La rápida propagación del virus hemorrágico entre la ganadería vacuna del Maestrazgo debe llamar la atención de nuestras instituciones acerca de la situación de asfixia sobre la que los profesionales de esta comarca trabajan a diario. Si bien esta enfermedad es incontenible y se prevé su desaparición en invierno, una vez mueran los insectos que la transmiten a través de su picadura, urgen medidas inmediatas que impliquen ayudas directas a los pocos profesionales que se dedican a esta labor en estos municipios. Se necesita respaldo en los seguros, y también subvenciones para la medicación que estos animales requerirán. Asimismo, se desconoce todavía si las vacas enfermas podrán seguir pariendo o cuáles serán las secuelas de aquellas que superen la enfermedad.
El debate sobre el respaldo a la ganadería extensiva en Aragón como un modelo sostenible que fomenta el desarrollo rural, contribuye al sostenimiento de los montes y permite generar productos cárnicos y lácteos de altísima calidad no se ha cerrado con medidas concretas que permitan garantizar un relevo generacional a largo plazo. Se viene reivindicando desde hace años la unidad de acción en un sector que podría tener un sello de calidad aragonés propio y ser sustento de buena parte de los habitantes de esta comarca, donde el turismo debe ser apoyado con otras actividades especialmente vinculadas al sector primario. En el caso de la carne del Maestrazgo, se ha demostrado su calidad excepcional así como el valor de la trashumancia, una de las pocas que quedan y seña de identidad turolense.
El desarrollo de las energías renovables de esta comarca, imparable y respaldado por varios ayuntamientos, es una oportunidad única para crear un nuevo modelo de desarrollo que permita construir de forma colectiva infraestructuras suficientes para el avance de este sector. A través de asociaciones como Viento Alto deberían comenzar a trabajar en esta línea, garantizando la unidad territorial y uniendo a un sector donde la presión creciente está situándolo en la cuerda floja. La puntilla ha sido esta enfermedad sin vacuna, que ha enfrentado a los propios ganaderos. En las crisis se ha demostrado que surgen oportunidades. Ojalá esta sirva para que nuestras instituciones tomen conciencia de la urgencia de tomar medidas integrales de apoyo a la ganadería del Maestrazgo.
Editorial.