La inauguración hoy de la restauración de la Torre Gótica de Alcañiz es el punto de partida para la puesta en valor de un elemento fundamental no solo a nivel patrimonial sino también histórico y social que ha permanecido en un segundo plano durante muchos años. Son miles los bajoaragoneses que ahora redescubrirán la torre, que lleva muchos años cerrada con una imagen asociada a las toneladas de palomina que cubrían su interior. La presencia en la inauguración del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, tanto por su importancia institucional como por su repercusión mediática, supone el mejor punto de partida de un proyecto cuya rehabilitación ha financiado su departamento con 790.000 euros del programa 1,5% Cultural. El equipo de gobierno de Alcañiz heredó las obras prácticamente terminadas y ahora tiene el reto de impulsar la musealización del interior de la torre. Su diseño también se ejecutó con el equipo anterior pero coincide con uno de los principales objetivos de legislatura del alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, seriamente comprometido con la cultura y el patrimonio: darle un nuevo impulso al importante patrimonio de la ciudad. Por ello, el gobierno alcañizano no debe descuidar la musealización y dotarla cuanto antes de presupuesto sin que la reforma del interior de la Lonja la deje en un segundo plano. En la torre se quieren instalar paneles e interactivos para que los visitantes conozcan tanto su historia como la de la ciudad. Esto es esencial para ofrecer un nuevo atractivo a los turistas pero también para que los alcañizanos y los aragoneses conozcan su propia historia. Al igual que Caspe con su Compromiso, Alcañiz debe construir su propia marca con la Concordia. Sobre todo a nivel didáctico para dar a conocer que en la capital bajoaragonesa se estableció el procedimiento para elegir al sucesor de Martín I de Aragón a su muerte sin heredero. Un acuerdo, que tuvo lugar el 15 de febrero de 1412, que evitó una guerra sucesoria definiendo que fueran nueve hombres en representación de toda la Corona de Aragón quienes tenían un plazo de dos a tres meses para elegir rey entre los distintos candidatos en Caspe. Es necesaria la implicación de la sociedad alcañizana tanto en el cuidado de su patrimonio como en su difusión. El primer paso ya se ha dado con la segunda edición de la recreación de la Concordia este fin de semana. Participan alrededor de 80 actores locales y para que crezca en años venideros es necesario que la ciudadanía la sienta como propia y se involucre como ocurre con el Compromiso de Caspe o las Bodas de Isabel en Teruel. El Ayuntamiento ya ha anunciado que para la próxima edición buscará una proyección nacional intentando acudir a Fitur pero no hay mejor promoción que tener a los propios vecinos como los mejores embajadores.

Editorial