«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo». Esta cita tan conocida de Eduardo Galeano puede parecer utópica, pero encaja con la manera que mucha gente concebimos el territorio, reconociendo sus valores, sus recursos y sus oportunidades. Porque la escala es importante y no siempre lo más grande es lo mejor. Como dice el geógrafo Luis del Romero, el capitalismo y el medio rural son incompatibles, una reflexión que advierte de consecuencias negativas si no se adaptan al territorio las escalas a las que se mueven los mercados y el neoliberalismo global, con tal de sacar rédito a cualquier precio.

Porque muchas personas no vemos en lo más grande lo mejor y entendemos que la estrategia territorial para nuestros pueblos debe buscar un equilibrio con todos sus recursos de forma armoniosa y comunitaria, frente a la depredación y la competencia abusiva que pise lo existente… Preferimos varios huertos de producción ecológica a una explotación intensiva de invernaderos, varias casas rurales con encanto a un complejo hotelero, varias comunidades energéticas locales a una central renovable mastodóntica, una red de mataderos locales a un macro matadero, o un sistema comunitario de atención a personas dependientes frente a una macro residencia de ancianos. Supongo que son diferentes maneras de ver el mundo en el que vivimos, aunque la experiencia previa nos reafirma que los microproyectos son en muchas ocasiones la mejor manera para asentar población.

Microproyectos que no ocupan grandes titulares en prensa, pero que son efectivos si se da voz y participación al territorio. Ese es el objetivo de los fondos de cohesión territorial que convoca la Dirección General de Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón. En el año 2021 ha sido posible ejecutar 127 proyectos en todo Aragón gracias a esos fondos, proyectos con cara y ojos, promovidos por asociaciones, comarcas y ayuntamientos.

En las comarcas del Bajo Aragón Histórico, asociaciones de Nonaspe, Peñarroya de Tastavins, Monroyo y Valdealgorfa han podido desarrollar actividades culturales fuera del periodo veraniego. Desde Apadrina un Olivo en Oliete (auspiciada por la Federación de Asociaciones Vecinales de Teruel) se promovió un programa a nivel provincial muy aplaudido como «Mi pueblo lee», un encuentro entre autores y lectores que permitió traer a famosos escritores a pequeños municipios turolenses. También se apoyó al Festival de Jazz del Bajo Aragón Histórico, promovido desde la Asociación Club de Jazz de Alcañiz, o varios eventos culturales promovidos desde Molinos por la Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo y el Parque Cultural.

Si nos centramos en los proyectos municipales, Fórnoles, Tronchón y Las Parras de Castellote pudieron rehabilitar viviendas de titularidad pública para ponerlas en alquiler con el objetivo de asentar población. También se organizaron jornadas formativas desde la Comarca del Maestrazgo o el Ayuntamiento de Peñarroya de Tastavins. Y en la línea de ayudas que apoyaba la sensibilización en positivo del medio rural, han desarrollado proyectos muy interesantes la Comarca de Andorra – Sierra de Arcos (con el proyecto de la ruta turolense de Biela y Tierra) y varios municipios como Fuentespalda, Allepuz, Belmonte de San José, Aguaviva, Fayón o Albalate del Arzobispo.

Para el año 2022 esperamos publicar las convocatorias en el primer trimestre del año, con líneas específicas para ayuntamientos, comarcas, asociaciones y empresas. Será la cuarta convocatoria de ayudas del fondo de cohesión territorial y esperamos que sea el año de su consolidación, ampliando el crédito presupuestario para atender las necesidades del territorio más despoblado. Estas convocatorias no vienen a sustituir otras líneas de ayuda disponibles, vienen a sumar a las existentes en unas condiciones ventajosas para desarrollar proyectos en los municipios y pedanías con menor desarrollo territorial.

No quiero dejar pasar la oportunidad para desear a los lectores de La Comarca un feliz año 2022, lleno de esperanza, oportunidades para nuestros pueblos y salud, mucha salud.

José Manuel Salvador Minguillón. Director General de Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón