En la comarca del Matarraña, como en todo el territorio nacional, estamos en situación de alarma. De hecho continuamos en una alarma que empezó en enero con la nevada del temporal Gloria y la noticia del proyecto de creación de los parques eólicos. Ahora le ha tocado al Covid-19. Y en este caso, como en los anteriores, siempre vamos tarde. Las noticias alarmistas siempre nos parece que no van con nosotros, que aquí no van a llegar, que aquí estamos archipreparados para hacer frente a lo que haga falta, que actuaremos a tiempo…Pues otra vez no. Nos lo veíamos venir y no nos lo creíamos hasta que lo hemos tenido dentro de casa. Y me incluyo en este análisis. Debo reconocer que me parecía del todo exagerado tener que recurrir al confinamiento para hacer frente a esta crisis sanitaria.

Llevamos apenas una semana recluidos, atentos a las noticias, a las indicaciones de las autoridades sanitarias y del gobierno. Después de un par de días de incertidumbre y de psicosis en los supermercados vemos que esto va en serio. Tengo que decir que mayoritariamente los ciudadanos están siendo responsables evitando salir a la calle si no es preciso y también los desplazamientos en vehículos particulares. Y es que ahora es eso lo que toca, ser responsables para evitar la propagación del virus. De la noche a la mañana nos hemos visto obligados a cambiar radicalmente nuestra rutina. No hay mal que por bien no venga. Es tiempo de recuperar las relaciones familiares, de ser solidarios con nuestros vecinos, de preocuparnos de nuestros mayores, de colaborar en las iniciativas que ya están surgiendo para dar respuesta a las necesidades inmediatas y también para recuperar la normalidad cuando todo esto haya pasado.

Este coronavirus nos llega en un mal momento para los establecimientos turísticos. Este año no habrá una Semana Santa que repare la inactividad invernal. Este año la temporada baja se alargará todavía no sabemos hasta cuándo. Desde la Comarca ya se están centralizando mil ideas e iniciativas particulares tanto para paliar los efectos del coronavirus a nivel general como para relanzar el sector turístico local lo antes posible. Personalmente me afecta la repercusión que todo esto pueda tener en el sector turístico, pero tengo que decir también del temporal Gloria y de los parques eólicos he aprendido que no podemos sectorizar tanto ni a las personas ni a la economía. También han cerrado sus puertas y bajado las persianas los comercios de nuestros pueblos. Todos sufriremos la crisis económica que se avecina. Mientras se estudian, debaten, concretan y llegan las medidas excepcionales para hacer frente a esta crisis imprevista…la VIDA sigue.

María Moral Elvira – CHA Valderrobres