Desde ayer, toda la provincia vuelve a sufrir importantes restricciones necesarias para contener la epidemia de la covid-19. Decretando el estado de alarma y el nivel de alerta 3, tanto el Gobierno de España como el Gobierno de Aragón actúan con responsabilidad ante el crecimiento imparable de los contagios en el conjunto del país y en nuestra provincia. Nos hallamos en niveles desconocidos, por encima de la primera ola y con una creciente presión sobre el sistema sanitario.
Los datos y, sobre todo, el momento en el que nos encontramos, a la puerta del invierno, obliga a tomar medidas extraordinarias ante los peligros de la pandemia. Y la responsabilidad es de todos. No es justo ni sensato señalar siempre a los demás cuando está bien demostrado, científica y empíricamente, que la forma más eficaz de combatir el virus pasa siempre por la responsabilidad individual. Es cierto que el control absoluto no existe, pero el estado de alerta constante de cada uno de nosotros es vital para contenerlo.
Los estudios realizados dejan claro que la transmisión comunitaria se debe fundamentalmente al nivel social y familiar. Por eso es totalmente necesaria corresponsabilidad de todos. También para alzar la voz si nos encontramos con personas que no cumplen con las normas que nos protegen. La sociedad turolense debe ser proactiva en su propio beneficio y en el de los demás. Por eso animo a reconvenir a quien no ayuda, porque atenta contra la salud y la economía de todos.
No hay que dejar todo en manos de los sanitarios. Nunca serán suficientes los esfuerzos de los gobiernos. La empatía es uno de los valores individuales y sociales más importantes en esta situación, para protegernos y ayudarnos. La solidaridad debe guiar nuestra forma de actuar.
Cada vez que entra un enfermo al hospital, que se cierra un negocio o se suspende una actividad es una derrota común. Tomar decisiones que afectan a la economía de tantas familias no es nada fácil. Pero es necesario entender que las circunstancias obligan y que, siempre, el fin último es la salud del conjunto de la ciudadanía.
Es alentador saber que tanto el Gobierno de España como el Gobierno de Aragón anteponen siempre en sus decisiones el criterio sanitario, al contrario de lo que hacen otros responsables políticos que usan de forma irresponsable la crispación en discursos que nada ayudan al bien común. Para mí es incomprensible. No podemos admitir esa forma de «hacer política» que relativiza la pandemia en la que estamos inmersos. Debemos estar unidos ante la tragedia de tantas familias, poner todos los medios disponibles y ser ejemplarizantes.
Llevamos tiempo definiendo esa fina línea que separa lo que el virus permite o no permite hacer. La obligación de todos es cumplir los consejos que tantas veces nos repiten los que saben, las autoridades sanitarias. Cualquier gesto es todo un mundo en esta situación: desinfectar adecuadamente, procurar no tocar ningún elemento común mientras recorremos nuestras calles y plazas, ayudar a los camareros y camareras y mantener el mayor tiempo posible la mascarilla puesta cuando consumimos en un bar, ser cuidadosos en nuestras relaciones sociales… En definitiva, esforzarnos en adquirir pequeños hábitos saludables.
Porque muy por debajo de todos los dramas humanos que estamos viviendo están las necesidades más mundanas. No podemos entender ni debemos disculpar a los que anteponen el ocio personal a la salud de los que les rodean. Hay necesidades y «necesidades». Y creo que todos sabemos distinguir lo que es verdaderamente importante y lo que no lo es en estos momentos. Apliquemos el sentido común, porque nunca ha estado más justificado que ahora anteponer el bien común al bienestar individual. Es una cuestión de educación y de corresponsabilidad.
Desde la Diputación de Teruel volvemos a lanzar un mensaje de ánimo y de apoyo a todos aquellos que están sufriendo de muy cerca la pandemia, especialmente a aquellos que han sufrido la pérdida de un ser querido.
Seguiremos apoyando a todos nuestros ayuntamientos en esta nueva fase de la pandemia. Los diputados y diputadas estamos a la disposición de alcaldes y concejales para afrontar unidos los problemas que vayan surgiendo, resolver dudas y atender en lo posible las necesidades de cada pueblo. Desde el mes de marzo, unos días antes de ser decretado el primer estado de alarma, funciona un canal directo a través de WhatsApp que ya ha vuelto a recibir las consultas de decenas de alcaldes en estos últimos días. Además, en nuestra página web contamos con un apartado especialmente dedicado a los cambios normativos que se están produciendo.
Quiero recordar que ya se han hecho efectivas ayudas desde los presupuestos de este año para que ayuntamientos y entidades sociales hagan frente a los gastos que provoca la Covid-19 y que formalizaremos un convenio con el Gobierno de Aragón y las tres diputaciones provinciales en el que aportaremos un millón de euros para atender a las necesidades de los sectores que peor lo están pasando.
Y, por supuesto, seguiremos priorizando nuestros presupuestos en función de cómo vaya avanzando la pandemia. De hecho, gracias a la aprobación de la suspensión de las reglas fiscales en 2020 y 2021, sustentada en la decisión adoptada por la comisión europea de activar la cláusula de salvaguarda, la institución prepara la inyección de 31,7 millones de euros para revitalizar nuestra economía, a través de los ayuntamientos y de nuestros servicios. Como corresponsables que somos, vamos a aumentar la ayuda a la sociedad turolense.
Manuel Rando – Presidente de la Diputación de Teruel
antonio germán torres dice
Buenos días Presidente:
El conjunto de sus reflexiones es correcto teniendo en cuenta el tipo de sociedad en la que vivimos. Es verdad que alguna afirmación se puede afinar para que no suenen a cosas ya demasiado dichas y de poca efectividad.
Cuando se afirma que “La responsabilidad es de todos. No es justo ni sensato señalar siempre a los demás cuando está bien demostrado, científica y empíricamente, que la forma más eficaz de combatir el virus pasa siempre por la responsabilidad individual.” es necesario modular el concepto de responsabilidad. Porque cuando un ciudadano normal, que cumple con sus obligaciones personales y sociales, ve los resultados obtenidos hasta hoy, es normal que piense antes en la responsabilidad de los que mandan que no en la de los que tienen que obedecer.
No me parece probado afirmar que está demostrado científicamente y empíricamente que combatir el virus con eficacia depende de la responsabilidad individual. Eso sólo puede ser así, cuando el ciudadano tiene a su disposición todo lo necesario para que sus acciones tengan éxito. Por poner un ejemplo muy sencillo, ¿qué puede hacer un ciudadano que carece de medios de protección personal, y que desconoce los riesgos reales de cada acción que ha de emprender? ¿Qué medios humanos y tecnológicos ponen la sociedad y los gobiernos para ayudar a cada uno a cumplir con su responsabilidad? Ya no nos acordamos de los días en que los sanitarios se tenían que proteger con una bolsa de basuras. Ni que todavía hoy el gobierno no suministra máscaras a la gente. Ni que tener el resultado de un PCR puede tardar tres días. Ni que puertos y aeropuertos no tienen ningún tipo de control. Ni que en muchos lugares de España, un lado de una calle esta confinado, y la acera de enfrente no lo está.
Vuelvo a mi mención del tipo de sociedad. Cuando una sociedad antepone el individualismo al conjunto de la sociedad, tipo USA, el control de la enfermedad fracasa. Cuando la sociedad prioriza el interés general al de las personas, como en China, es más fácil tener éxito. Cuando, como en Europa, no tenemos claro ni una cosa ni la otra lo que se produce es inseguridad, decisiones inmaduras, fracasos y hastío de la ciudadanía.
Sr. Rando, infórmese de cómo funciona el sistema chino de control, y después hablaremos de las responsabilidades de cada uno.
Reciba un cordial saludo