más amplia, pasando a tener seis diputados socialistas en el Congreso en lugar de cinco. Esto también ha sido posible, gracias al trabajo que está desarrollando el Gobierno de Aragón presidido por Javier Lambán.

Ahora sí, ahora gobierno.

José Manuel Jariod – PSOE Caspe