Si se pide un ejemplo sobre cómo descarbonizar con éxito en Aragón la mayoría de expertos podría hablar sin temor a equivocarse de Ariño, un pueblo cuya historia es indisociable de las minas de carbón explotadas por Samca durante décadas y trabajadas por cientos de vecinos que ligaron su destino al del lignito turolense. Fue un pueblo ejemplar en muchos términos, en materia educativa implantando de forma pionera la digitalización a través de tablets, u ofreciendo servicios públicos como una residencia de mayores municipal de una calidad y dimensión excepcional para un pueblo de setecientos habitantes.
No cabe lugar a dudas de que la presencia del grupo Samca y el arraigo del que fuera su propietario, Ángel Luengo, mantuvieron a flote una industria minera de difícil sostenibilidad económica. Y ahora, su propio empeño por dar una segunda vida al carbón en la que pocos tenían esperanza, ha derivado en el éxito de fertilizantes derivados del lignito turolense bajo la empresa Forgasa. Para su éxito han sido necesarios actos de fe, inversiones importantes y ahora necesita infraestructuras clave, como una buena conexión por carretera.
En esta misma tesitura se sitúa el balneario de Ariño, una apuesta de inversión pública audaz, externalizada con éxito pero que requiere un respaldo público sólido que comprenda la importancia vertebradora de este enclave singular. Las aguas termales de Ariño y su entorno natural en el parque cultural del río Martín convierten esta zona en un inexplorado paraíso para caminantes y amantes de la naturaleza.
Este camino, lento pero sólido, ha sido andado sin el cumplimiento de sencillos compromisos que habrían facilitado mucho su mejora. Es el caso de la inversión en la pista minera entre Andorra y Ariño para reconvertirla en carretera autonómica. Desde 2019 la ministra Teresa Ribera tiene la reivindicación en su mesa, al igual que otros muchos proyectos necesarios, como la segunda fase de elevación de aguas del Ebro, sin que se le haya dado respuesta alguna.
Ahora al fin DGA ha presentado el proyecto, que cifra la inversión en más de tres millones de euros. Un importante avance que sitúa a la administración regional y al departamento de Vertebración del Territorio en el proceso de escucha, aunque falte todavía partida presupuestaria. La transición energética que plantea el MITECO necesita menos palabras, más agilidad y hechos. Los avances actuales no han de adjudicarse más que a empresas y a la administración más cercana.
Editorial.
señora editorial . cuando va a didicar usted un punto , una coma a los 18 hm3 de la central termica teruel . aguas
para la transicion justa . porque esa reivindicacion es desde 1983 .
poner decejemplo de Descarbonizacion. y a reglón seguido hablar y darle a la matraca del despropósito de la elevación de Aguas desde Escatron. es como decir que la energía nuclear es VERDE .