Nada de personalidades, ni de baños de masas. Nada de mítines ni de actos centrales cargados de mensajes ilusionantes y motivadores. La campaña electoral que termina esta noche ha vuelto a pasar de puntillas por el Bajo Aragón Histórico, como ya lo hizo en abril, cuando los candidatos de la provincia se llevaron todo el protagonismo. En esta ocasión, han sido solo ellos los que han llegado al territorio. A excepción del candidato de Vox por Teruel, a quien no se le ha visto por tierras bajoaragonesas en toda la semana.

El Partido Popular ha optado por pequeños actos y encuentros con los periodistas en enclaves como la A-68. El PSOE y Unidas Podemos, por su parte, si que han alquilado espacios pero en ellos se han visto pocas caras nuevas. Alcaldes, concejales, afiliados y candidatos han ocupado estos días las sillas del Liceo y la biblioteca municipal de Alcañiz; y la casa de cultura de Andorra. Por su parte, Ciudadanos ha apostado por la capital de la provincia para pasear con uno de sus miembros más mediático, el actor Toni Cantó.

El único partido que se ha atrevido estos días con el teatro de la capital bajoaragonesa ha sido Teruel Existe. El aforo se llenó de gente del territorio para conocer la nueva propuesta que parte de una asamblea ciudadana y que, a priori, se presenta sin ideología política. Sólo con la convicción de llevar las reivindicaciones de la provincia al Congreso de los Diputados.
El bipartidismo en la elección de los tres diputados de Teruel ya sufrió una ruptura histórica en abril, cuando Ciudadanos se llevó el tercer diputado. Por tanto, no es descabellada la previsión que ahora hacen las encuestas de que la tendencia siga y no sean PP y PSOE los que se repartan la tarta.

Quizá la presión ejercida por la nueva candidatura turolense es lo que ha provocado que la despoblación y las infraestructuras que necesita la provincia de Teruel hayan tenido peso en el discurso nacional en esta ocasión. De hecho, en el debate del lunes, tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias se acordaron de la España vaciada y de la cuenca minera de Teruel. Sin concreciones, eso sí.

El domingo, los aragoneses, que eligen a 13 diputados, volverán a tener que decidir en qué clave votar. Si lo hacen mirando a Madrid o centrados en el territorio. En todo caso, lo que sí cabe exigir a aquéllos que nos representen es que lleguen a acuerdos y sean capaces de formar un gobierno estable que no nos vuelva a llevar a otras elecciones. Han de reflexionar, ser honestos y valorar el esfuerzo de los ciudadanos que vuelven a ejercer su derecho al voto como una de las formas posibles de mejorar el estado de bienestar y el futuro de nuestra sociedad.

Editorial