Seguramente, muy pocos predijeron lo que nos iba a pasar. A pesar de los adelantos tecnológicos y todo lo que ha progresado el conocimiento en las últimas décadas, muy pocos anticipaban que volveríamos a 1918, cuando la pandemia de la gripe española mató a millones de personas en el mundo. Pero como digo en muchas ocasiones: casi todo ha pasado antes en otro tiempo y en otro lugar.

Dadas las circunstancias, la Junta Suprema de la Semana Santa de Alcañiz tuvo que tomar una decisión muy difícil: suspender este año las procesiones. Ahora mismo no podemos salir a las calles, puesto que debemos estar confinados en nuestras viviendas, y nuestras tradicionales procesiones no eran posibles. Desde el Ayuntamiento han contado con nuestro respaldo y aliento, siendo conscientes que esta decisión complicada iba a significar un hecho muy significativo en nuestra historia.

Además de la Semana Santa, tampoco fue posible celebrar los pasados 28 y 29 de marzo las jornadas de convivencia de la Ruta del Tambor y el Bombo. Este año tocaba Alcañiz y, además, en un momento significativo cuando se cumplía el 50 aniversario. No renunciamos a que se pueda celebrar en el futuro, puesto que fue un cinco de septiembre cuando se creó la Ruta. Aunque esta decisión no compete a nuestro Ayuntamiento, sino a los nueve pueblos que la conformamos.

No obstante, nuestra tradición vinculada al tambor tiene una alta carga emocional. Es en estas fechas cuando nos reencontramos con muchos seres queridos; cuando echamos la mirada atrás y recordamos acontecimientos del pasado; o cuando miramos con ilusión el futuro reflejado en los más pequeños. La Semana Santa tiene un vínculo especial con cada uno de nosotros. Los sentimientos emergen en cada redoble y en cada peana.

Este año será más emocional si cabe. Cuando estemos en nuestros balcones, muchos más recuerdos nos surgirán. El confinamiento hace que no podamos compartir un momento tan íntimo como es nuestro ensimismamiento con los redobles del tambor. Lo vamos a tener que hacer en soledad o con nuestra familia más próxima.

Es por ello que esta Semana Santa nunca la vamos a olvidar. De hecho, no queremos que la olvidéis. Queremos que la guardéis en vuestra memoria y en vuestra retina. Pero también que la guardéis en vuestros móviles ya sea a través de imágenes y vídeos. Así, cuando lo veamos en la distancia, cuando este mal sueño se acabe, podremos dar un mayor valor a compartir la Semana Santa con los demás. De esta experiencia tenemos que salir reforzados. Y, desde luego, uno de los aspectos positivos es que vamos a ver con otros ojos muchas de las cosas que hacíamos hasta ahora, sin detenernos en ellas lo suficiente. Estoy seguro que nadie va a olvidar la Semana Santa de 2020.

Ignacio Urquizu – Alcalde de Alcañiz