A nadie se le escapa que vivimos tiempos difíciles e inciertos. La pandemia lo ha condicionado todo en los dos últimos años. A esto se añaden los profundos cambios tecnológicos y ambientales que están viviendo nuestras sociedades. Por lo tanto, gestionar cualquier administración o una empresa privada no es tarea sencilla. Lo saben muchos autónomos o aquellos que tienen sus negocios, sus comercios o pequeñas empresas. Por ello, en estos dos años y medio, desde el ayuntamiento hemos invertido muchas de nuestras energías en reforzar el tejido productivo de la ciudad. Entendíamos que sin una buena gestión, seria y rigurosa, no podríamos superar estos tiempos.

Desde que terminó el confinamiento domiciliario, hemos movilizado más de 820.000 euros municipales en ayudas directas, bonos comerciales o bonificación de tasas. Además, estamos elaborando un plan estratégico que nos permita no sólo tener una radiografía de la ciudad, sino que también queremos elaborar un conjunto de acciones que ayuden a modernizar nuestras empresas. Por ejemplo, los convenios destinados al tejido económico han pasado a concurrencia competitiva, premiando la internacionalización o la inversión en I+D+i. Todo con el objetivo de ir mejorando y haciendo crecer Alcañiz.

La gestión de los presupuestos municipales también se han caracterizado por el rigor. En los dos primeros años de gobierno local, hemos reducido en más de dos millones de euros la deuda del ayuntamiento, a pesar de tener algunas sentencias judiciales que nos han obligado a elevados gastos como la deuda con Aquara o las obras de emergencia del cerro. Y todo ello ampliando servicios públicos como es la llegada de la UNED, que se sufraga entre ayuntamiento, Diputación Provincial de Teruel y DGA, o la inminente apertura de un centro de día. Además, lo hemos hecho sin hipotecar la viabilidad futura de nuestras cuentas. Es decir, los nuevos servicios públicos son sostenibles económicamente.

Muchos pueden pensar que todo esto son sólo buenas palabras, propias de un político. Por ello, ante un relato, no hay nada mejor que un dato. En el último año, Alcañiz ha ganado 23 habitantes, alcanzando ya la cifra de 16.029 alcañizanos y alcañizanas. Quizás a algunos les parezca un crecimiento modesto. No hay que olvidar que estamos combatiendo un fenómeno tan complejo como es la despoblación. Además, si nos comparamos con poblaciones similares o de nuestro entorno, veremos que algunos crecemos y otros reducen población. En Calanda, en el último año contabilizado, han perdido 69 habitantes, pasando de 3.822 habitantes a 3.753. En Teruel, que puede ser nuestra ciudad de referencia, han perdido 246 habitantes entre 2020 y 2021.

Pero hay más datos que avalan que Alcañiz crece. Si nos vamos a la cifra de parados, veremos que en julio de 2019, cuando entramos a gobernar, había en nuestra población 752 parados. En diciembre de 2021 esta cifra era de 730. Es decir, una reducción del casi el 3 por ciento en el número de parados, teniendo en cuenta la profunda crisis económica que hemos sufrido durante la pandemia. De hecho, en nuestro peor momento, en Alcañiz llegamos a contabilizar 1.129 parados (febrero de 2021). Pero en los últimos 10 meses esta cifra se ha reducido casi en 300 personas. De nuevo, si nos comparamos con nuestro entorno, vemos que mientras algunos crecemos, otros no logran los mismos resultados. En nuestro municipio vecino de Calanda, si realizamos la misma comparación entre julio de 2019 y diciembre de 2021, veremos que el número de parados se ha incrementando en un 66 por ciento: si hace dos años y medio había 115 parados, hoy tienen 191. En la ciudad de Teruel tampoco han logrado reducir el paro en estos dos años y medio. En julio de 2019 tenían 1.397 parados y hoy son 1.468: un 5 por ciento más.

En definitiva, Alcañiz está creciendo en población y en empleo; y lo hace con una política económica reconocible, que mejora servicios y moderniza su tejido productivo. Todo ello, además, con una gestión seria y responsable de las cuentas municipales. Si a esto le añadimos la crisis sanitaria y las profundas revoluciones por las que pasan nuestras sociedades, creo que debemos estar orgullosos de nosotros mismos. Todos estos datos no serían posible sin una sociedad abierta al cambio y con ganas de mejorar.

Ignacio Urquizu. Profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid (en excedencia), diputado socialista en las Cortes de Aragón y alcalde de Alcañiz