Durante los días que ha durado el debate de investidura he sentido un carrusel de emociones y sensaciones que han ido desde la alegría, llegando hasta la euforia pasando luego por la incredulidad, el enfado y a veces hasta la tristeza.

Ha sido ciertamente bochornoso el comportamiento y los insultos que han proferido desde la bancada de la ultra y la ultra ultra derecha. Nunca pensé que se podía tener tan poca educación en un escenario como el Congreso de los Diputados.

Pero no quiero perder el tiempo ni las líneas con esta gente. Quiero centrarme en lo que dijeron los que sí me representan. Los que defienden la patria sin pulseritas en la muñeca, ni golpes en el pecho ni gritos cuartelarios.

Y si, es esperanzador y además emocionante escuchar frases como las que hizo Pablo Iglesias en su discurso: «El próximo gobierno va a defender las condiciones materiales de la libertad. Porque no hay libertad sino se llega a fin de mes, porque no hay libertad sin un sistema sanitario público en donde a todo el mundo se le vaya a atender independientemente del lugar o barrio donde haya nacido, porque no hay libertad sin una escuela pública, sin una universidad pública que asegure que todo el mundo pueda estudiar independiente de su condición económica». ¡Bravo Pablo!, orgullosa estoy de que mi partido (Izquierda Unida) ande junto a Podemos y otras fuerzas de izquierdas en la construcción de una España donde lo público defienda la igualdad de oportunidades y sirva eficientemente para repartir la riqueza del país entre todas.

De las palabras pronunciadas por mi compañero Alberto Garzón: «La medidas que hemos puesto encima de la mesa, subida del salario mínimo, derogación de la reforma laboral, propuestas ecologistas y feministas, viviendas asequibles, lucha contra la ludopatía y las casas de apuestas. Una serie de medidas sobre las cuales las derechas no han querido hablar, como si creyeran que la vida cotidiana de las familias trabajadoras dependiera de comer banderas y nacionalismo», aún me emocionan más. ¡Grande Alberto! Ya vale de engañar a la gente y tapar sus vergüenzas con banderas de España inmensas que intentan tapar su corrupción, su mediocridad y su falta de propuestas para resolver los problemas reales de los trabajadores y trabajadoras de este país.

Todas sabemos que no va a ser fácil este gobierno. Que lo van a torpedear los poderes fácticos, económicos, mediáticos y la judicatura heredera del franquismo. No nos vamos a rendir, hemos llegado aquí por no hacerlo. El que no arriesga no gana, y ahí estaremos en la calle defendiendo los avances sociales de este gobierno progresista que sí representa a mi clase. Ya vendrán los problemas y ya nos tocará arremangarnos para solucionarlos, pero mientras tanto… brindemos , que hoy es siempre todavía.

María Milián – GANAR Alcañiz